Leopoldo López podría pasar más de 13 años en prisión

Leopoldo López podría pasar más de 13 años en prisión
La fiscalía general acusó al líder opositor de cuatro delitos, entre ellos el de instigación pública y daños a la propiedad, penados con varios años de cárcel
Los grupos opositores salieron ayer a protestar en Caracas para pedir la liberación de Leopoldo López, el líder radical apresado hace 45 días. La cita era en la misma plaza donde se entregó a la Guardia Nacional, y donde se levanta la estatua de José Martí, libertador cubano, con camisetas de "El que se cansa, pierde" y con mensajes de "¡No estás solo!", para rememorar aquel día. Pero esta vez decidieron quedarse allí durante 24 horas, de forma sorpresiva, en una "jornada nacional de resistencia".

Todos ellos ya sabían que la fiscal general de la república había dado a conocer horas antes los cargos contra el principal dirigente de Voluntad Popular (VP): instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad en grado de "determinador" y autor intelectual de un incendio, el de la propia fiscalía.

López se expone, de ser sentenciado por estos delitos, a una pena de 13 años, nueve meses y siete días de cárcel. El paso siguiente es que se designe un tribunal y que éste dicte el día para realizar una audiencia pública. Las primeras estimaciones del equipo de abogados de VP apuntaban que sería en cuatro semanas.

Para el recuerdo quedan los cargos iniciales de terrorismo y homicidio, por los que tanto insistieron tanto el presidente Nicolás Maduro como Diosdado Cabello, jefe del ala militar de la revolución.

Fotografías, documentos audiovisuales y testigos echaron por tierra la versión gubernamental, incluso lograron identificar a los autores de los disparos asesinos del 12 de febrero, cuando tras la marcha convocada por los estudiantes murieron el joven Bassil Dacosta y el militante oficialista Juan Montoya.

Varios agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) están detenidos tras la publicación de las imágenes.

Los incidentes por los que acusan a López se produjeron tras la represión contra los estudiantes. Incluso existe un video en el que se escucha al líder de VP mientras exhorta a los jóvenes para que den por terminada la marcha.

"Leopoldo debería estar aquí libre. Hoy vivimos otro capítulo de la justicia injusta", clamó ante sus seguidores Lilian Tintori, la mujer de López. "Venezuela está en emergencia y la lucha no va a parar", insistió, antes de mandar un mensaje de su marido a los militares que amenazaban la concentración: "No tienen que obedecer órdenes que violen las leyes".

El diputado Cipriano Heredia insistió en que "no podemos dejar la calle porque así dejamos que la dictadura se instaure". Quienes lo escuchaban habían llegado hasta Chacaíto desde distintos puntos de la ciudad, en pequeñas manifestaciones. Algunos contingentes de la Policía Nacional Bolivariana y la Guardia Nacional, con sus bombas lacrimógenas y con sus perdigones listos para ser disparados, permanecían atentos a muy pocos metros. Sin intervenir, de momento.

Pasados dos meses de las protestas, la fiscalía actualizó las cifras oficiales: 39 personas (31 civiles, ocho uniformados) murieron y 608 (414 civiles, 194 policías o militares) resultaron heridos desde el principio de las protestas hace dos meses.

La cifra de detenidos se dispara hasta 2285, de los que 192 han quedado privados de libertad. Gran parte de los que volvieron a la calle deben presentarse periódicamente a las autoridades.

La fiscal también anunció que se abrieron diligencias tras la arremetida salvaje de guardias nacionales y brigadas de choque chavistas contra estudiantes en la Universidad Central de Venezuela (UCV), el centro público más importante del país. Las imágenes de agresiones, asaltos, robos, pistola en mano, incluso forzando a desnudarse a varios estudiantes opositores están dando la vuelta al mundo.

El movimiento estudiantil recibió ayer la noticia con suspicacia absoluta: en cinco años, la casa de estudios, Patrimonio de la Humanidad, sufrió 73 asaltos de paramilitares oficialistas y ninguno fue procesado, según los datos del Centro para la Paz y contra la Tortura.

"Son grupos armados que tienen azotada la serenidad del país", denunció la rectora, Cecilia García Arocha. "La paz no se decreta, se construye, con respeto a la disidencia", añadió, en un claro mensaje dirigido al presidente Maduro.

Entre las autoridades no causó sorpresa comprobar cómo entre los agresores figuraba Kevin Ávila, antiguo dirigente estudiantil y uno de los jóvenes favoritos de Hugo Chávez para la reconquista chavista de la UCV..

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