La Justicia acumula cada vez más pruebas quecomprometen la situación de Amado Boudou en la causa que investiga por qué la provincia de Formosa le pagó 7,6 millones de pesos para renegociar su deuda pública a la sociedad The Old Fund, una firma atribuida al vicepresidente.

El juez Sebastián Casanello y el fiscal Carlos Rívolo instruyen un expediente que busca determinar si esa operación financiera se realizó en realidad para desviar de modo ilegal dinero público hacia cuentas privadas vinculadas a Boudou y al gobernador formoseño, Gildo Insfrán.

Clarín accedió a documentación hasta ahora desconocidaque muestra que la contratación de The Old Fund que aprobó Formosa fue irregular desde sus inicios.

El 16 de febrero de 2009, el ex presidente de The Old Fund y Ciccone Calcográfica, Alejandro Paul Vandenbroele, presentó un escrito ante el Fondo Fiduciario Provincial de Formosa (Fonfipro) en el que se ofreció a asesorar a ese estado a renegociar su deuda pública.

En apenas dos páginas (ver Facsímil), expuso sus supuestos antecedentes profesionales en operaciones similares.

Fue el primer paso que realizó el entonces abogado monotributista e inquilino de Boudou para quedarse formalmente con el contrato de renegociación de la deuda de Formosa. Vandenbroele le aseguró al Fonfipro que era “consultor de empresas y organismos estatales”, por lo que había accedido a “diferentes modalidades de negociación de deudas, en diferentes mercados, tanto públicas (sic) como privadas, diseñando estrategias e instrumentos novedosos que han resultado exitosos…”.

Son afirmaciones falsas.

Clarín consultó a fuentes que trabajaron profesionalmente junto a Vandenbroele, y a muchas otras que lo conocen de toda la vida desde el punto de vista personal, y las respuestas fueron las mismas: el ex titular de Ciccone jamás asesoró a ningún ente público en una renegociación de su deuda.

El Estado de Formosa podría haber chequeado la información de un modo más rápido si es que buscaba un asesor real en temas económicos y no a un allegado a Boudou, el ministro de Economía que debía aprobar la renegociación de la deuda de la provincia, cosa que finalmente hizo.

El escrito presentado por Vandenbroele al Fonfipro lleva el membrete del estudio de abogados Alfaro: incluso lo firmó de puño y letra identificándose como “socio” de ese bufete.

Si bien Vandenbroele trabajó en el estudio Alfaro, este diario pudo saber que jamás fue socio del mismo.

Sólo fue un empleado que facturaba como monotributista.

Este diario pudo saber además que el estudio Alfaro jamás se enteró que su nombre había sido usado por Vandenbroele en un documento que se presentó ante un organismo estatal.

En rigor, lo hizo dos veces.

El primer escrito que elevó al Fonfipro fue el de febrero de 2009. En septiembre de ese año, Vandenbroele compró The Old Fund junto a otro amigo de Boudou, Sergio Martínez. Y entonces volvió a ofrecerse a Formosa como consultor en temas de deuda, esta vez presentándose como presidente de The Old Fund, aunque volvió a utilizar el nombre de Alfaro e incluso adjudicó como propias de su empresa las oficinas que en realidad Alfaro tiene en Nueva York, Madrid y Londres.

La realidad era impresentable.

La sociedad The Old Fund tenía una sola empleada, una secretaria; y su titular no tenía antecedentes en renegociaciones financieras de ningún tipo.

Tenía, eso sí, llegada directa a Boudou a través de su socio, el millonario José María Núñez Carmona, de quien fue pariente y es amigo.

A fines de 2009, Formosa contrató a The Old Fund aunque estaba “floja de papeles”. Le pagó 7,6 millones de pesos por un trabajo que la firma no estaba capacitada para hacer. Una vez que cobró ese dinero, The Old Fund giró 2,2 millones a una cuenta de uno de los operadores de Insfrán, el hoy titular del banco de Formosa, Martín Cortés.

¿Por qué ocurrió esa devolución millonaria?

El documento que ilustra esta nota ya forma parte del expediente que impulsa Rívolo, e instruye Casanello.