Por las cuantiosas apuestas al 33, la Lotería de Santa Fe perdió tres millones de pesos. Fue el último 18 de junio, en la quiniela matutina, cuando unas 3.220 boletas acertaron esos números en mil locales de venta. Según explicó el titular de la entidad, Alfredo Cecchi, lo que sucedió “está dentro de las reglas de juego. Es habitual que en algún sorteo en particular, la Lotería pague más premios del dinero que ingresa por las ventas de esas jugadas. Lo que sucede es que después, a fin de mes, queda un remanente, una utilidad”. Algo similar ocurrió días después con el 18 y el 48.

Sin embargo, “no es normal lo que nos pasó en el mes de junio, en el cual hubo aciertos muy importantes en cuanto a cantidad. En la sumatoria, en ese mes, hubo una rentabilidad negativa, agravada por el pago del aguinaldo previo a fin de mes”, detalló Cecchi. No obstante, distinguió rasgos positivos y negativos de un hecho tan singular.

Por un lado, “es negativo que la lotería pierda en un mes dinero porque no acreditamos a salud, educación, cultura, deportes, los dineros que por ley les corresponde. Pero, por otro lado, esto nos fortalece porque hemos pagado varios millones de pesos sin pedirle cinco minutos de tiempo a nadie en cuanto a atrasos, y demuestra en la práctica que, aún perdiendo, la de Santa Fe es una de las loterías más sólidas del país”, remarcó el titular de ese organismo.

Acerca de los fondos que compensaron la pérdida de la quiniela, Cecchi aclaró que “las ganancias que nos dejaron los otros juegos, como el Brinco y el Quini, contribuyeron a licuar”. Y a su vez, consignó que éstos dos últimos juegos al ser “poceados”, “hay un porcentaje de todo lo que ingresa que va al pozo y es el pozo el premio. En cambio, en la quiniela es a cara o cruz, se puede ganar o perder. Lo que no es habitual es la pérdida en la sumatoria del mes”, especificó el vicepresidente de la entidad.