Juicio por La Cacha: una mujer denunció que era torturada por tener apellido judío

Una mujer que estuvo detenida en el centro clandestino La Cacha, en las afueras de La Plata, durante la última dictadura militar, relató que fue torturada varias veces por su apellido judío.
Se trata de Berta Noemí Itzcovich, quien fue secuestrada en 1977, a los 19 años, en Formosa, a donde había concurrido con dos compañeros de secundaria al entierro de un compañero fallecido en un accidente.

Según relató ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, Itzcovich, quien integraba el Centro de Estudiantes Secundarios de la escuela de 1 y 38 de La Plata y militaba en la UES, asistió al entierro de su compañero junto a Silvia Cavechia y Daniel Talarico.

Una hermana de Talarico había sido abatida en un enfrentamiento meses antes, por lo que fueron detenidos y trasladados los tres a una alcaidía.

Poco después fueron trasladados en avión, esposados y con los ojos vendados, a lo que luego sabrían se trataba del centro clandestino de detención conocido como La Cacha.

“Llevábamos esposas en los pies, en las manos y en el cuello, todos con cadenas que mantenían juntas las esposas, parecíamos monos de circo”, recordó Itzcovich.

Afirmó que los torturadores de La Cacha “enloquecieron con mi apellido y me pusieron mucha picana”.

“Nunca supieron que no soy judía, que para ser judía tenés que ser judía por madre, no por padre, y yo soy bautizada bajo la Iglesia (católica)” sostuvo y agregó que “no había posibilidad de que fuera judía, ellos no lo sabían y me torturaron muchas veces por ello”.

UN CURA

Relató que en una oportunidad se le presentó “un cura con acento especial, que me dijo que tenía que decir toda la verdad, me absolvió y se fue”.

Recordó que entre los torturadores había una mujer “que estaba muy ensañada, muy cebada”.

Itzcovich aseguró que no puede recordar cuánto tiempo estuvo cautiva en La Cacha pero un día le dijeron que la iban a trasladar y fue llevada junto a sus dos compañeros hasta la comisaría octava de La Plata, donde ya no sufrió torturas.

En la jornada de ayer también declaró Gustavo Calleja, quien relató el secuestro de una mujer que trabajaba en la Petroquímica.

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