Macri lanza su gran apuesta para atraer inversiones

Macri lanza su gran apuesta para atraer inversiones

Son los que quedarán exentos de pagar el impuesto interno; habría rebajas de hasta 45% en los importados, pero en muchos casos se compensará con la devaluación

 

Mauricio Macri inaugurará hoy el Foro de Inversión y Negocios de la Argentina. Para él y su gabinete, es el acontecimiento del año. La razón es obvia. La visión oficial del país se basa en que es imposible seguir asentando la economía sobre el consumo. Esa tendencia llegó a su última frontera: se agotaron los recursos energéticos, la producción de carne tuvo una caída notoria, las reservas monetarias colapsaron y la inflación se estabilizó en un nivel sólo superado por Venezuela. La principal estrategia de Macri es ubicar en el centro al inversor.

No es el único motivo de la algarabía del Gobierno. La mayor parte de los funcionarios proviene del campo empresarial. No sólo en el nivel más visible. Todos los días la administración suma a sus filas a jóvenes de la actividad privada. Por eso, el entorno de Macri puede encontrar en una reunión multitudinaria de inversores la misma excitación que los radicales obtendrían en una convención constituyente o el kirchnerismo en una cumbre bolivariana contra el imperialismo. El foro que se desarrollará en estas 48 horas será para el gabinete un paraíso. Ya habrá tiempo para el desasosiego: el viernes están citadas las audiencias públicas para discutir la tarifa del gas. La otra cara de la belleza.

El Gobierno pensó este seminario como una forma de aprovechar uno de sus principales activos políticos: el atractivo del país para la comunidad de negocios.

En el capitalismo de estos días no sobran historias que entusiasmen. La Unión Europea quedó herida tras el Brexit. España intenta desde diciembre darse un gobierno, en vano. En Italia asciende el movimiento Cinco Estrellas, del mismo modo que en Francia prospera la extrema derecha. Son distintos nombres del repliegue nacionalista y proteccionista que en Estados Unidos representa el incombustible Donald Trump.

América latina no brinda un panorama más alentador. El régimen de Nicolás Maduro no muere, aunque siga desangrándose. Los mercados celebran que en Brasil se fue Dilma Rousseff. Pero no terminan de saber si Michel Temer podrá hacer el ajuste en el que naufragó su antecesora. En Colombia se espera que el debilitado Juan Manuel Santos gane el plebiscito del acuerdo con las FARC. Pero la implementación de esa paz plantea un mar de dudas. Hasta en Chile, que siempre fue la tierra prometida, aparecieron sombras: Michelle Bachelet sigue en un piso de popularidad del que no logra levantarse.

Contra este horizonte, el pasaje de un monopolio de poder con rasgos autoritarios a una experiencia pluralista, y de una economía cerrada a otra más competitiva, es una de las pocas historias agradables que encuentra la inversión internacional en la región. Es la transición que ofrece Macri. Es su oportunidad.

La intensidad y velocidad de esa mutación no está tan clara. Por eso muchos empresarios aplauden la iniciativa que comienza hoy, pero no esperan mucho más que promoción. ¿Anuncios? Pocos. Uno de esos ejecutivos, que preside un fondo de inversión, explicó: "Hay que desear que este foro se convierta en una rutina anual y que mejore poco a poco su organización". En cambio el presidente de una petrolera fue más ambicioso: "Lo mejor que puede ocurrir es que, al cabo de estas reuniones, el Gobierno descubra con claridad la necesidad de fijar reglas claras industria por industria, sector por sector. Es la carencia más perjudicial, hoy, para cualquier proyecto de inversión".

Los funcionarios y los participantes están impresionados por la recepción favorable de la convocatoria. Van a participar más de 1000 empresarios y financistas públicos y privados. El ingreso es por invitación. Anoche había más de 400 personas en lista de espera. ¿Alcanza para que el macrismo complete el exorcismo ideológico del Centro Cultural Kirchner? La organización estuvo a cargo de Juan Procaccini, titular de la Agencia de Promoción de Inversiones y Comercio.

Procaccini es el típico profesional que podría asistir a la reunión que comienza hoy: ex socio de Pegasus, el fondo que lideró Mario Quintana, fundó su propia organización, Moebius Capital, enfocado sobre todo en el negocio inmobiliario. Desde allí se incorporó al Gobierno, de la mano de Francisco Cabrera. Procaccini diagramó el encuentro sobre el molde del World Economic Forum de Davos. La Casa Rosada habría incluso recurrido a Attias-WPP, la agencia que organiza esa cumbre en Suiza. Su CEO, Martin Sorrell, es uno de los astros de la jornada.

El seminario es un mapa interesante para detectar posibilidades y límites materiales del país. Alcanza con repasar la lista de los 69 expositores principales. Entre ellos predominan los responsables de firmas enfocadas en tecnología. De gigantes como IBM y Microsoft a fondos como Compass, Kaszek, MZP y Amadeus, pasando por compañías como Globant, Oracle, SAP y Cisco.

Frente a la gran cantidad de bancos y fondos, el sector energético está liderado por pocas petroleras clásicas como Total, BP y Shell. Y las argentinas YPF y Bridas. Pero aparecen también algunas dedicadas a generación solar como SkyPower y Semtive. Lithium está entre las pocas mineras del programa principal. Tampoco aparecen demasiados exponentes del sector alimenticio: están entre otras Louis Dreyfus, la argentina Arcor, Archer Daniels Midland y BRF.

