Un llamado telefónico a su esposa selló la caída del financista marplatense

Un llamado telefónico a su esposa selló la caída del financista marplatense

Daniel Viglione fue detenido ayer en Mendoza, donde estaba alojado en un hotel desde el 25 de octubre. Desde allí llamó a su mujer, lo que permitió ubicarlo.

Antes de huir, arrancó las cámaras de seguridad que había instalado en su casa del barrio parque Colinalegre, y vació las oficinas que tenía en el centro de Mar del Plata, donde recibía a sus clientes. La tarde del 21 de octubre se fue en su Renault Fluence negro con algo de ropa, dinero y sus teléfonos celulares. Despistó hasta a sus propios familiares, quienes esa misma noche denunciaron su desaparición. Los investigadores llegaron a hablar de “un escape planificado”. Pero Daniel Viglione, lejos de la pericia que aplicó para captar cientos de miles de dólares para supuestas inversiones en el exterior, cayó del modo más simple. Fue detenido ayer en la mañana en el centro de Mendoza, en un hotel de 2 estrellas en el que se había registrado con su nombre. Y todo por un llamado telefónico.

No hubo otro tema de conversación en la ciudad desde que se conocieron los montos de la estafa que llevó adelante durante años el hombre que se presentaba como periodista y analista de mercados y que se dirigía a sus oyentes con cierta arrogancia en sus programas de radio, desde los que convocaba a invertir. Se habla de más de doscientas personas estafadas (por ahora en la causa hay 50 denuncias), por una suma que llegaría a los 5 millones de dólares.

Por alguna razón, quienes lo trataban estaban convencidos de que sería detenido rápido. Por el contrario, quienes sólo manejaban el dato de la estafa millonaria llegaron a imaginarlo prófugo en algún paradisíaco paisaje caribeño. Sin embargo, menos de 24 horas después de que el juzgado de Garantías marplatense oficializara el pedido de detención que hizo el fiscal Fernando Berlingeri, Viglione cayó. No hizo mucho por ocultarse.

Desde el 25 de octubre estaba alojado en el Hotel Catedral, en Patricias Mendocinas 1785, en el microcentro mendocino. “Estaba como si nada pasara”, contó una fuente de la investigación a Clarín. De hecho, el falso inversor se había registrado con su identidad. La difusión de su imagen en medios de todo el país y de los videos en los que se grababa recitando recetas financieras permitió que fuera fácilmente identificable. Otros huéspedes del Catedral lo reconocieron y llamaron al 911.

“Tranquilos, tranquilos, soy yo”, les dijo a los policías que golpearon a la puerta de su habitación en la mañana de ayer, orientados por el conserje. Se entregó sin resistir.

Los investigadores ya lo tenían ubicado con un dato clave que había acercado el jueves a la Justicia el abogado de algunos estafados, Julio Razona. Un empleado de la escuela donde trabaja la esposa del falso financista le avisó que Viglione había llamado, que había intentado comunicarse con la esposa y que al no hallarla le dejó un número para que ella le devolviera la llamada. El teléfono tiene el prefijo 0261, de Menzoza. Cuando el juez Saúl Errandonea dispuso la captura de Viglione, se rastreó ese teléfono.

Con verborragia y abundante terminología técnica, ofreciendo siempre la promesa de suculentas ganancias, por encima del 30% anual en dólares, Viglione aceptaba sólo clientes dispuestos a invertir un mínimo de 10 mil dólares. Enmascaraba su actividad con una SRL, “Finances and Markets Consulting” que había constituido con su esposa e hijo, Claudia Fernández y Luis. Ambos, el viernes, se pusieron a disposición del fiscal Berlingeri, que ayer coordinaba el traslado del imputado a Mar del Plata, donde le tomará declaración indagatoria.

En sus oficinas del segundo piso de Moreno 2876, en el centro de Mar del Plata, Viglione convocaba a sus clientes y les hacia firmar unos formularios apócrifos con logos de conocidos brokers extranjeros. “Muy pocas veces los firmaba él, en la mayoría de los casos el cliente entregaba su dinero y se iba con una copia de ese papel firmada por él mismo, algo insólito”, contó una fuente.

Recibió miles de dólares así. El caso más antiguo que tiene en sus manos el fiscal Berlingeri es de 2009. Una mujer que poco a poco fue sumando plata y llegó a darle 60 mil dólares; solo recuperó 2 mil. “Cuanto más tiempo no se mueva la inversión, mejor”, les repetía el financista, que pudo sostener su mentira hasta que por la ley de Blanqueo Fiscal muchos le pidieron su dinero y no pudo responder.

Hasta ahora no hay cuentas en el exterior detectadas. La única, por el momento, es la de la hija de una socia de Viglione que vive en España. “A algunos les hacía depositar el dinero allí”, denunció Razona, que pide que se califique la causa como “asociación ilícita” y espera que se presenten más casos de estafados. “Hay muchos más”, sostiene. De hecho el empleado de la escuela que lo atendió cuando quiso hablar con su mujer “es una de sus víctimas, también lo estafó”.

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