La venganza no es nueva. La ejecutaron los radicales duros contra los correligionarios que migraron a la Concertación que impulsó Néstor Kirchner en 2007, y que tuvo a Julio Cobos como máximo exponente. Al exvice, y a tantos otros, les exigieron como precio por la vendetta a manos del peronismo la desafiliación directa. El mismo plan pretende ahora pergeñar el pejotismo bonaerense contra los justicialistas que detentan cargos público y se vayan al Frente Renovador. 

En este contexto, el Partido Justicialista de Bahía Blanca emitió un duro comunicado sobre el pase del intendente Gustavo Bevilacqua del FpV a las filas del FR. "En actitud contradictoria dice dedicarse a la gestión y en un año tomó una decisión sin ningún tipo de justificación más que su propia especulación política", le endilgaron desde las oficinas que conduce Juan Bautista Leiva, exsecretario del ministro sciolista Cristian Breitenstein.

Al jefe comunal le machacan haber sido postulado y votado bajo el sello del PJ, y ahora decidiera irse del Justicialismo, haciendo oídos sordos a los gobiernos nacional y provincial. "Bevilacqua prefirió no cooperar con ninguno adoptando la posición facilista de la queja y la denuncia, sin hacerse cargo de los problemas de los ciudadanos bahiense", agregó el texto.

"Como dice la antigua frase: "Roma no paga traidores", los justicialistas de Bahía Blanca, y también los independientes, sabrán evaluar oportunamente esta actitud", remarcó con la promesa de estudiar el retiro del carnet peronista. "Eligió el camino individual y no del trabajo conjunto. Por lo tanto nuestro partido evaluará la desafiliación del intendente", concluyó.

El vocero del PJ bahiense, Jorge Draghi, aclaró que "no permitirán que una persona juegue dentro del partido, utilizando los votos que le dio el partido y a la gente que confió en nosotros, y ahora de un paso al costado traicionando de alguna manera todo lo que prometió", enfatizó. "No podemos permitir que se use al PJ como base de su campaña política", sentenció.

La advertencia está planteada. El PJ ya prepara sus armas. Todavía es una incógnita cuántos heridos y trincheras vacías dejará esta nueva "cacería" política.