Los astros del listado son presidentes mundiales de tres grandes compañías que operan en el país: Joe Kaeser, de Siemens; Muhtar Kent, de Coca Cola, y Andrew Liveris, de Dow. El único argentino que ingresa en ese olimpo es Paolo Rocca, de Techint.

Otro capítulo, adorable para la cultura Pro, es el de los emprendedores destacados: Marcos Galperín, de Mercado Libre; Roberto Souviron, de Despegar.com; Matías Woloski, de Auth0; Santiago González Venzano, de S4, y el cineasta Daniel Burman, de Oficina Burman, entre otros.

Entre los expositores principales estarán varios responsables regionales de grandes bancos, como el argentino Martín Marrón, de JP Morgan; Jane Fraser, de Citigroup, y March Nachmann, de Goldman Sachs. Y entre los encargados de instituciones multilaterales estarán Jorge Familiar, del Banco Mundial; James Scriven, de la CII (en representación del BID); Román Escolano, del Banco Europeo de Inversiones; además de Fred Hochberg, el presidente del Exim Bank norteamericano.

En la concurrencia hay algunas lagunas. Sobre todo si se la mira con el criterio de la creación de empleo. Por ejemplo: la sección de turismo podría haber tenido mucho más volumen. Otra peculiaridad es la gran ausencia de los clásicos jugadores brasileños en infraestructura: problemas de movilidad. Sin embargo, estará Roger Downey, de la expulsada Vale. ¿Vuelve Vale?

Macri, que agasajó anoche en Olivos a los principales participantes, apelará a su fraseo habitual: el foro será una señal de que "la Argentina está volviendo al mundo". Para entender mejor el significado de esa consigna conviene apuntar un detalle: en el listado de expositores principales predominan los estadounidenses, brasileños y europeos. En las distintas mesas de discusión habrá representantes de los gobiernos de Estados Unidos, España, Qatar y, para apuntar, el Reino Unido. Pero no aparecen empresarios ni funcionarios de China o Rusia, que eran el "mundo" de la estadocéntrica Cristina Kirchner.

Esta distribución regional debe ajustarse con una novedad inocultable: si el Gobierno apostaba a dinamizar la economía con una mayor integración comercial, deberá esperar. Para muchos expertos, el Brexit obliga a descartar, al menos por un tiempo, un acuerdo de libre comercio entre Europa y el Mercosur, igual que entre Estados Unidos y Europa.

En el corto plazo, los que miran los negocios ponen la lupa en el blanqueo. Los financistas consideran que será un éxito rotundo. Hay quienes apuestan a US$ 80.000 millones. Para quienes intervienen en el foro, la principal incógnita es el modo en que se reglamentará la constitución de fondos destinados a la economía real: pymes, real estate, infraestructura. Esperan que estén exentos del impuesto a las ganancias, como sucede con los activos financieros.

En la reunión participarán casi todos los ministros del gabinete relacionados con la economía. La lista incluye a Susana Malcorra, de Exteriores; Jorge Triaca, de Trabajo, y Andrés Ibarra, de Modernización. Sin embargo, es curioso, en el programa no se encuentran el jefe de Gabinete, Marcos Peña, ni uno de sus segundos, Gustavo Lopetegui. Está, sí, Mario Quintana. El único ministro al que se le reservó un momento especial es Alfonso Prat-Gay, para explicar la macroeconomía. Peña es la única ausencia de la élite Pro: Gabriela Michetti participa de una mesa sobre Estado de Derecho; Horacio Rodríguez Larreta inauguró anoche el ciclo en el Colón y conducirá un panel sobre innovación, y María Eugenia Vidal dirige una sección con gobernadores.

A propósito de los gobernadores: el programa delata las afinidades de Macri. Fueron convocados el cordobés Juan Schiaretti, el misionero Hugo Passalacqua, el salteño Juan Manuel Urtubey y el sanjuanino Sergio Uñac: todos peronistas. El neuquino Omar Gutiérrez representa al Movimiento Popular de su provincia. Alfredo Cornejo, de Mendoza, y Gerardo Morales, de Jujuy, no aparecen a pesar de ser ambos radicales.

El único juez que participa del encuentro es Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema. Integra un panel con Emilio Monzó. El bloque de legisladores también es peculiar: por Cambiemos figuran Eduardo Amadeo y Luciano Laspina. Y por la oposición, el peronista Diego Bossio, el massista Marco Lavagna y la socialista Alicia Ciciliani. Tampoco hay radicales. Ni está Miguel Pichetto. Y, mucho menos, Sergio Massa: lo que va del viaje a Davos a la ausencia de estos días es la distancia de Macri con el líder renovador. O una señal del giro proteccionista de Massa.

Igual el diputado hace de las suyas. Reservó una sala del hotel Hilton para recibir a 11 empresarios que asistirán al foro y pidieron verlo. Más allá de estas veleidades, es curioso que los organizadores hayan omitido una presentación específica de la oposición. Sería clave: los inversores quieren calibrar cuál es el consenso de la orientación que Macri le imprime al país.

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