Esos eventuales y posibles cambios inquietan nuevamente al gobierno neuquino, porque una de las posibilidades es bajar el precio del gas en boca de pozo, que nunca llegó a pagarse al precio prometido a principios de este año, es decir, un promedio de 5 dólares el millón de BTU.

Mauricio Macri reunió en su despacho este martes 23 al coordinador del Gabinete económico Gustavo Lopetegui, el ministro de Energía Juan José Aranguren, el de Interior, Rogelio Frigerio, el asesor Fabián Rodríguez Simón, y el distinguido (¿más que asesor, gurú?) Jaime Durán Barba.

También presidió una reunión de Gabinete ampliado, en el salón Eva Perón de la Casa Rosada. Como para honrar lo que la tradición dice de la histórica dama peronista, se habló allí de las tarifas desde un enfoque social. Y empezó a murmurarse lo que después trascendió: un cambio de esquema, que deje de lado los topes (de 400% para residenciales y 500% para comerciales e industriales), distribuya los aumentos según las regiones y el poder adquisitivo de la población.

Son fórmulas que se dicen rápido, pero después muy difíciles de aplicar en la realidad. No obstante, el gobierno está más o menos curado de espanto respecto de la sensibilidad social en el tema tarifas de servicios. Dicen que hará lo posible para recaudar la mayor cantidad de dinero posible y reducir decididamente los subsidios…pero acudiendo a una vieja receta populista: cobrarle más caro a los que más tienen. Algo que también se dice rápido, aunque no sea tan fácil de concretar.

En fin, son los primeros rumores. Al gobierno neuquino no les preocupan esos, sino los que insisten en que Juan José Aranguren, corrido de la escena pero con influencia totalmente vigente, afirma que no se puede cobrar más baratas las tarifas sin bajar consecuentemente el precio del gas comprometido por Macri y Frigerio con las provincias productoras, en especial, con Neuquén.

Ese precio existió (con un promedio de 5 dólares el millón de BTU), pero en realidad no llegó a pagarse. En concreto, Neuquén no alcanzó a facturar en sus ingresos ese mayor recurso que tanto hubiera aliviado las cuentas del año. La producción de gas aumentó igual, en alguna medida empujada por esa burbuja de expectativa positiva. ¿Qué pasará ahora, con estos rumores en danza?