Legislativas 2017: terminan las vacaciones y en el PJ empiezan los posicionamientos

Legislativas 2017: terminan las vacaciones y en el PJ empiezan los posicionamientos

Se va el mes de enero y en un año electoral eso significa que los actores políticos comienzan a cambiar el traje de baño por la ropa de campaña. Las legislativas están a la vista y los espacios partidarios pampeanos, sus líneas internas y sus dirigentes inician posicionamientos y estrategias para llegar lo mejor parados posible al mes de octubre, cuando se harán los comicios generales.

 

El peronismo otea el panorama sin dejar de observar de reojo lo que ocurre a nivel nacional. Por conveniencia propia, aun los que sueñan con una candidatura legislativa hacen silencio. Pero por lo bajo suenan nombres y se da aire a las especulaciones.

Ahora es tiempo de especulaciones, negociaciones y chicanas de bajo perfil. Apenas despunta el tiempo proselitista y en algunos casos la realidad pampeana estará atada al devenir de los acuerdos o desacuerdos a nivel nacional.

Lo que sí se sabe es que el próximo 10 de diciembre dejarán el Congreso Nacional el justicialista Gustavo Fernández Mendía, el radical Francisco Torroba y el PRO Martín Maquieyra, quien ocupa como suplente la banca que originalmente era de Carlos Javier Mac Allister.

“Taco” en las gateras

A primera vista, aparece como improbable que Fernández Mendía tenga espacio para ir por la reelección. Hizo una gestión opaca y sus vaivenes lo dejaron parado a mitad de camino en la interna del PJ: llegó como kirchnerista y se acomodó a los tiempos en el Bloque Justicialista de Diego Bossio. Pero está atado con alfileres.

Para su reemplazo, el justicialismo hará el intento de conformar una lista de unidad que le permitiría incluso soñar con obtener dos bancas.

Para ello tendrá que tejer porque hay varios sectores que tienen expectativas, pero también es cierto que nadie discute el liderazgo del gobernador Carlos Verna, en un pacto de equilibrio con Rubén Marín, como viejo caudillo y presidente del PJ pampeano.

Por eso suena fuerte el nombre de Espartaco Marín como postulante: “Taco” no disimula sus visitas a distintos puntos de la provincia ni su relación con diversos sectores. Activo, siempre parece en campaña. No termina de decirlo con todas las letras, pero está anotado en esa carrera, también, como una posible revancha de su pelea de 2013, cuando compitió con Fernández Mendía y se sintió “corrido por izquierda”.

El marinismo, además, cree que le corresponde ese espacio en el Congreso Nacional, donde ya talla un vernista puro como Sergio Ziliotto: Convergencia pretende un equilibrio consensuado, tal como ocurre en la Cámara Alta, donde Daniel Lovera y Norma Durango representan cada uno a su espacio.

El tiempo dirá si el vernismo puro acepta el salto de “Taco”, que a su vez dejaría libre la presidencia del bloque legislativo para ubicar en ese cargo a alguien que le sea más confiable todavía (si bien el oficialismo reconoce lealtad y eficiencia en el desempeño de Marín hasta el momento).

Opciones del vernismo

 

El vernismo tiene otras opciones más propias, del riñón. Fieles al estilo del jefe, los “postulables” son inescrutables. El hermetismo es característica elevada a virtud en las filas de la Plural.

El que se quema con leche cuando ve la vaca llora: Oscar Zanoli, leal intendente de Ingeniero Luiggi, apenas se animó a hablar del tema, incluso negando que piense en una candidatura, y eso le costó algún reto. Ahora nadie quiere ni abrir la boca para decir que no. Pero tampoco está desechada la opción de que algún jefe comunal se calce el traje.

Mientras tanto el vernismo especula en silencio. El ministro de Gobierno y Justicia, Pablo Bensusan, ha elevado su perfil en los últimos tiempos y le permitiría al espacio mostrar una cara relativamente joven en la siempre esquiva Santa Rosa. El yerno del histórico ladero vernista Juan Ramón Garay aparece en algunas listas manuscritas.

Un nombre que nunca deja de formar parte de esa danza es el de Luis “Cacho” Campo, exvicegobernador. Era número puesto en aquel 2011 en que Cristina con todo el poder digitó desde Buenos Aires la candidatura de María Luz “Luchy” Alonso. Campo dio un forzado paso al costado y los caciques del PJ vernáculo le reconocieron el gesto y le prometieron que alguna vez sería recompensando. ¿Ya pasó demasiado tiempo?

Su nombre, además, instala una realidad: donde manda capitán vernista, lo primero que se mira es el territorio piquense, donde están los porotos que han empujado las victorias electorales de los últimos tiempos.

Buscar la fórmula

De Pico es también la ministra de Desarrollo Social, Fernanda Alonso, una de las vernistas que más nivel de conocimiento tiene en la provincia (si diera un salto a Nación, eso le representaría al Ejecutivo la necesidad de modificaciones importantes en el Gabinete). También Alicia Mayoral, actual diputada provincial.

El PJ aspira a la posibilidad real de que el peronismo gane dos bancas, si es que radicales y PRO van aliados y entonces se polariza el comicio (de lo contrario podría ocurrir que cada una de las fuerzas ubique su candidato, siempre de acuerdo al sistema D’Hondt). Esa situación otorga más importancia al modo en que se conforme la fórmula completa, ya que quien ocupe el segundo lugar puede ser protagonista clave.

En ese mundillo de las especulaciones preelectorales, y a partir de los números de las encuestas, no es indiferente al peronismo el posicionamiento del ministro de Seguridad, Juan Carlos Tierno, que flirtea con otros espacios y juega en tándem con su esposa, la diputada Sandra Fonseca.

Todo movimiento del PJ pampeano, además, estará atado -poco o mucho- a la realidad nacional. El peronismo viene coqueteando tensamente con una posible unidad, que depende centralmente de la distribución de poder en la provincia de Buenos Aires. Si las elecciones fueran mañana, todo indica que el massismo quedaría fuera de un acuerdo general que podría contener al justicialismo en sus diversas variantes, incluyendo al kirchnerismo.

Ante esos vaivenes y posibilidades reales, el que está atento es el diputado Jorge Lezcano. Sindicalista, bien posicionado desde lo electoral en Santa Rosa, Lezcano hizo buenas migas con el vernismo puro desde que comenzó la gestión.

Hoy parece casi un soldado de Verna, más allá de las mutuas desconfianzas. Y -paradójicamente o no- fue en 2015 un engranaje fundamental del espacio K en nuestra provincia, al punto que salvó la ropa en la interna por los cargos legislativos. Si el PJ decide a nivel nacional pararse como oposición furibunda en la vereda de enfrente a Macri, Lezcano asoma como una opción.

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