Los sábados por la mañana en el barrio Villa del Parque la tranquilidad se respira en el ambiente. El canto de los pájaros apenas se ve interrumpido por el paso de algún vehículo o la música que proviene de alguna de las casas.

En la variedad y disparidad de su paisaje, conviven grandes construcciones y casas quinta, con hogares más humildes y complejos habitacionales de viviendas sociales. Del mismo modo, los jóvenes en moto y los niños en bicicleta, se entremezclan con algunos caballos que deambulan por la zona.

Tal vez sea esa una de las razones por las que este sector de la Ciudad creció marcadamente en los últimos años.

Pero en el marco de tanta variedad, hay una constante que atraviesa a todo ese populoso sector: ninguna de las 1094 parcelas que hay allí tiene cloacas. Y solo cuentan con agua corriente 329, es decir, un 30,07 por ciento.

De esta manera, la falta de servicios básicos –sobre todo las cloacas– es la principal demanda de los lugareños.

Esta es una realidad que se repite en otros sectores de la Ciudad, aunque no de manera tan determinante.

De acuerdo a registros de Obras Sanitarias a los que tuvo acceso Democracia, en Junín, más del 11 por ciento de las parcelas no cuentan con cloacas y un 7% no tienen conexión a la red de agua potable

Estos números muestran una tendencia más marcadas en determinadas zonas locales.

 

Barrios con menos conexiones

En una entrevista realizada en TeleJunín esta semana, la secretaria de Desarrollo Social del municipio, Marisa Ferrari, señaló que "la pobreza no sólo es una cuestión de ingresos, sino también de vulneración de derechos y todavía vemos situaciones increíbles, impropias para el siglo XXI, como por ejemplo que muchas personas no tengan garantizado el acceso a agua potable".

En Junín, poco más del 7% de las parcelas no tienen posibilidad de conectarse al agua corriente. Esto significa que de las 36.290 que hay registradas, 2.577 no tienen acceso a la red.

El barrio más comprometido en este sentido es, como quedó dicho, Villa del Parque, dado que el 69,93% no cuenta con este servicio.

Otro vecindario con un problema similar es Villa del Carmen, donde el 65,92% no está conectado.

En orden descendiente, los sectores más comprometidos en esta lista son: Nuestra Señora de la Merced (45,80% sin servicio), Ricardo Rojas (23,51%), Foetra (21,43%), Fortín Federación (16,73%), Ramón Hernández (16, 11%), Norte (14,19%), Ramón Carrillo (11,97), Bicentenario (10,09%), y Los Almendros (10,09%).

En referencia a las cloacas, la falta del servicio afecta a un mayor porcentaje de parcelas. De esta manera, de las 36.290 hay 4.077 que no tienen conexión a la red cloacal, es decir, un 11,23%.

En este caso, también es Villa del Parque el sector menos conectado, ya que nadie cuenta con esta prestación. Si bien durante años se esgrimió que los niveles no daban como para hacer la obra que debía cruzar el Salado, en el último tiempo desde la comuna se informó que había posibilidades de hacer llegar las cloacas al sector, por lo que los vecinos están ilusionados con poder revertir este panorama.

Otro sector que también está muy comprometido en esta materia es Martín Miguel de Güemes, en donde solamente está conectado el servicio para los cuarteles del Ejército. Entonces, el 83, 42% de las 199 parcelas aún no cuentan con cloacas. No obstante, este año funcionarios de Obras Sanitarias prometieron a los vecinos que se va a hacer la extensión de la red en el sector.

Los otros barrios que menos conexiones tienen a la red cloacal son: Ricardo Rojas (82,64% sin la prestación), Nuestra Señora de la Merced (72,19%), Fortín Federación (63,27%), Bicentenario (44,51%), Los Almendros (34,90%), Ramón Carrillo (28,17%), y Emilio Mitre (15,78).

 

Sin servicios

Además de las cuestiones de salubridad, la falta de servicios básicos genera otros tipos de inconvenientes.

Raquel reside en Villa del Parque hace décadas y Ana, su cuñada, desde que nació. Ambas comparten una problemática común: tal como les sucede a sus vecinos, ninguna tiene cloacas. Esto tiene implicancias en la vida diaria.

"Yo tengo mi pozo que está calzado y no tenemos riesgo, pero hay gente que no ha podido hacerlo bien, con los ladrillos y la tapa como corresponde, porque sale muy caro, entonces tiene riesgo de que se desmorone", explica Raquel.

En efecto, el peligro está latente en muchas casas. Además, los pozos no son tan grandes, sobre todo en las casas más humildes, lo que los obliga a tener que llamar al camión atmosférico con bastante asiduidad.

El municipio presta ese servicio pero, al ser tantos los vecinos que lo solicitan, muchas veces tarda en llegar la respuesta: "Nosotros vamos a pedirlo a la asistente social que viene al barrio, ella nos da la orden y con eso tenemos que ir a Acción Social y ahí te ponen en la lista y a veces hay que esperar mucho".

Inclusive, hay veces que se suspende el servicio "por falta de pago", algo que ocurre cuando hay retraso en los rembolsos a proveedores o algún problema presupuestario, lo que obliga a los usuarios a esperar con el pozo a punto de rebalsar "o pagar uno, que sale 600 pesos".

"Como no tenemos cloacas, nos tenemos que cuidar hasta de ir al baño", sostiene Raquel, y agrega: "Y si llueve, se rebalsa más rápido. Con que llueve un poco nomás ya se levanta porque acá están las napas bastante altas".

Además, esta situación trae conflictos vecinales dado que, al no haber desagües cloacales, el agua de los lavarropas va a la calle y, si no corre, se estanca en alguna casa cuyo dueño suele presentar las quejas del caso. "Pero no tenemos otra opción", agregan.

La falta de agua también genera inconvenientes. No es lo mismo sacar agua de una bomba, sobre todo en los sectores más humildes donde no suelen contar con un sistema eléctrico dado que resulta muy costoso.

Por eso se dan situaciones muy precarias, como explicó Marisa Ferrari en la entrevista que concedió esta semana a TeleJunín: "En Junín hay gente que para obtener agua lo hace a través de un sistema de mangueras mediante el cual un vecino generoso les da".

 

Nuevas conexiones

Desde el principio de su gestión, el intendente, Pablo Petrecca, puso el acento en que la extensión de los servicios básicos, como agua corriente y cloacas, iba a ser su prioridad.

Por lo visto hasta el momento, se está trabajando en el cumplimiento de esta meta.

Hasta mediados de septiembre, Obras Sanitarias había realizado 165 nuevas conexiones de agua y 227 de cloacas. El promedio de obras respecto de años anteriores es dispar de acuerdo a cada uno de los servicios.

En efecto, en los cinco años anteriores se realizaron, en promedio, 403 conexiones por año. Y si se contabilizan doce años para atrás, la media fue de 341. En ambos casos, bastante más que las 165 de los primeros nueve meses de 2016.

No obstante, en cuanto a las cloacas la relación es diferente. En el último lustro se hicieron unas 335 conexiones por año, mientras que la cuenta de los doce años del meonismo da una media de 308.

En los primeros ocho meses y medio de este año se hicieron 227, lo que permite suponer que, de seguir con este ritmo, en diciembre se habrá alcanzado un número de conexiones similar al promedio de los últimos cinco años.