Lula quiere encender a la militancia

Lula quiere encender a la militancia

Gilberto Carvalho, uno de los referentes del frente, articulador del diálogo con los movimientos sociales y religiosos, dijo que el nuevo espacio apela a salir de la parálisis de la izquierda. También aclaró que no es el lanzamiento de la campaña presidencial.

Luiz Inácio Lula da Silva lanzará una organización política con el objetivo de recuperar terreno entre las bases populares. La iniciativa, anunciada por el ex presidente de Brasil, será presentada esta semana e incluirá movimientos sociales, sindicatos, intelectuales y partidos políticos aliados, y apuntará a la “contrainformación” como estrategia comunicacional frente a los procesos judiciales que existen contra el ex jefe de Estado. En un acto organizado en solidaridad con el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) por la represión policial del viernes contra una escuela de esa fuerza social, Lula llamó al armado de un frente de izquierda y acusó al gobierno de Michel Temer de “destruir lo que construimos”.

Se espera que el movimiento anunciado por Lula tenga una pata intelectual que estará comandada por el académico Paulo Sergio Pinheiro, ex secretario de Derechos Humanos del gobierno de Fernando Henrique Cardoso, ex titular de la Comisión de la Verdad creada por Rousseff para investigar a la dictadura y presidente de la Comisión Internacional Independiente de la ONU sobre la Guerra en Siria.

El ex secretario general de la presidencia, Gilberto Carvalho, dijo que el nuevo espacio apela a salir de la parálisis de la izquierda, en general. “En lugar de gastar tiempo en discusiones internas, queremos recuperar el diálogo con la sociedad y defender a Lula de los ataques que ha sufrido”, sostuvo el articulador del diálogo con los movimientos sociales y religiosos. El movimiento será lanzado en San Pablo el próximo jueves, se llama “Por un Brasil Justo para Todos y Para Lula”, y la razón de su emergencia, según Carvalho, es montar en todo el país comités de agitación y propaganda “para encender la militancia y el diálogo con el pueblo”.

Carvalho, quien además se desempeñó como secretario de la presidencia de Lula y de la sucesora de éste, Dilma Rousseff, dijo que el movimiento no es el lanzamiento de la campaña presidencial sino que fue pensado en el marco de un objetivo mucho más amplio. “De un lado, debemos hacer una autocrítica pero hacer también una crítica durísima al momento actual, al golpe parlamentario, denunciar las persecuciones, se están rechazando en las instancias judiciales los pedidos de hábeas corpus para personas investigadas, detenciones a cualquier precio”, enumeró Carvalho. Los abogados de Lula sostienen que en Brasil existe un “estado de excepción” contra el ex presidente, procesado en tres causas vinculadas a la investigación en Petrobras, una de ellas por el juez Sérgio Moro, quien aceptó una denuncia de la fiscalía que vincula al ex jefe de Estado a la compra de un apartamento en Guarujá, estado San Pablo.

En los próximos meses, el gobierno de Temer deberá explicar a la comisión de derechos humanos de Naciones Unidas la situación de ese estado de excepción. A esa comisión acudió el ex presidente para denunciar a Moro y a los fiscales que lo acusan de haber montado una asociación ilícita desde el Poder Ejecutivo entre 2003 y 2010.

Por otra parte, la caída del PT en las recientes elecciones municipales, donde retrocedió 60 por ciento en cantidad de alcaldías, también hizo que el propio Lula, pese a ir adelante en las encuestas para 2018, se pronunciara a favor de construir un frente o una coalición que incluyera una mayor participación de las otras fuerzas. Sobre todo, porque el castigo en el voto contra el PT fue interpretado como una reacción a la corrupción por la cual están condenados en el caso de Petrobras dos ex tesoreros y los poderosos ministros José Dirceu y Antonio Palocci.

Asimismo, Lula estuvo anteayer en un acto organizado para respaldar al Movimiento Sin Tierra, blanco de un operativo policial realizado en su escuela rural del estado San Pablo, en la localidad de Guararema. “Tenemos que preocuparnos más por la criminalización de los movimientos sociales. Este proceso se da en un país en el que las instituciones están totalmente desmoralizadas, el país perdió autoridad”, dijo el ex presidente. Para referirse al proceso Lava Jato, donde fue acusado en tres causas diferentes, Lula manifestó: “Eso es lo de menos. Ya tengo 71 años y un caparazón de tortuga”.

En su alocución, llamó a la formación de un frente de izquierda, lo que configuraría un enorme cambio en el mapa electoral brasileño de cara a las elecciones presidenciales de 2018 en las que él mismo es el favorito en todas las encuestas previas. Por lo pronto, dentro de ese mapa, el Partido Democrático Laborista (PDT), heredero del varguismo y que apoyó a Lula y a Rousseff, ha dicho que insistirá en tener un candidato propio para 2018, el ex ministro y ex gobernador de Ceará Ciro Gomes.

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