El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva denunció hoy que Brasil vive "una suerte de estado de excepción" y que él está siendo "perseguido" por haber ejecutado inéditas políticas sociales, además apoyó la investigación del escándalo de Lava Jato por la corrupción en Petrobras.

Lula también acusó al presidente interino, Michel Temer, de intentar quedarse en el cargo definitivamente por un "golpe parlamentario" dado contra DIlma Rousseff. 

"Todo el que gobernó para ayudar a los pobres, en la historia de la humanidad, fue perseguido", afirmó Lula a la radio O Povo, de Fortaleza, al comentar su procesamiento a raíz de que fue acusado por el ex senador Delcidio Amaral de ayudarlo a obstruir la investigación de Lava Jato, sobre corrupción en Petrobras.

En ese sentido, comentó que no tiene "problemas en ser investigado" pero explicó que denunció los abusos del juez federal Sergio Moro, que investiga su vinculación con dos propiedades, a la comisión de Derechos Humanos de la ONU "para garantizar el Estado de Derecho".

"Estamos viviendo una suerte de estado de excepción donde hay que probar que uno no es acusado y no al revés. Fui el presidente, junto con Dilma, que más creó mecanismos para investigar judicialmente. Ahora los políticos y los ricos van a la cárcel, antes metían a los ladrones de comida y de remedios", afirmó Lula.

Lula fue procesado el viernes pasado por un juez de Brasilia que acogió la declaración del ex senador Delcidio Amaral, que sostuvo que el ex mandatario ayudó a trazar un plan para silenciar a un detenido de la Operación Lava Jato, el ex director internacional de Petrobras, Néstor Cerveró.

"El está mintiendo", sostuvo el ex mandatario sobre Amaral.