Hace ya varios años dijimos que las represas sobre el Río Santa Cruz eran inviables por varias razones, pero especialmente por ser ambientalmente insustentables. Se hicieron Estudios de Impacto Ambiental truchos, entre los ejecutores estaba el entonces gobierno de CFK y el grupo de poder empresario de Electroingeniería, que empujaban para el inicio de la obra mientras del otro lado, a nivel provincial el diputado nacional Eduardo Costa (UCR-Cambiemos) se rasgaba las vestiduras debido a la corrupción que teñía la obra, el desastre ambiental que se produciría por la falta de seriedad en el EIA y los cálculos del daño ambiental y ecológico que dejarían. A nivel nacional Mauricio Macri hizo campaña apuntando, entre otras cosas, al “nido de corrupción” de las represas Cóndor Cliff-La Barrancosa y amenazaba con el “lápiz rojo”, ni bien asumiera.

Asumió Macri, se postergó el inicio de la obra, no se investigó nada de lo sucedido en “Represas Patagonia” y lo que se haya investigado nunca salió a la luz; la opinión pública solo se enteró de que el gobierno nacional redujo la potencia, bajó un par de turbinas y ordenó un nuevo EIA. Después (sobre todo lo demás), silencio.

Al poco tiempo, descubrimos que el gobierno de Macri encontró las bondades de la generación de energía hídrica como la panacea energética y lo que era insostenible, obsoleto, superado en el mundo y un nido de corrupción, comparable con Yaciretá, pasó a ser un emprendimiento con gran futuro y donde había que apostar para el crecimiento energético de la nación.

Para Eduardo Costa, de pronto, en las represas desapareció la corrupción, a pesar de que Electroingeniería sigue siendo la misma empresa K y los más de 680 millones de dólares cobrados en la década ganada nunca nadie le pidió que los rinda y si los rindió, nadie se enteró, porque jamás se hizo público.

Pero Costa fue más allá y después de recorrer por primera vez los campos donde van a estar los diques y hablar desde allí como si fuera una obra pensada para remediar el problema energético del mundo, se quedó con lo fundamental: la promesa de cuánta mano de obra empleará (cuando se haga) la construcción del complejo.

Y aquí Costa se emparejó con Alicia Kirchner, porque la gobernadora para apoyar su campaña y antes también lo hizo Peralta y también CFK, comentó a quien lo quiera escuchar, cuantos “Puestos de trabajo tendrán los santacruceños” cuando la obra comience.

Pero de aquellos 5.000 puestos que tímidamente ofrecían los Kirchner, sin decir finalmente cómo, de qué manera y quién lo constituirían, porque de antemano sabemos que el 80% será mano de obra de afuera de Santa Cruz, quedaron reducidos solo a un porcentaje de lo que el referente de “Cambiemos” en la campañas PASO, prometió para los trabajadores de Santa Cruz. Eduardo Costa colocó en su local de San Martín y Alcorta, un cartel con un llamado “a todo aquel que quiera trabajar en las represas” para anotarse en una página publicada a tal efecto indicando que se necesitarían 6.500 trabajadores. Ergo: el mensaje, por propiedad transitiva es, “Cambiemos producirá 6.500 puestos de trabajo: votanos y anótate si querés conseguir laburo”; una falacia.

Recordemos que en la campaña 2011, Costa en su merchandising de campaña y mientras criticaba la superpoblación del Estado K, prometía 20.000 nuevos puestos de trabajo en Santa Cruz, entre otras cosas y el acceso a un crédito para acceder a la vivienda, mediante una especie de tarjeta de propaganda, en la cual se encargaba de aclarar en letras pequeñas que estaba sujeto a previa decisión bancaria. En definitiva, lo que pretendo señalar es la gran hipocresía existente en el uso político de los temas sensibles y de interés general, como es el este caso, la fuente laboral y la escasez del mismo en la provincia.

En este punto, tanto el kirchnerismo como el oficialismo nacional siguen engañando a la opinión pública, haciendo prácticamente inminente el inicio de las obras de las represas, sin embargo, sobre las mismas pesan dos Amparos judiciales y una tercera denuncia por incompatibilidad al Viceministro de Energía, tal como lo expresara Pino Solanas, que aún no han sido resueltas.

Sin que se expida la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sobre la viabilidad o no de los Estudios de Impacto Ambiental realizados, a su vez fuertemente cuestionados técnicamente por ambientalistas y profesionales en la materia, es imposible que la obra se ponga en marcha. Las Audiencias Públicas realizadas no tienen ningún valor vinculante, hasta tanto se expida el máximo tribunal y suponiendo que éste lo haga negativamente, nada de lo que dicen que va a suceder con la obra sucederá.

Esto es importante aclararlo, por cuanto la opinión pública está siendo inducida, engañada y utilizada, mediante mensajes falaces de uno y otro lado, de que todo está bien y la obra dará inicio en cualquier momento. Desde hace 8 años escucho fechas propuestas, nuevas fechas, suspensiones y promesas de estar en la recta final.

Ninguno de los candidatos le cuentan a la opinión pública, entre otras cosas, cómo será la composición de la masa trabajadora que empleará las represas: la gran articuladora de todo será la UOCRA, de fuertes ramificaciones políticas y altamente cuestionada internamente por la segregación de sus propios afiliados. Un número aún indeterminado será de origen chino, por cuanto esto se encuentra plasmado en los pliegos de condiciones. Un porcentaje no menor será de origen extranjero (chilenos, peruanos, bolivianos) y otro gran porcentaje de argentinos de otras provincias, especialmente del NOA y NEA. Más allá de que se pueda producir una reactivación comercial regional directa o indirecta, todo ello, para ser más o menos auspicioso y de impacto positivo para Santa Cruz, deberá estar vinculado a una política desarrollista, de infraestructura y planificación que no la tiene el gobierno actual ni la trae Eduardo Costa.Y si esto fuera poco el kirchnerismo siempre evadió explicar el tema y Eduardo Costa nunca loa abordó,que es la problemática derivada de dos grandes nuevos asentamientos humanos, que demandarán servicios, infraestructura, logística y seguridad. sto, en el mundo, generalmente se planifica para mitigar su impacto. En Santa Cruz, los candidatos van para adelante; Dios proveerá.

En síntesis, sería importante que los candidatos, le bajen el tono a las promesas y vivan de la realidad, así, de esa manera, se van a acercar más a la gente que de esta otra forma: contándoles a todos lo que quieren oír, pero negando u ocultando una gran parte de la verdad.