La CGT fue hoy al Senado a buscar la ratificación de un compromiso de los senadores del PJ y lo obtuvo: Miguel Ángel Pichetto, jefe de la bancada justicialista, le dio a la central sindical la palabra de que ninguna reforma laboral que no cuente con el aval del movimiento sindical peronista será acompañado por el bloque.

Debido a ese compromiso público, asoma como improbable que La Casa Rosada logre impulsar modificaciones legislativas en materia laboral en el corto plazo. Es más: el Gobierno lo que pretendería ahora es avanzar en modificaciones en los convenios laborales pero en negociaciones sector por sector para reducir los costos laborales.

Héctor Daer, uno de los tres secretarios generales de la CGT, repasó después de la reunión los cinco ejes que le trasmitieron a Pichetto que para la central sindical son "inclaudicables":

* La permanencia del principio de ultraactividad, es decir, que los convenios laborales sigan vigentes aunque estén vencidos si no fueron cambiados;

* La integridad territorial de los convenios colectivos de trabajo, con lo que deben aplicarse a todo el país y no por regiones;

* La defensa del modelo sindical argentino;

* La vigencia de la ley de Contrato de Trabajo y de los convenios colectivos. No aceptarán que "ningún acuerdo inferior perfore los convenios marco", dijo Daer;

* No aceptar modificaciones en el sistema de salud y previsional.

La reunión había sido pedida por la CGT, después del plenario del Comité Confederal del martes, donde la central sindical desechó la posibilidad de un paro y continuar con esta etapa de diálogo con el Gobierno.

Además de Daer, por la CGT estuvieron los otros dos triunviros, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, los "Independientes" Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez y José Luis Lingeri y el metalúrgico Francisco "Barba" Gutiérrez. Aunque los sindicalistas buscaron que Pablo Moyano los acompañara, no lo consiguieron.

A la reunión en las oficinas del bloque del PJ-FpV en el segundo piso del Senado, Pichetto invitó al gobernador de la Rioja Sergio Casas, a los senadores Juan Manuel Abal Medina, Rodofo Urtubey, Dalmacio Mera, Oscar Ojeda y Marina Riofrío y a los diputados Luis Beder Herrera y Diego Bossio. Todos justicialistas que juegan lejos del kirchnerismo.

Los triunviros Daer y Schmid habían hecho, semanas atrás, gestos que indicaban que votarían a Cristina Kirchner en las legislativas de octubre. Quizá preparándose para la etapa que comenzaría en el peronismo ante una eventual derrota de la ex presidenta, ayer se mostraron con Pichetto.

"Reafirmamos que el Senado va a convocarnos a nosotros cada vez que haya temas relacionados con los derechos de los trabajadores", dijo Daer a la salida de la reunión.

Pichetto, después agregó: "No vamos a votar normas que afecten al mundo de los trabajadores, pero sí aquellas en las que (el sindicalismo) acuerde con el Gobierno". El rionegrino repasó que en el último año y medio el bloque del PJ jugó alineado con la CGT en, por ejemplo, la ley Antidespidos, la reforma en las ART y en los cambios en el impuesto a las Ganancias.

Desde lo institucional, la CGT y el bloque justicialista en el Senado son las dos estructuras de poder más importantes que conserva el peronismo. El tercer vértice de ese poder son los gobernadores del PJ.

Gerardo Martínez, titular de la UOCRA, dijo a Clarín que la intención de la central sindical es continuar con esta ronda de reuniones bilaterales con los gobernadores, los diputados justicialistas, la Iglesia y el Grupo de los Seis, es decir la UIA, la Sociedad Rural, las cámaras de Comercio y de la Construcción, la Bolsa de Comercio y la asociación de bancos ADEBA.