El intendente Luis Larrañaga logró este jueves a la noche, en el club Sarmiento, un espaldarazo político del senador Carlos Verna, que decidió hacer acto de presencia en el acto popular masivo que el intendente preparó para impulsar su reelección.

Eso sí: al jefe comunal no le salió gratis semejante apoyo. Porque Verna, sin decir una sola palabra, lo usó para que le pegara al gobernador Oscar Mario Jorge, con quien tiene la feroz pelea de fondo el próximo 5 de julio.

Además hubo notables ausencias en el gimnasio de la calle Raúl B. Díaz: el kirchnerismo no estuvo y eso incluyó el faltazo de Miguel García, secretario de Cultura y Derechos Sociales, que ya avisó que no votará a Verna y que en este contexto representa un severo ruido en la gestión municipal.

Fue un acto típicamente peronista, con bombos y choripanes para los asistentes, que colmaron el gimnasio de Sarmiento.

Verna y Larrañaga llegaron a hurtadillas, al ingresar por la puerta trasera del club azul, que fue prolijamente decorado con carteles blancos que mencionaban a distintos barrios, pero que se “vendían” solos: la letra que aludía al Butaló, al Obereros de la Construcción, al Fonavi 42 o a decenas de zonas de Santa Rosa, estaban en realidad confeccionados con el mismo aerosol y con la misma letra, como si en vez de pertenecer a esos sectores hubieran sido hechos por una misma mano.

También fue visible una pancarta de la “agrupación política La Verna” (sic). Larrañaga agradeció la presencia de “Convergencia”, pero se trató de un sector muy minoritario, sin referencias de peso.

El intendente dedicó todo su discurso a pegarle a Oscar Mario Jorge. Llevó munición pesada, como si hubiera arreglado eso con el silencioso Verna, que apenas aportó en el acto su presencia y las de algunos dirigentes cercanos, comoPatricia Matalón, presidenta de la Junta Electoral del PJ. Fueron curiosas, para hacer pie en Santa Rosa, las presencias de dirigentes piquenses como la diputada Fernanda Alonso y Jorge Tebes. También estuvo el jefe comunal de Perú, Roberto Kroneberger.

Los vernistas de Santa Rosa tampoco aparecieron: Sergio Ziliotto, que es el jefe de campaña de Verna, Marcelo Pedehontaá. Juan Ramón Garay -las caras más visibles del vernismo en la ciudad- construyen por otro lado.

En el escenario oficial, Larrañaga puso a los dirigentes que lo acompañan en la gestión, como sus secretarios y concejales.

Se quejó de que recibió un “municipio deteriorado”, se jactó de las obras de cloacas que hizo en su gestión y protestó por el “montón de ‘no’ sistemáticos” del gobernador Jorge.

Aludió a la crisis que soportó por las tormentas e inundaciones, cuando “el único que se puso al lado nuestro a trabajar fue el Ejército Argentino; del gobierno provincial no recibimos ni una llamada telefónica”.

Dijo que el de Jorge es “un gobierno mezquino y egoista, que no tolera una gestión municipal superadora de otras anteriores”. Dijo que está “gobernando solo, y le ponemos sangre, sudor y lágrimas a la gestión”.

Aseveró que la opción del 5 de julio es “entre burócratas indolentes o políticos con alta sensibilidad social. Nos quieren engañar con el recambio generacional, pero el peronismo tiene viejos brillantes y no podemos darnos el lujo de no contar con ellos”, apuntó dejando en el archivo su referencia a Verna y Marín como “el olor a cala” del PJ.

Larrañaga llamó a “sacar a La Pampa de esta chatura” y con Verna sonriendo a sus espaldas llamó a “derrotar a nuestros verdaderos adversarios: la derecha pampeana. Que es la de la alianza de la UCR y el PRO”, aclaró.