Macri mueve fichas y busca relanzar la relación con el Papa Francisco

Macri mueve fichas y busca relanzar la relación con el Papa Francisco

Viajará a Roma en busca de una nueva foto por la canonización del Cura Brochero. Los fondos a Scholas. Las diferencias con funcionarios PRO y el plan para fortalecer la relación.

El presidente Mauricio Macriconfirmó que en octubre volverá a Roma para presenciar la santificación de Cura Brochero yvolverá a verse las caras con elPapa Francisco, tras la gélida reunión que mantuvieron a principio de año.

El viaje del mandatario en unos meses significará mucho más que la simple presencia de la ceremonia de canonización del cura argentino, José Gabriel Brochero. Significa que la lucha por reavivar un cortocircuito que hoy parece lejos de llegar a un acuerdo continúa para la nueva gestión gobernante.

La primera reunión que mantuvieron Macri y Bergoglio fue un golpe bajo, fue la confirmación de una relación que ya todos sospechaban, estaba tensa. Apenas 22 minutos de una protocolar charla y fotos con un semblante seco alcanzaron para evidenciarlo.

Como contrapunto se puede tomar la reunión que el Papa tuvo con la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, que duró aproximadamente dos horas, donde hubo sonrisas y gestos que denotaban un accionar real y espontáneo de Bergoglio, a diferencia de las fotos protocolares con la familia Macri.

Incluso si se toma lo que Bonafini contó, se logra entender que Francisco no está nada contento con la situación de Argentina: "Le dije que el pan estaba 40 pesos el kilo y él se quedaba mortificado".

Diferencias con Cambiemos. La primera en encabezar esta lista es Elisa Carrió, quienrepudió el rosario que el Papa regaló a la detenida Milagro Sala como un gesto político de mal gusto, dijo que a Roma no iría, y llegó a acusarlo de "chismoso".

Además, afirmó que "se saca fotos con corruptos" y repudió el rechazo de Bergoglio a la dirigente social, Margarita Barrientos.

Otra que se cruzó con el pontífice fue la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, quien a través de su cuenta de Twitter, cuestionó que Francisco haya posado con el cartel que reiteraba el pedido de diálogo por la "Cuestión Malvinas", al cumplirse el 50 aniversario de la resolución 2065 de las Naciones Unidas, que insta a los gobiernos de ambos países a dialogar sobre la soberanía de las islas, algo a lo que el gobierno británico se niega sistemáticamente.

"Cae una vez más en la trampa como con la remerita", señaló Alonso, aunque admitió que "la causa es justa" y agregó: "qué pena que hayan hundido en la grieta a la demanda de diálogo por Malvinas. Es triste la verdad, tiene remedio?", disparó la exdiputada.

La lista sigue con Jaime Durán Barba, polémico asesor de Macri en las elecciones, cuando sinceró y disminuyó la figura de Bergoglio en plena campaña electoral: "Discrepamos con Macri, en que el Papa sea un personaje político o que tenga que serlo. Yo creo que no da votos y Macri sí cree que da votos".

En el caso de la vicepresidenta Gabriela Michetti, optó por hacer declaraciones más medidas aunque reconoció que hay un cortocircuito y afirmó que el Papa no comprende el proyecto macrista: "Creo que el problema, en lo que todavía hay ruido, es cómo entiende Francisco nuestro proyecto, o si realmente él está convencido de que nosotros queremos ir hacia ese lugar. Tal vez, lo que falta sea más conversación, sea una charla y un mate entre el Presidente y el Papa. En algún momento en el que tenga tiempo para hacer esto".

¿De dónde surge este cortocircuito?  Bergoglio no felicitó a Macri cuando ganó las elecciones presidenciales e incluso, en un gesto que generó polémica, le envió un rosario bendecido a la dirigente social K, Milagro Sala.

Pero la tensión comenzó en 2009, cuando Macri no apeló un fallo judicial a favor del matrimonio de una pareja del mismo sexo. El jefe de Gobierno porteño en ese entonces le pidió una audiencia privada a Bergoglio, en la que el purpurado acusó a Macri de haber faltado “gravemente a su deber de gobernante y custodio de la ley”.

Más adelante, en 2012, volvieron a chocar por la reglamentación de un protocolo hospitalario para facilitar los abortos no punibles. “Así se amplía la despenalización del aborto cediendo a la presión del fallo de la Corte Suprema”, le reprochó Francisco.

“Francisco quiso marcar distancias con el nuevo gobierno. Y él sabe muy bien cómo hacerlo”. La sentencia que más le duele al macrismo es pronunciada por un peronista que conoce a Jorge Bergoglio desde hace varias décadas. “El Papa está preocupado por las noticias que le llegan desde la Argentina. Le inquieta lo que escucha. Sobre todo, el posible regreso de la represión a las protestas sociales. Se alarma con la idea de ver violencia y sangre en las calles de nuestro país”, completó el hombre que en los últimos años compartió varias tertulias privadas en el Vaticano.

El plan para "cerrar la grieta". Según pudo saber Perfil.com, varios hombres trabajan para construir ese nexo entre el Vaticano y la Casa Rosada, aunque hay tres que se destacan: el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo; el ministro de Educación y Deportes, Esteban Bullrich, y el dirigente Omar Abboud que fue quien fundó el Diálogo Interreligioso con el entonces cardenal Jorge Bergoglio. Todos hombres cercanos al Papa y a Macri.

Incluso, días atrás los tres participaron de un encuentro donde se planteó trabajar para que Francisco haga una escala en la Argentina, en medio del viaje agendado al Brasil con motivo de los 300 años de la Virgen de Aparecida. 

Esta semana, el Boletín Oficial de la Nación dio cuenta de que Presidencia girará 16 millones de pesos a las Scholas Ocurrentes, organizadas por la Iglesia. El Vaticano, por su parte, anunció que el Partido por la Paz 2016 se jugará en Argentina. ¿Podrán establecerse nuevas relaciones entre ambas partes?

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