El Gobierno porteño esperará hasta el fin de semana para monitorear detalladamente la aritmética de la pandemia en el distrito como producto de la cuarentena estricta a la que se regresó el 1 de julio. Es que comenzará a notarse su efecto a partir de unos días, mientras que aún, consideran los funcionarios, el conteo revela los contagios durante la fase “light” que se implementó en la Capital hasta el miércoles pasado. La última semana será clave para las definiciones.

Por otra parte, para los funcionarios que siguen de cerca la dinámica de la pandemia a nivel local, los números de contagios estarían iniciado un amesetamiento, necesario para tener bajo control el funcionamiento del sistema de salud que continúa para el Área Metropolitana de Buenos Aires, con más de 50% de las camas de terapia intensiva ocupadas. Sin embargo, tomando la curva de contagios a nivel del país, también los expertos ven un “aplanamiento” pero preocupa en la Ciudad, eje con el conurbano de la epidemia, que restaban hasta ayer unas 130 plazas (contabilizando 100 que se agregaron hace menos de un mes) para internación de enfermos de covid-19 de gravedad.

La cuarentena “en ronda” o en danza podría tener otra temporada si los contagios se mantienen o comienzan a bajar; es el mecanismo que comenzó implementando la Ciudad de Buenos Aires cuando abrió la venta minorista, advirtiendo que se podría volver atrás si aumentaban los casos de infecciones, lo que finalmente ocurrió. Si se diera una disminución significativa de contagios, una nueva etapa de apertura se estaría considerando bajo los mismos términos de cerrar nuevamente si la situación se agrava, pero manteniendo especialmente las restricciones para que el uso del transporte público sea exclusivo para trabajadores de actividades consideradas esenciales.

En el fin de semana se sumaron 930, el sábado, lo que elevó los positivos acumulados desde que comenzó la pandemia a 30.670, de los cuales 10.144 son de barrios populares, con un total de 594 fallecidos, según el parte diario de situación sanitaria del Gobierno porteño distribuido ayer a la mañana.

Las altas acumuladas son 11.527, con lo cual los casos activos en la Ciudad son 19.150.

Ayer, acerca del aislamiento vigente, Alberto Fernández admitió que se contempla la posibilidad de continuar la cuarentena rígida en el AMBA más allá del próximo 17 de julio, de acuerdo con los resultados de la fase presente del aislamiento obligatorio.

“Vamos a ver cómo van a ser los resultados que vamos a empezar a conocer recién a partir de mediados de esta semana”, explicó Fernández ante las radios cuando se le preguntó acerca de la posibilidad de continuar con una cuarentena estricta.

“Todos queremos flexibilizarlo, pero no queremos flexibilizar la cuarentena poniendo en riesgo la salud de los argentinos”, agregó el Presidente, y que “la Organización Mundial de la Salud dijo la semana pasada que esto está muy lejos de terminar, hay que hacerse de paciencia y entender. No es algo que resuelve el Gobierno con un decreto, el fin de la pandemia”.

Sin embargo, Alberto acotó que en principio el cumplimiento del aislamiento en el AMBA es “bueno” y “las primeras conclusiones son muy buenas porque buscamos que parase la circulación”.

“Si para la circulación, baja el contagio, y si baja el contagio, la velocidad de los contagiados se reduce. Eso nos da tiempo a liberar camas de gente que se recupera y vuelve a su casa, y también nos permite tener mejores condiciones para atender a los que se enfermen en el futuro”, recordó el Presidente.

En otro sentido consideró que “necesitamos que cuando el 17 de julio termine esta cuarentena que estamos pasando ahora fijemos el horizonte y empecemos a trabajar para desarrollar la economía, la producción y el trabajo”. Ese es el otro tema que preocupa a Horacio Rodríguez Larreta, que ve día a día descender la recaudación mientras que mantiene una mora considerable de los vecinos en el Impuesto Inmobiliario y el de Patentes.