La Justicia le dio un plazo a la Ciudad para urbanizar la villa 20

La Justicia le dio un plazo a la Ciudad para urbanizar la villa 20

Un fallo de la jueza Elena Liberatori le ordenó al gobierno de Mauricio Macri terminar los trabajos antes del 10 de diciembre de 2015; la medida judicial será apelada; cien personas mantienen el acampe

Durante los cuatro meses que restan de 2014 el gobierno porteño deberá comenzar con las obras de urbanización de la villa 20, que deberán finalizar antes del 10 de diciembre de 2015, según una resolución judicial firmada ayer.

El fallo se dio a conocer en medio de una polémica desatada entre la Nación y la Ciudad por un frustrado operativo contra una supuesta banda narco que se iba a realizar el jueves por la noche en un predio lindero, y del que se informa por separado.

El asentamiento conocido como barrio Papa Francisco fue desalojado durante la madrugada del sábado pasado, apenas tres días después del asesinato de Melina López.

La jueza del fuero Contencioso Administrativo y Tributario Elena Liberatori resolvió ayer la medida cautelar presentada el miércoles pasado por Reinaldo Arnez Medrano, una de las personas desalojadas del barrio bautizado Papa Francisco, y Angélica Urquiza, vecina de la villa 20. La petición tenía como ejes principales la urbanización de la villa y la construcción de viviendas.

"El miércoles apelaremos la medida", aseguró a LA NACION el procurador general, Julio Conte Grand. "Hemos recibido una medida cautelar vinculada al proceso de urbanización de la villa 20, que nos exige información respecto del plan dispuesto por el gobierno. Dispone en forma cautelar afectaciones presupuestarias provisorias para el ejerció en curso y 2015, pero no es una sentencia definitiva", agregó el funcionario.

El fallo no ordena medidas concretas respecto del acceso a la vivienda digna, aunque sí describe el proyecto que había presentado el gobierno porteño en la causa por urbanización que está en manos de la misma jueza.

El plan, detallado entre las quince fojas de la resolución que ayer firmó Liberatori, incluye apertura de calles, movimiento de suelos, provisión de servicios públicos, desagües pluviales, asfaltado de calles e instalación de cloacas, redes de agua potable y redes eléctricas.

En cuanto a la construcción de viviendas el proyecto oficial prevé 450 viviendas de tipología planta baja y primer piso y una cantidad máxima de 3500 unidades con tipología máxima de planta baja y seis pisos. Liberatori ordena que se ponga en marcha ese plan.

"Estime el costo de ejecución del anteproyecto de urbanización de la villa 20, según ley 1770", resuelve la jueza. Y continúa: "Reasigne las partidas presupuestarias necesarias del presupuesto 2014 con el fin de dar comienzo en el curso de este año a la ejecución de la urbanización mencionada".

La magistrada ordena al gobierno a "adoptar los mecanismos reglamentarios, administrativos y de gestión idóneos para garantizar la ejecución de las obras con economía, eficiencia y eficacia".

CONTINÚA EL ACAMPE

En tanto, a una semana del operativo que realizaron el sábado pasado efectivos de Gendarmería Nacional y la Policía Metropolitana aún continúa cerrada al tránsito la avenida Fernández de la Cruz entre Pola y Escalada. Allí permanece un grupo de familias -unas cien personas- que no aceptan ser trasladadas al parador de Parque Avellaneda donde se alojaron cientos de personas que vivían en Papa Francisco.

Ese centenar de personas, entre hombres, mujeres y niños, están instaladas en unas quince carpas ubicadas en dos grupos separados por una reja dispuesta a la altura de Pola. "Estamos como presos", le dijo ayer una de las mujeres a LA NACION.

Cuentan que si pasan el perímetro del corralito, los oficiales de la Metropolitana no los dejan volver a entrar. Comen lo que les pasan otros vecinos. Van al baño donde pueden. Hace, por lo menos, una semana que no se bañan.

Del otro lado el acampe parece más distendido. Los chicos juegan a la pelota a pocos metros de donde pasa el Premetro, que ya está funcionando. Hasta los caballos sueltos cruzan la vía peligrosamente. "De acá no nos vamos. Acá nos quedamos porque no vamos a estar mejor en ningún lado", le cuenta Gladys a LA NACION, sentada en el cordón de la vereda junto a María y Suni, rodeada de chicos que toman la merienda.

Detrás de ella, hay una olla grande y una pava tiznada por las llamas del fuego de leña. Al costado hay otras dos ollas de gran tamaño, pero apoyadas sobre hornallas conectadas a una garrafa. Debajo, docenas de cáscaras de huevos chorrean yema. La calle, en definitiva, se transformó en un asentamiento que tiene un destino incierto. Como el de sus habitantes.

La Policía Metropolitana continúa con el blindaje de seguridad en todo el perímetro del predio, apoyada por camiones hidrantes y efectivos de civil que están en alerta. Nadie entra. Y el que sale se queda afuera.

A pesar de la premisa que se cumple a rajatabla en las últimas horas del jueves hubo un intento de tomar una porción del terreno próxima al sector que sigue habitado. Las intenciones quedaron sólo en eso ya que el interior del lugar está siendo fuertemente custodiado y las topadoras continúan con su trabajo.

SEIS MESES DE OCUPACIÓN

700 Familias

Según el censo que realizó el gobierno porteño hace pocos meses, esa cantidad de familias vivía en Papa Francisco

7 Días

De acampe en la avenida Fernández de la Cruz de un grupo de familias que se resiste al traslado

2 Muertes

Vinculadas a la toma del predio. La de Fernando Soto, el día de la toma, y la de Melina López.

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