Cuba y Estados Unidos dieron ayer un paso más en la política de deshielo iniciada a finales de 2014. Los dos antiguos enemigos acordaron ayer restablecer los vuelos regulares directos entre ambos países por primera vez en más de 50 años.

“Hoy es un día histórico en la relación entre Cuba y Estados Unidos”, aseguró el secretario norteamericano de Transporte, Anthony R. Foxx en el acto de la firma del acuerdo que se llevó a cabo en el emblemático Hotel Nacional de La Habana, el lugar elegido para los grandes acuerdos entre ambos países.

Asimismo, el ministro cubano de Transporte, Adel Yzquierdo, destacó que “la firma del memorando marca el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos”.   Las rutas estarán operativas a partir del próximo otoño (boreal) y el acuerdo contempla 20 vuelos diarios a La Habana y 10 vuelos diarios a otros aeropuertos de la isla. Pero en una segunda etapa podrían llegar a 110 vuelos diarios, señaló Rivkin. Por otra parte, el acuerdo no incluye posibles vuelos de aerolíneas cubanas a Estados Unidos.

Los vuelos comerciales entre Cuba y Estados Unidos se cancelaron hace más de 50 años, aunque desde mediados de la década de 1970 se habían reanudado los vuelos chárter.  Además de su fuerte valor simbólico, el acuerdo tiene también una importante dimensión económica, especialmente para el sector turístico de la isla, porque con las nuevas rutas comerciales se espera una considerable bajada de precios con el aumento de los vuelos y de la competencia entre aerolíneas.

Desde el restablecimiento de relaciones entre ambos países, la Casa Blanca ha flexibilizado algunas restricciones pero sigue vigente el embargo y la prohibición del turismo a la isla, que solo se puede levantar con autorización del Congreso. Los ciudadanos de Estados Unidos que viajan a Cuba deben aún incluirse a sí mismos en 12 “grupos de interés” en diversos temas que excluyen las vacaciones, pero incluyen razones comerciales, religiosas, humanitarias y académicas, entre otras.

A pesar de la prohibición, sin embargo, es cada vez es más frecuente ver a norteamericanos paseando por La Habana. De hecho, según cifras no oficiales reportadas por AP el año pasado visitaron la isla 160.000 estadounidenses en viajes de ocio, sin contar a los cientos de miles de cubano-estadounidenses que hicieron lo propio para visitar a sus familiares.

Cuba es también uno de los mercados que más rápido crecen para la página de alquiler de departamentos Airbnb, que empezó a operar en el país en el abril pasado.

También el Estado se prepara para recibir al mayor flujo de turistas: el grupo turístico estatal Gaviota tiene previsto la construcción de 14.000 nuevas habitaciones hoteleras, en un plan previsto entre 2015 y 2017, especialmente en La Habana y zonas de playa como los cayos de la zona central de la isla.

El año pasado, los extranjeros que visitaron Cuba fueron poco más de 400 mil, con los canadienses a la cabeza, seguidos por italianos, alemanes y norteamericanos.  Para 2016 los observadores esperan un alza sin precedentes.

Fuentes:  AFP, AP Y DPA