Durante dos días, los líderes de la UE intentarán impulsar la firma de nuevos acuerdos de libre comercio, enviando así un mensaje de rechazo a la visión proteccionista del mandatario estadounidense, quien se retiró de una alianza comercial con los países del Pacífico y prometió reformar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Canadá y México.

"Queremos señalar nuestro firme y constante apoyo al comercio libre y justo, a un sistema comercial multilateral que sea abierto y esté regulado", manifestó hoy el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en rueda de prensa en Bruselas.

Los mandatarios de la UE validarán la aprobación, por parte del Parlamento Europeo, del Acuerdo Económico y Comercial Global (AECG) entre la UE y Canadá, allanando así el camino para su entrada en vigor de forma provisional en los próximos meses.

"Se trata de un mensaje importante, teniendo en cuenta la reaparición de las tendencias proteccionistas en el mundo", añadió Tusk.

Los líderes de la UE solicitarán a la Comisión Europea, que negocia en nombre de los 28 miembros del bloque, avanzar de manera "resuelta" en las negociaciones ya en marcha para firmar nuevos pactos comerciales, como es el caso con Japón, México y los países que integran el bloque comercial sudamericano del Mercosur.

Si bien la economía comenzó a crecer en toda Europa tras una larga crisis, el desempleo disminuye lentamente. 

"Sigue habiendo incertidumbre y por eso es importante garantizar la sostenibilidad de la recuperación", indica un borrador de la declaración final al que tuvo acceso la agencia de noticias Reuters. 

La cumbre tratará también otros asuntos importantes, como el debate en torno a la reelección del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, cuyo mandato finaliza el próximo 31 de mayo.

Tusk cuenta con el apoyo de la mayoría de los Estados miembros, pero no con el de su país natal, Polonia, que propuso al eurodiputado Jacek Saryusz-Wolski, de la misma nacionalidad, para reemplazarlo. 

No obstante, Tusk sería reelegido en el cargo mañana, según aseguraron fuentes diplomáticas a la agencia de noticias EFE.

Otros temas latentes a tratar, son la crisis de refugiados y la política de Defensa de la UE. A un año del cierre de la ruta de los Balcanes, decenas de miles de refugiados siguen paralizados en Grecia y los traficantes de personas siguen aprovechándose de su vulnerabilidad para hacer negocios. 

Ante esta situación, los jefes de Estado y gobierno europeos quieren acelerar la implementación de decisiones anteriores, como la aplicación de los principios de "responsabilidad y solidaridad" para que los estados de la UE cumplan con sus compromisos de acogida de solicitantes de asilo, o la del cierre de la ruta de los refugiados por el Mediterráneo central, adoptada en la cumbre de comienzos de febrero en Malta.

Los participantes de la cumbre analizarán también la situación en los Balcanes occidentales, dada la preocupación ante la aparición de nuevos focos de conflicto y por el aumento de la influencia rusa en la región suroriental del continente.

Aunque probablemente esta cumbre sea la última que se celebre antes de que el Reino Unido solicite formalmente su salida o Brexit, la cuestión no formará parte de la agenda, ya que la primera ministra Theresa May sigue esperando el voto definitivo del Parlamento que le permita solicitar formalmente la desconexión del bloque. 

El viernes, cuando May se haya ido de Bruselas, los 27 países restantes sí hablarán sobre el tema y analizarán los cinco escenarios diferentes presentados por la Comisión Europea, que van desde una reducción de la UE a un mero mercado interno hasta una reestructuración radical, pasando por una Europa de distintas velocidades.

Los jefes de Estado y gobierno deberán también buscar una línea común para emitir una declaración festiva con motivo del 60° aniversario de los Tratados de Roma, que dieron origen a la UE, el próximo 25 de marzo. 

Las grandes decisiones de cara al futuro deberán esperar a que se celebren las elecciones en Francia, Holanda y Alemania, claves para el futuro de la Unión por la posibilidad de triunfo de candidatos que se oponen al bloque y al euro.