Macri planea bonos y quitas para las deudas que le deja Cristina

Macri planea bonos y quitas para las deudas que le deja Cristina

Nicolás Caputo habló de una quita del 25% con las constructoras. El plan para las deudas del Central.

Mauricio Macri ya tiene la estrategia para afrontar las deudas que heredará del gobierno de Cristina Kirchner, si llega a ser presidente. El candidato opositor lo dejó hoy en claro en un reportaje en el que diferenció por primera vez entre los “stocks” que deja el kirchnerismo y los “flujos” de dólares que espera recibir mediante financiamiento externo.

“En el caso del cepo, para terminar, hay un flujo y hay un stock, el stock es todas las cosas que dejan ellos del pasado, importaciones, regalías, dividendos, se emitirá un bono y se le dirá a la gente ‘bueno lamentablemente esto es algo que pasó en el pasado, reconocemos que se debe’, porque está ahí, a pagar, pero nosotros no nos podemos hacer cargo hoy y empezamos con el flujo”, puntualizó el jefe de gobierno porteño en un reportaje que le concedió a Clarín, cuando le consultaron si estaba negociando con organismos internacionales de crédito.

 

En caso de que gane el ballotage, Macri tendrá un desafío doble. Ya que no sólo deberá cancelar los 9.000 millones de dólares que los importadores calculan que le deben a sus proveedores externos (de lo que no existen registros oficiales) y los u$s 10 mil millones de utilidades trabadas en el país por el cepo. También tendrá que hacerse cargo de las deudas como la que el propio gobierno tiene con las constructoras de caminos, por una cifra que estaría en torno a los $25 mil millones, sólo en Vialidad, como reveló LPO. 

Caputo sintió que se había quedado corto cuando los empresarios constructores le aceptaron de inmediato la quita del 25 por ciento que propuso para las deudas.

A ese número hay que sumarle las incontables deudas que se esconden en los pliegues del Ministerio de Planificación y otras carteras.

 

Lo cierto es que su equipo ya se puso a trabajar en este tema. Hace dos semanas, la mano derecha del líder del PRO, Nicolás Caputo, se reunió con los directivos de la Cámara Argentina de la Construcción y acordó saldar loas deudas con un bono voluntario, que -propuso- tendrá una quita nominal del 25%.

 

Acostumbrados a lidiar con los tiempos del Estado, los empresarios de la cámara aceptaron de inmediato, lo que dejó algo molesto a Caputo, cuando se dio cuenta de que podría haber negociado una quita aún mayor.

 

La oferta cerró para las constructoras porque acumulan demoras en los pagos por hasta 14 meses, y con un papel pueden comercializarlo en el mercado secundario para hacerse de dinero fresco.

 

Macri corre con la ventaja de haber estado en ambos lados del mostrador, desde que era empresario, hasta que saltó a la política y fue ungido alcalde porteño en el 2007. En ese entonces, tuvo que afrontar el agujero que le había dejado su predecesor, Jorge Telerman. Para consolidar las deudas, el candidato de Cambiemos debió emitir por lo menos dos bonos.

 

Desde allí el líder del PRO conoció las vicisitudes del trato con las constructoras. Sabe que no tiene necesidad de congraciarse, porque conoce sus manejos habituales, desde demoras para terminar las obras, hasta la determinación de precios.

Flujos y stock

 

En el partido amarillo creen que ocuparse de este “stock” de deuda llevará tiempo y tampoco es una prioridad, porque mientras negocian con las empresas del rubro, al mismo tiempo deben buscar fondos para iniciar obras y lograr que la economía vuelva a repuntar.

 

Macri planea hacer lo mismo en el caso de las deudas del sector privado que están en dólares, provenientes de importaciones realizadas pero no pagadas y de las utilidades que las multinacionales tienen frenadas en el país que por el cepo no pueden remitir la plata a sus casas matrices.

 

La posibilidad de emitir un bono para saldar las deudas acumuladas con importadores y las ganancias de empresas que no pudieron ser remitidas a sus casas matrices ya había sido mencionada por el economista de la universidad de Columbia, Guillermo Calvo, y por el asesorde Daniel Scioli, Mario Blejer.

"En el tema del cepo hay algo que está claro. Es muy difícil resolver el problema del stock de deuda que se ha acumulado, como el stock de dividendos que no se han remitido y los pagos de importaciones", diferenció hace unos meses el ex presidente del Banco Central. Blejer sostuvo que "la liberación del flujo se puede hacer en forma inmediata" mientras que, a su entender, "el tema del stock hay que resolverlo gradualmente".

La posibilidad de emitir un bono para saldar los dólares adeudados a importadores y las ganancias de empresas que deben remitirse al exterior, ya había sido analizada por el sciolista Mario Blejer.

 

En concreto, Blejer señaló que "el stock se negociará de alguna manera y el flujo liberarlo" y al ser consultado cómo se fijaría la nueva tasa de cambio, señaló a "precio libre". "Es un ejemplo. Si se hace una cosa así, es posible que eso incentive la entrada de capitales. Nadie va a entrar capitales si no se puede remitir" regalías al exterior, agregó.

 

Conocedores del mercado consultados por LPO señalaron que la modalidad puede ser exactamente la misma, con la diferencia que un papel estará nominado en pesos y otro en dólares. Pero advirtieron que será necesario que los bonos estén “caucionados”, es decir, que quien lo reciba se comprometa a ir vendiéndolo de una forma acotada, por ejemplo, un 30% por año, porque de lo contrario el sector privado absorbería esa deuda y ya no habría lugar para que adquiera otras colocaciones nuevas que quiera hacer el gobierno, necesaria para desarrollar obras e infraestructura, una de las promesas fuertes del PRO.

 

Si Macri gana, deberá afrontar una situación similar por la que pasó Carlos Menem en 1989. Cuando asumió, al riojano le apareció una deuda no registrada de unos U$S30 mil millones de la que se tuvo que hacer cargo con los bonos de consolidación de deudas previsionales, con proveedores y de regalías hidrocarburíferas (Bocones), que devengaban una tasa de interés en torno al 6%.

 

Como detalla Domingo Cavallo en su blog, esos compromisos se consolidaron y refinanciaron a través del régimen de consolidación de pasivos(ley 23.982) y “re-estructurar la deuda que estaba en default a través del Plan Brady”.

 

En el equipo de Cambiemos saben que la capacidad de endeudamiento de la Argentina es limitada y que los dólares que consigan no podrán destinarse exclusivamente a saldar las deudas que deja Cristina, porque si no, no quedará nada para las inversiones con las que el país podría volver a crecer.

 

Por eso admiten que el proceso de consolidación y negociación llevará su tiempo y no será una necesidad urgente. De hecho, la estimación de las utilidades retenidas por compañías multinacionales será un proceso largo y engorroso, en el que deberán revisarse los balances que justifiquen esos giros.

 

Es que, como se mencionó anteriormente, tanto con las utilidades retenidas como la deuda de los importadores no tiene un registro formal en el Banco Central. Macri deberá aprovechar eso para negociar a su favor.

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