Litoral Gas defiende su accionar por las 22 víctimas fatales en Salta 2141

Litoral Gas defiende su accionar por las 22 víctimas fatales en Salta 2141
La gerenta de la firma, procesada por la Justicia, remarcó que no tuvieron responsabilidad en la tragedia y apuntó al rol del gasista García, el matriculado que trabajó el día de la explosión.

"La jueza está equivocada, nosotros no tuvimos ninguna responsabilidad en la tragedia. Ha utilizado argumentos que no se condicen con los hechos ni las pruebas técnicas que hay en el expediente". La afirmación la formuló la ingeniera Viviana Leegstra, gerenta técnica de Litoral Gas, recientemente procesada por la jueza Irma Patricia Bilotta por estrago culposo agravado. Leegstra culpó por la explosión que dejó 22 muertos "al gasista (Carlos García) contratado por el consorcio junto a su ayudante para cambiar el regulador del edificio, que hizo un trabajo en forma clandestina, de espaldas a Litoral Gas y de manera totalmente negligente".

La profesional, procesada junto a otras 10 personas, precisó que el estallido se produjo "por un escape de gas fuera de control, que derivó en una explosión".

¿Cómo se produjo la explosión? "El gas ingresó por la puerta del edificio, que estaba abierta, y cómo el gas natural es más liviano que al aire, cuando llegó a la segunda torre, la que después implosionó, encontró el camino propicio para ir ascendiendo por el hueco de las escaleras, de los ascensores, por los espacios comunes. Se formó una mezcla explosiva y en algún punto tomó contacto con una fuente de ignición y esto provocó la explosión", relató.

¿Por qué ocurrió la tragedia? "Porque el gasista contratado por el consorcio junto a su ayudante para cambiar el regulador del edificio hizo un trabajo en forma clandestina, de espaldas a Litoral Gas, de una forma totalmente negligente", aseveró.

"Lo que hizo —continuó—fue desenroscar y desinstalar el regulador estando la válvula de servicio abierta, con lo cual todo el gas que venía de la red de distribución entró al edificio. Una vez que provocó el escape, en lugar de tomar alguna acción para controlarlo mientras llamaba a Litoral Gas para evitar la explosión, salió corriendo. Todo fue absoluta responsabilidad del gasista".

Consultada sobre el accionar de la empresa en los días previos a la explosión, Leegstra recordó: "El 25 de julio, tras la denuncia de una vecina, se cortó el suministro porque el reclamista que acudió al lugar detectó una fuga de gas en accesorios del gabinete, que está en una zona accesible de la calle. También encontró una pequeña fuga en la válvula de servicio".

La gerenta de Litoral Gas apuntó que ese día "se notificó al consorcio que debían contratar a un matriculado para que reparara ese inconveniente. Al día siguiente se rehabilitó el suministro porque un gasista reparó la falla y reportó lo actuado. Los técnicos que rehabilitaron constataron que ya no estaba más la fuga del gabinete".

Leegstra también aludió al correo electrónico enviado al municipio donde la empresa anunciaba que iba a romper la vereda en calle Salta para hacer trabajos de reparación. "El mail se envió debido a una marca amarilla pintada en la vereda por el reclamista que intervino el primer día y detectó una fuga en el gabinete y en la válvula de servicio. En la válvula, tras ser rubricada, desapareció. No obstante como lo detectó, marcó en el informe que debía hacerse un cambio de servicio. Y marcó el lugar para facilitarse la tarea a otro reclamista".

Según la profesional, Litoral Gas tiene convenido con la Municipalidad "para casos de apertura por mantenimiento de redes, que debemos informar los lugares donde hicimos un pozo o sobre posibles intervenciones".

Fue así que "aunque la fuga desapareció tras el reparo, como el reclamista había informado sobre esa fuga, el sistema de gestión generó una orden de trabajo para que se hiciera una nueva verificación. Esa verificación la hizo el reclamista que intervino el 2 de agosto y no detectó fuga ni en gabinete ni en la válvula. Por ende, cerró la orden de trabajo porque no hacía falta".

"La jueza en su fallo —siguió— dice que algunos vecinos escucharon que se iba a hacer una intervención, y ella interpretó que se iba a poner una válvula adicional en la vereda y que con este refuerzo no hubiera ocurrido la tragedia. Pero eso no tiene asidero. Tanto la vieja norma de instalaciones domiciliarios, como la actual indican la colocación de la válvula de servicio en gabinete, nunca en la vereda".

Para Leegstra, "el fallo judicial está basado en la válvula adicional que no existe en ningún lado y que ha sido una mala interpretación de la jueza. Habla del doble regulador, que la nueva norma lo exige, pero las normas no son retroactivas. Además, no significa que lo instalado con una regulación anterior sea inseguro".

"De hecho —aseveró— la exigencia de un segundo regulador en edificios para más de cinco unidades habitacionales no es por seguridad sino por confiabilidad del servicio. Uno de los reguladores queda en reserva por si falla el otro, para que se mantenga el suministro de gas".

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