Las lágrimas de cocodrilo de Massa

Las lágrimas de cocodrilo de Massa

El ex intendente de Tigre busca mostrarse ante la sociedad como una víctima de la ex SIDE por el robo sufrido en plena campaña electoral del 2013. Sus vínculos durante años con los servicios de inteligencia a través de Francisco “Paco” Larcher

La victimización parece ser la maniobra que juega por estas horas el diputado nacional por el Frente Renovador, Sergio Massa. Ayer, en una conferencia de prensa que dio junto a su mujer Malena Galmarini, el ex intendente de Tigre se quiso mostrar como una víctima de los servicios de inteligencia por el robo sufrido en su propiedad durante la campaña electoral del año 2013.

Las escuchas telefónicas que se conocieron del prefecto Alcides Díaz Gorgonio, detenido por el robo a su casa, en el que se reconoce como un agente de la ex SIDE, motivaron que el ex alcalde elucubrara acciones de los servicios de inteligencia en su contra por parte del gobierno nacional.

El ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández, que durante más de diez años fue un ferviente defensor del modelo K, pareciera tener cierto lapsus en su memoria, ya que no recuerda sus estrechos vínculos con quien fuera el número 2 de la Secretaría de Inteligencia durante la era Kirchner, Francisco “Paco” Larcher.

Massa y Larcher se conocieron cuando el primero cumplía funciones en el Ministerio de Desarrollo Social durante el gobierno menemista, y su relación se fortaleció aún más cuando el kirchnerismo llegó al poder y el tigrense pasó a conducir la Anses. Desde ahí las reuniones entre ambos fueron habituales y la buena relación llega hasta estos días, en los que se menciona a Larcher como uno de los hombres detrás de la campaña presidencial del diputado.

Larcher, que era conocido como el “Señor 8” por el piso que ocupaba dentro de las instalaciones de la ex SIDE, es un Nestorista que defendía ciegamente la labor del santacruceño y que tuvo graves enfrentamientos con la Jefa de Estado una vez que Kirchner murió, llegando en diciembre último a sacarlo de su puesto junto al titular de Inteligencia de entonces, Héctor Icazuriaga.

Son muchas las voces que se levantan diciendo que las escuchas telefónicas al prefecto Díaz Gorgonio, fueron dadas a conocer a la prensa por gente que todavía sigue reportando políticamente a Larcher dentro de los servicios de inteligencia, de ahí que la operación en su contra denunciada por Massa carezca totalmente de sentido.

El tigrense calla y nada dice sobre estos contactos fluidos con quien fuera el verdadero motor interno de la ex SIDE durante una década, sino que por el contrario apela a golpes bajos como las lágrimas de su esposa en plena conferencia de prensa, buscando articular un papel de “víctima” de los servicios, que pocos creen en realidad. Basta recordar que diferentes sectores opositores señalaron durante años que Larcher era el responsable de efectuar las escuchas telefónicas, los seguimientos y los aprietes a todos aquellos que se pararan del otro lado político del kirchnerismo y a los cuales Massa nunca criticó ni censuró de ninguna manera.

Además, son crecientes los rumores que hablan de que la caída en las encuestas que viene mostrando de cara a las elecciones de agosto, que lo ubican en un cómodo tercer lugar, es clave a la hora de encarar una nueva estrategia por parte del diputado nacional, mostrándose como víctima de una situación en la que tiene mucho de cómplice y poco de perjudicado.

Acechado por los números que lo mostrarían detrás de Mauricio Macri y Daniel Scioli, el tigrense busca revitalizar su candidatura con denuncias que se asemejan más a las teorías conspirativas y desestabilizadoras que suele elucubrar el gobierno nacional que a acciones concretas de la realidad.

Escenario complicado el que se le presenta al líder del Frente Renovador, con números que no cierran en su ambición de llegar a la Casa Rosada y aludiendo a presunciones persecutorias en su contra que no hacen más que mostrar la debilidad política en la que se halla sumergido.

Comentá la nota