Una historia atravesada por secuencias de acción logradísimas y, por sobre todas las cosas, una concepción visual novedosa y atractiva, que eliminaba por completo los escenarios reales a favor de la filmación con pantalla verde y los ambientes diseñados digitalmente, convirtió a la película 300 en un enorme hit de taquilla hace ya siete años.

Y desde mañana, la muy postergada secuela 300: El nacimiento de un imperio, intentará la dificilísima tarea de golpear en el mismo lugar dos veces. Su fórmula apunta a repetir esa grandiosa fiesta para los ojos que brindó la primera parte, a través de un argumento que agrega nuevos personajes intentando no perder el espíritu épico.

Los hechos relatados en 300: El nacimiento de un imperio tienen como eje no a los espartanos de la entrega inaugural, sino a los atenienses. Más precisamente a Temístocles (interpretado por el inglés Sullivan Stapleton) general de sus tropas, ahora obligado a forjar una alianza inestable con la ciudad de Esparta, tradicional rival de Atenas.

El hecho que empuja esta alianza es el imparable avance de Jerjes (Rodrigo Santoro), el cruel rey persa, quien luego de vencer a los 300 soldados del espartano Leónidas dirige sus ansias invasoras al resto de Grecia. Del lado de Esparta, y ante la muerte de Leónidas, la encargada de extenderle la mano al ateniense Temístocles es la viuda reina Gorgo (Lena Headey).

Pero los persas tienen de su lado una nueva e imparable arma, personificada en la feroz Artemisia (Eva Green). Nacida griega pero criada por el rey Dario, padre de Jerjes, esta dama trae consigo un irrefrenable deseo de venganza y una habilidad sin parangón en las artes guerreras.

Será Artemisia la que dirija a los navíos persas en su choque con los atenienses, apuntando así hacia otro de los nuevos ángulos de la acción que pone en escena esta película en contraste con la primera parte: las batallas navales, que prometen excitantes momentos de diversión.

Poner el cuerpo. Según él mismo contó, Sullivan Stapleton pensó que le sería completamente imposible llegar al nivel de definición muscular que Gerard Butler logró en 300. Pero viendo las imágenes anticipo del estreno de mañana, es evidente que lo logró en su retrato de Temístocles, aunque luego de transitar un arduo camino. Así, el actor tuvo que encarar sesiones de tres horas de entrenamiento, incluyendo gimnasio y práctica con espadas, mientras continuaba con las filmaciones diarias de la serie británica que protagoniza, el drama bélico Strike back.

Eva Green, por su parte, se entrenó durante cuatro horas al día con un grupo de dobles de riesgo para encarnar a Artemisia, y luego continuó con sus prácticas en los fines de semana libres que le dejaba la filmación de la película. “No soy una persona con mucha coordinación, así que era como tratar de aprender pasos de ballet mientras balanceaba dos espadas enormes. Fue muy liberador y me dio una gran sensación de poder”, comentó al respecto la actriz francesa.

Unión de mentes. Con Zack Snyder, director de la primera parte de la saga, ocupado con El hombre de acero, las tareas de dirección en 300: El nacimiento de un imperio corren por cuenta del israelita Noam Murro, quien tiene en su haber sólo una película antes que esta: la comedia Smart people, protagonizada por Dennis Quaid y Sarah Jessica Parker. Snyder, de todas formas, continuó involucrado en el proyecto, como productor.

La fuente de inspiración sigue siendo la mente del autor de cómics Frank Miller, pero esta vez el argumento no sigue tan fielmente a la historieta original como sí sucedió en la primera parte. Aquí, de hecho, el cómic y el guión fueron escritos de manera simultánea, y finalmente tomaron direcciones diferentes, con la obra de Miller centrándose más en la figura de Jerjes. De hecho, con el filme ya estrenándose, la historieta aún no ha sido terminada.