En Junín cierra una buena cosecha, pero no se reflejará en grandes inversiones

En Junín cierra una buena cosecha, pero no se reflejará en grandes inversiones

Exponentes del sector agropecuario local afirmaron que la campaña de grano grueso está cerrando con rendimientos que cubren las expectativas, aunque eso alcanzará para que la mayoría de los productores cancelen cuentas y gasten en insumos para las próximas siembras.

 

Las continuas lluvias de abril, que no permitieron ingresar a los lotes a cosechar, fueron una de las complicaciones del ciclo agrícola que termina. De hecho, consecuencia de esas desavenencias climáticas es que todavía haya cosechadoras y tractores yendo y viniendo por algunos campos juninenses.

Sin embargo, las dificultades planteadas no descalabraron ni mucho menos el rendimiento de los cultivos, dado que tanto la soja como el maíz dejaron conformes a los productores locales. 

Gustavo Ratto, secretario de la Liga Agrícola Ganadera, entidad alineada a Coninagro, le dijo a Democracia que la soja de primera se ha recolectado en alrededor de un 95 por ciento, un poco más que la de segunda, que fue levantada en un ochenta por ciento. En cuanto al maíz sembrado en término, se cosechó cerca de un setenta por ciento y el de segunda todavía no cumplió el ciclo biológico, o sea que falta trillarlo en su totalidad. “Este año se dio algo raro porque después de  las medidas que tomó este gobierno muchos se animaron a sembrar maíz en diciembre, cuando lo normal es que ese trabajo se haga en septiembre. En superficie no es mucha la presencia de maíz tardía, pero falta recolectarlo”, agregó.

Ratto destacó que “al principio parecía que iba a ser una cosecha complicada pero después el clima dio una mano, se abrió una ventana por varios días y se pudo avanzar bastante. Salvo en algunos bajos muy pronunciados, se pudo aprovechar todo”.

En ese sentido marcó que “los rindes fueron lo esperado, no tocaron los records del año pasado pero resultaron bastante positivos”.

Rosana Franco, presidente de la filial Junín de la Federación Agraria Argentina, también trazó un panorama de moderado conformismo. “Por la inclemencia climática estamos terminando casi al final de este mes de mayo, cuando es habitual que la cosecha concluya a fines de abril. En ese marco, la soja soportó bastante los embates de las precipitaciones y de varios lotes salieron granos con una calidad relativamente buena, mientras que otros sufrieron deterioros leves. En lo que hace al maíz, la mayoría están saliendo con una humedad superior a la ideal pero algo mejor a esta altura es imposible”, analizó.

¿Cómo se van a utilizar las divisas?

Casi cubierta la etapa de producción, los chacareros hacen números, procesan información y empiezan a definir hacia dónde irán las divisas de esta cosecha de grano grueso.

Ratto opinó que “con esta cosecha y con estos precios, que realmente favorecen mucho, se abre la oportunidad de acomodar un poco los números y encarar la próxima siembra de trigo con otras expectativas y esperanzas”.

Franco hizo una lectura parecida, aunque brindó algunos detalles: “Ahora lo primero que se viene es el pago de alquileres, que vencen en junio y en julio; hay que saldar las tarjetas bancarias que toma el productor anualmente y después pensar en la campaña que viene. Pero lo primero es vender la cosecha y pagar, después se verá. Por lo pronto creo que se va a sembrar un poco más de trigo que el año pasado, yo diría que entre un treinta y un cuarenta por ciento más; también habrá un leve aumento de lotes cultivados de maíz y naturalmente hay que esperar una pequeña reducción del área destinada a la soja”, puntualizó.   

En Pergamino dicen que “habrá pérdidas”

En el partido de Pergamino aseguran que debido al impacto de las lluvias habrá pérdidas, aunque todavía no se sabe cuánto será el porcentaje. “Estamos en un piso que fundamentalmente va a aumentar porque en la última campaña en Pergamino se sembraron de 7 a 9 mil hectáreas de trigo”, sostuvo el ingeniero agrónomo Daniel Lavezzari. 

La recolección de la soja continúa trabada por la alta humedad, tanto ambiental como del suelo y de la planta. El avance cubre un 93% del área de primera y un 86% de segunda en la región que cubre la zona núcleo, según el análisis de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario. “Los rindes promedios se están estabilizando en 36 y 29 qq/ha respectivamente. Las zonas bonaerenses menos afectadas por el temporal les dieron un empuje a los rindes. La humedad de los granos continúa siendo muy alta y esto acarrea costos extras en la secada”, señala el informe. 

Según refirió Lavezzari, la cosecha en el Partido de Pergamino “ya está en su etapa final a pesar de que hay zonas puntuales, algunos lotes que aún no se han recolectado, aunque se ha avanzado mucho en las últimas semanas ya que no hubo lluvias. De no cumplirse los pronósticos de precipitaciones de este fin de semana, a mitad de semana se estaría terminando la accidentada trilla de soja”. 

Cuando el consultor privado utiliza el adjetivo “accidentada” para referirse a la actual cosecha, hace alusión a las continuas precipitaciones de abril que no permitieron ingresar a los campos a cosechar. Incluso la comparó con la trilla de 1990, cuando ocurrió algo parecido: “En aquella oportunidad empezó a llover los primeros días de abril y finalizó a fines de ese mes, con la diferencia que cuando mejoró el tiempo lo hizo en serio; en cambio este año hubo pocos días excelentes para cosechar ya que hubo muy pocos días de viento y pocas jornadas soleadas, entonces los suelos no secaban”.

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