Macri escuchó la catarsis de los candidatos bonaerenses

Macri escuchó la catarsis de los candidatos bonaerenses

Quienes compiten en municipios justicialistas pintaron un escenario desfavorable; "estamos un punto abajo", dijo Salvai

 

El lomo con puré desaparecía rápidamente de los platos de los comensales mientras el Presidente escuchaba algo escéptico a algunos comensales presagiar un futuro demasiado venturoso. De pronto, las palabras de dicha terminaron y comenzó la catarsis. "En mi distrito estamos mal. Hay que cambiar la estrategia en el conurbano", se sinceró Miguel Saredi al detallar la realidad de La Matanza, un diagnóstico "realista" que compartieron Lucas Delfino (Hurlingham) y Evert van Tooren (Esteban Echeverría), tres de los treinta candidatos a concejales "sin tierra" del conurbano bonaerense que ayer almorzaron con Mauricio Macri en el salón de los científicos de la Casa Rosada.

En tren de levantar el ánimo, y más cómodo con las críticas que con la visión edulcorada de algunos candidatos, el Presidente les pidió "salir a militar y mostrar las obras, ¡que las estamos haciendo nosotros!", y vislumbró un panorama de "empate, o al menos eso es lo que me dicen". Se refería al enfrentamiento entre la lista de Cambiemos que encabeza Esteban Bullrich, y la de Cristina Kirchner. "En realidad estamos un punto abajo", deslizó Federico Salvai, jefe de campaña bonaerense y mano derecha de la gobernadora María Eugenia Vidal, otro de los dirigentes que prefirió poner las cartas sobre la mesa en la reunión con el Presidente, a una semana del fin de la campaña para las PASO.

 A las 13, puntual, el Presidente llegó al Salón de los Científicos. No le gustó demasiado el "secretismo" con el que se manejó la reunión, que ni siquiera fue anunciada oficialmente. "Le dijeron que no podía mezclar gestión y campaña, por eso no se anunció", comentó uno de los asistentes a la reunión, dónde también estuvo el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis. Por las dudas, y para evitar registros, los postulantes debieron dejar sus celulares fuera del salón, en el primer piso de Balcarce 50.

Según cinco asistentes al almuerzo, varios candidatos a concejales lucieron algo tensos por el compromiso. La "turca" Claudia Asseff, candidata en Moreno, le reconoció al Presidente que "no había dormido" de la emoción la noche anterior, y Carlos Regazzoni, candidato en Almirante Brown, fue uno de los más efusivos al destacar "lo bien que nos va en los barrios más humildes". Macri escuchó, pero no les creyó demasiado. "Muchachos, ojalá tengan razón ustedes, y no las encuestas", les dijo el primer mandatario a los más entusiastas en un tramo de la larga hora y media que duró el encuentro.

Denominados los "sin tierra" por ser opositores al PJ en sus distritos, varios de los candidatos a concejales le reconocieron al Presidente que no la pasan bien en sus recorridas y timbreos. "Es importante que la marca Cambiemos se traslade a la gente, y no estoy viendo que se traslade", dijo Saredi, que es quien peor la está pasando: en las encuestas aparece alrededor de 30 puntos debajo de la intendenta (y candidata a concejal) Verónica Magario. Para no quedar como uno de los pocos portadores de malas noticias, Saredi recordó que el jefe de gabinete Marcos Peña dijo en una reunión reciente en Vicente López que en los "focus group" había encontrado a una señora que estaba "contentísima" con el Metrobus en La Matanza y que le adjudicaba la mejora al Presidente. "Pero cuando le preguntaron a quién iba a votar, dijo sin dudar al PJ. A nosotros nos pasa lo mismo", dijo el ex diputado duhaldista y motivó risas en los presentes. También Alex Campbell reconoció que "el intendente (Luis) Andreotti está muy fuerte" en San Fernando, y Albi Czernikowski se quejó de la "fuerte influencia de (Sergio) Massa" en Malvinas Argentinas, donde es candidato en una interna con Maxi Cariglino. "Nos comemos los bifes en los territorios, nos tienen que dar más apoyo", reclamó Van Tooren según dos testigos.

Sin mostrarse sorprendido, el Presidente pidió más esfuerzo y también habló de estrategia. "Soy cero ego. No se preocupen: María Eugenia es la dirigente que más empatiza con la gente, usen su nombre, su gestión si hace falta", les dijo Macri, con la idea fija de "no esperar hasta octubre" para derrotar a Cristina Kirchner. Después de hora y media de reunión, y luego del helado de pistacho, el Presidente necesitaba estirar las piernas. "Qué pasa, ¿tengo nueva custodia ahora?", preguntó a LA NACION y a otros periodistas mientras apuraba el paso por las escaleras rumbo al despacho de su amigo, el secretario legal y técnico, Pablo Clusellas. Nada dijo de la reunión, verdadera sesión de catarsis.

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