Los lujuriosos pedidos de Rabolini

Los lujuriosos pedidos de Rabolini

Parece ser que la ex primera dama bonaerense Karina Rabolini, se hacía el tiempo para darse esos pequeños gustos que hacen a la cotidianidad de cualquier mujer, con la mera diferencia que ella era la esposa de uno de los hombres más importantes de la política y que en ese momento se encontraba en plena campaña para la presidencia de la Nación.

Los placeres en los que gustaba incursionar la empresaria no serían estrafalarios sino fuera de lo común, porque con quien los usaba era con su mismísimo jefe de prensa (elegido además por su marido), el joven Ignacio Castro Cranwell, y porque a quien mandaba a comprarlos no era gente de su círculo no tan íntimo, sino empleados de turno.

"Comprame cigarrillos, whisky y gel íntimo", le pedía al ayudante que estuviera más cerca con la cara que uno pediría que le compraran un kilo de papas en la verdulería. Y entre nota y nota durante la extensa campaña en la que se dedicó a apuntalar a su esposo, Rabolini se hacía el lugar para compartir íntimos momentos junto al prensero.

Todo su entorno conocía de la historia, y gran parte del periodismo también, sólo que la suculenta pauta que bajaba de gobernación hacía que la fachada del matrimonio feliz funcionara a la perfección.

Karina, la lujuriosa y sus gustos de telo.

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