Larreta, gran elector en cargos clave para Macri

Larreta, gran elector en cargos clave para Macri

Tras la definición bonaerense, el centro de las decisiones para definir la lista central pasará por la Capital. El jefe de Gobierno porteño no tiene la misma relación con todos los candidatos posibles.

Mauricio Macri dejó atrás la turbulencia (si es que alguna vez existió, como relató este diario hace una semana) que parecía haber provocado la idea de desdoblar la elección bonaerense de la presidencial. Esa cuestión ya no es tema y la Casa Rosada tiene por delante un menú de decisiones que van desde el armado de la agenda de campaña (donde la economía no parece que tendrá demasiado lugar ya que de allí no provendrán noticias maravillosas) hasta la definición de algunas candidaturas clave.

En ese juego de decisiones que vienen delante aparecen dos protagonistas: Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió, y un distrito esencial para Macri, la Capital Federal. Todas las novedades de importancia vendrán de allí.

Sin dudas el jefe de Gobierno porteño será el gran elector de todo el armado que queda por delante; inclusive impactará hasta en el armado de la fórmula presidencial.

Tras el anuncio de Vidal y mas allá de las definiciones que restan en provincias, como si Gerardo Morales se separará o no de la elección presidencial, Macri debe decidir con quién compartirá la fórmula para la reelección y a quiénes les confiará la presidencia provisional del Senado y la jefatura de Diputados. Todos los candidatos posibles a esos cargos tienen sello porteño en sus documentos; una acumulación geográfica de nombres que pocas veces se vio en la historia electoral argentina. La cuestión es que no todos los porteños que van a llenar esos espacios cuentan con la misma simpatía y apoyo de Rodríguez Larreta y tampoco de Carrió.

Macri ya rompió la regla histórica de la política de combinar distritos en la fórmula presidencial cuando fue a la elección del 2015 junto a Gabriela Michetti. No habría novedad entonces si este año decide repetir ese binomio de dos porteños. ¿Qué tiene a favor y en contra la vicepresidente para volver a ocupar el puesto?. Quienes conocen la intimidad política de Macri saben que el Presidente está tranquilo con Michetti como vice; tiene la absoluta confianza en que ella no puede producirle interna alguna adentro del Gobierno. De hecho hasta Michetti firmó algunos decretos complicados por pedido de Marcos Peña cuando el Presidente estaba en el exterior. En un país donde los vicepresidentes llegaron a perder la confianza de su jefe, ese tema no es poco. El problema es saber si Macri esta vez no necesita un acompañante que traccione votos con otros temas clave de la agenda electoral y si algunas posiciones de Michetti, como el tema aborto, impactarán o no en su imagen. Una aclaración: esto último no juega igual con el electorado siempre pretensiosamente progre de la Capital, que con el más conservador del interior.

En la lista de competidoras (porque se asegura que sí o sí será una mujer) aparece primero Patricia Bullrich, que viene preparándose para el desafío y aporta además imagen en un tema que Cambiemos deberá llevar al tope de la agenda como es la inseguridad y el narcotráfico. La tercera, se sabe, en esa lista es Carolina Stanley: está en expectativa pero sus chances eran más fuertes hace un mes que ahora.

Como sea, son tres porteñas que tiene distintos tipos de relaciones políticas con Larreta y, sobre todo, con Carrió.

Abajo de ese juego hay otro no menos importante. Macri (y Larreta) deben decidir quiénes ingresarán al Senado por la Capital en este turno de renovación. Es mas, de esos nombres también surgirán, seguramente, el presidente provisional del Senado, es decir, el tercer hombre o mujer en la línea de sucesión presidencial. Ahí hay dos nombres que juegan doble: Federico Pinedo y Diego Santilli.

Pinedo es un elemento esencial en el Senado a la hora de negociar votaciones con el PJ. Es lo que se llama uno de los garantes de la gobernabilidad, rango en el que también entra Miguel Pichetto por la oposición.

No es un secreto que Pinedo trabaja por la reelección en esa Cámara, pero siempre a disposición de lo que decida Macri. Y está primero para renovar como presidente provisional. Ayer cumplía funciones esenciales en Roma, donde el macrismo no tiene demasiados interlocutores, Estaba listo para reunirse allí con monseñor Paul Gallagher, el estratégico secretario para Relaciones con los Estados del Vaticano, es decir, el canciller de Francisco.

Santilli, actual vice jefe de Gobierno y ministro de Seguridad porteño, no quiere renovar de la mano de Larreta porque eso le invalidaría una carrera por la jefatura dentro de cuatro años. Y no solo está por delante el sillón en el Senado y la presidencia provisional, sino también solucionar quién será el nuevo presidente de la Cámara de Diputados cuando Emilio Monzó se vaya. Con simpatías o rechazos, todos deberán pasar debajo de la misma lupa porteña.

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