Luis Suárez desintoniza a la BBC

Luis Suárez desintoniza a la BBC

Messi se fue creciendo mientras que Bale se desintegró

El fútbol es como acaba, no como empieza. En el duelo estelar de la MSN azulgrana y la BBC madridista la sonrisa acabó en la cara de los azulgrana después de una primera parte en la que el Real Madrid puso el partido en un lugar que puso de los nervios al Camp Nou entero.

Los focos de triunfador son para Luis Suárez y su gol con el que decidió el Clásico. El uruguayo lo gritó con las venas del cuello a punto de estallarle porque en ese derechazo, ante el que Casillas estuvo blando, iba mucho más que el 2-1 y la victoria. Era un alarido de liberación a meses en los que se ha preguntado muchas cosas.

Del primer balón a Neymar al gol de Mathieu

De la estrella de seis picos del Clásico, el primer en tocar la pelota fue Neymar. El Barcelona tardó 29 segundos en encontrar a uno de sus cracks. Sin embargo fue el tridente madridista el primero en sacar los dientes. Dirigido por un majestuoso Benzema, el Madrid puso contra las cuerdas a Bravo por primera vez a los siete minutos en una maniobra de Benzema y Bale. Cinco minutos después, el larguero del meta chileno crujía cuando Cristiano se quedó a centímetros del gol tras otra genialidad de Karim.

 

 

 

Pero las redes del Camp Nou que primero se movieron fueron las de Casillas. El gol no llevó la firma de Suárez, Neymar o Messi y sí la de un invitado sorpresa: Mathieu. Eso sí, su cabezazo llegó a pase de Messi.

 

 

 

Media de hora antológica de Benzema

Tras Neymar, acelerado todo el partido hasta el punto de perderse la sentencia varias veces en la segunda parte, tuvo el 2-0. Lo falló. Y la respuesta fue la jugada más majestuosa de la noche. Lo que describió Guti en una red social como el Tacón de Dios fue un regalo maravilloso de Benzema a Cristiano para el empate. El 9 del Madrid desplegó media parte, sobre todo los 30 minutos finales de la primera parte, dignos de entrar en una videoteca para aprender a jugar al fútbol.

 

 

 

Desatado el Madrid, antes del descanso tuvo un gol anulado (bien) a Bale y otro gol que se le fue al galés en el preludio de una segunda parte horrible. Si en la primera estuvo desaparecido, en la segunda fue un jugador fantasmagórico.

 

 

 

El gol de Suárez genera un partido distinto

Al volver del descanso fue de nuevo Benzema el que amenazó a Bravo en un jugada en al que se alió con Cristiano. Sin embargo, lo que era un partido que giraba al blanco dio un vuelco radical cuando a los 10 minutos de la segunda parte Dani Alves lanzó a Luis Suárez entre Pepe y Sergio Ramos y el charrúa batió a Casillas.

El 2-1 resquebrajó a un Madrid que dependió mucho más de Modric -sobresaliente- que de los de arriba.

 

 

 

Messi se pone a los mandos en el centro de campo

La ventaja en el marcador pasó a serlo esta vez en todo. Y mucho tuvo que ver la irrupción de Messi queriendo la pelota, manejando a su equipo, controlando el ritmo del juego y lanzando a Neymar hacia la meta de Casillas para acabar con el partido.

El brasileño encaró y encaró, pero se ofuscó tanto con que el gol de la sentencia llevara su firma que pudo poner en peligro el triunfo de su equipo al desperdiciar dos claras llegadas en las que Luis Suárez estaba mejor colocado.

El corazón de Cristiano, la frialdad de Bale

Mientras la MSN se encontraba cada minuto más cómoda, la BBC se apagaba sin solución ni apoyos. Pero hay matices. A Benzema nada le puede echar en cara el madridismo porque ayer vivió de él -más Modric- en el Camp Nou. A Cristiano, abucheado en cada acción, se le podrá pedir más acierto, pero nunca más corazón y ganas.

Pero Bale es otro cantar. Hay escenarios -Camp Nou, Calderón, Mestalla...- en los que entra en el terreno de la sospecha su poco peso en los partidos de barro.

No se trata del acierto o no en determinadas jugadas y sí su tendencia a la desaparición, a no echar nunca una mano a Carvajal cuando peor lo pasa o a soltar la pelota con una premura que desviste a su equipo y le pone en peligro.

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