El juicio por la desaparición de Soledad Olivera va después de octubre

El juicio por la desaparición de Soledad Olivera va después de octubre

Lo anticipó la Segunda Cámara del Crimen, pero no fijó aún una fecha precisa para el debate oral y público. Por el caso de Soledad Olivera, está acusado el cuñado de Johana Chacón, menor desaparecida 11 meses después.

Ni una novela de suspenso hubiera previsto una trama tan inesperada. Soledad Olivera (28) salió de su casa por un rato, una tarde de noviembre de 2011. Dejó el lavarropas andando, les dijo a sus hermanas que iba hasta la finca vecina de Luis Curallanca, distante a unos 500 metros y se fue con lo puesto. Nunca más volvió. Como si la tierra se la hubiera tragado. 

La Justicia tomó la desaparición como un caso de paradero y no investigó. Once meses después, el 4 de septiembre de 2012, Johana Chacón desapareció en la misma finca de Curallanca en Lavalle, al Norte de Mendoza, donde vivía con su hermana. Sus compañeros de colegio la vieron entrar a la propiedad y a la tarde Curallanca y su mujer denunciaban la desaparición de la menor. 

Días después la fiscalía especial tomó el caso. Primero investigó Claudia Ríos y luego, Santiago Garay. 

Tras varios meses sin resultados, Garay, que rastrilló y excavó varias veces la finca buscando sin suerte a Johana, comenzó a sospechar de Mariano Luque, el hijastro de Luis Curallanca y cuñado de Johana, quien estaba en pareja con la hermana de la menor y vivían en la misma finca. 

Las averiguaciones lo llevaron a enterarse de que Luque también había tenido una relación paralela con Soledad Olivera, justo en los días en que ella desapareció. 

Fue entonces cuando el fiscal peritó el teléfono celular de Luque y descubrió que él y Soledad se cruzaban decenas de mensajes de texto a diario. 

También descubrió que el día que ella desapareció había intercambiado con Luque más de 100 mensajes de texto. 

Lo más incriminatorio del peritaje para el sospechoso fue que al otro día de la desaparición de Soledad, Luque nunca más le envió mensajes ni tampoco los recibió de ella.

El juicio

Como a Soledad Olivera (y a Johana Chacón) nunca las encontraron, las pruebas contra Mariano Luque que logró reunir la fiscalía no fueron suficientes para acusarlo por el asesinato de Soledad.  

Al fiscal Garay le quedó como única opción, imputarlo por el delito de privación ilegítima de la libertad, que prevé una pena máxima de seis años de cárcel, argumentando que con los elementos que hay en la investigación está probado que el joven tuvo cautiva a Soledad. 

Y esa es la acusación por la que Luque está preso desde hace un año y nueve  meses, tras ser arrestado el  26 de agosto de 2013 y por la que será llevado a juicio oral y público. 

El debate donde se resolverá si es culpable o inocente de haber tenido presuntamente cautiva a Soledad aún no tiene una fecha precisa, pero ayer el tribunal de la Segunda Cámara del Crimen, donde se realizará el juicio, informó a las partes que se hará después de octubre, lo que quiere decir que será a fin de año. 

La esperanza del fiscal Santiago Garay y del abogado de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Fernando Peñaloza, que representará ala familia de Soledad, es que en el juicio surja algún dato certero de los testigos sobre la suerte que corrió Soledad y quizá también la pequeña Johana, cuyos compañeros de colegio y la comunidad de Lavalle aún marchan por su aparición con vida.

Fernando Peñaloza dijo a Diario UNO: “La investigación de Garay aportó unos 50 testigos y voy a trabajar para intentar probar que esto fue una desaparición forzada de persona y por lo tanto, un homicidio”.

El penalista, que también lleva adelante los juicios de lesa humanidad, admitió que probar que Luque es el responsable de la desaparición de Soledad “será una tarea difícil, pero vamos a ir en ese sentido”. 

La audiencia preliminar celebrada ayer en la Segunda Cámara del Crimen confirmó que los jueces Roberto Uliarte, José Valerio y Mateo Bermejo serán los que llevarán adelante el juicio oral y público. 

Tanto la fiscalía como la defensa y Peñaloza aceptaron el tribunal y renunciaron a recusar a algunos de ellos para que fueran apartados. 

Mariano Luque a tres meses de reclamar la libertad

Tiene dicho la Justicia de Mendoza, basada en la Convención Internacional de Derechos Humanos, que nadie puede estar preso más de 24 meses sin haber tenido una sentencia sobre el caso por el que es investigado.

También tiene dicho que en casos puntuales puede aplicarse una prórroga de 12 meses más. 

Mariano Luque, acusado por la desaparición de Soledad Olivera lleva 21 meses detenido y seguramente reclamará la libertad. 

En caso de que acceda a ella, continuará acusado y deberá ir a juicio arriesgando hasta seis años de cárcel. Aun así no le convendría fugarse porque con el tiempo que lleva preso, si fuese condenado, le darían  por cumplida la pena.

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