El juez que investiga a Lula recordó que hay otro proceso en marcha

El juez que investiga a Lula recordó que hay otro proceso en marcha

Brasil. Es por la propiedad de una casa quinta reformada por dos empresas involucradas en el caso de Petrobras. Fue 24 horas después de anunciar que lo juzgarán por corrupción. 

El implacable juez Sergio Moro, que juzgará a Luiz Inácio Lula da Silva por supuesta corrupción en el marco del gigantesco escándalo de Petrobras, recordó hoy que el ex presidente brasileño es sometido a otra investigación referente a la propiedad de una casaquinta en el estado de San Pablo, donde pasó varias temporadas desde que en 2010 dejó la jefatura de Estado. Mientras, el líder del Partido de los Trabajadores volvió a rechazar las acusaciones y afirmó que el proceso en su contra se debe al “temor” de algunos sectores a que se postule a la presidencia en 2018.

El juez Moro aceptó el miércoles investigar la denuncia de la fiscalía contra Lula, su esposa y otras seis personas, en la cual el ex mandatario es acusado de recibir ventajas indebidas de la empresa OAS como parte de los beneficios que esa constructora obtuvo en contratos de Petrobras durante su gobierno (2003-2010). La denuncia tiene que ver con un departamento en el balneario de Guarujá que la familia de Lula iba a comprar y luego desistió, y sobre el pago que OAS hizo de un galpón para almacenar los regalos recibidos durante su presidencia.

Pero en el mismo fallo, Moro recordó que hay en curso otra investigación, que se refiere a una casaquinta de la ciudad de Atibaia, en el interior del estado de San Pablo. Es propiedad de dos amigos de Lula y fue reformada por las empresas Odebrecht y OAS, ambas vinculadas al caso Petrobras. La defensa de Lula sostiene que esa propiedad no es suya, sino de sus amigos, que se la cedieron para que viviera con su familia tras dejar la presidencia.

Moro también recordó que la policía federal investiga al Instituto Lula sobre seminarios en todo el mundo para diversas empresas, entre ellas varias constructoras involucradas en el caso Petrobras.

Lula volvió a defenderse ayer en Crato, una pequeña ciudad del estado de Ceará (noreste), en un acto de campaña para las elecciones municipales del 2 de octubre. Allí, frente a cientos de personas, criticó la decisión judicial de procesarlo por supuesta corrupción.

“Están investigando mi vida desde hace dos años”, se quejó Lula, y afirmó que “están haciendo eso porque están con miedo de que sea candidato en 2018”, cuando se celebrarán elecciones presidenciales.

“Si ellos prueban que robé diez centavos, con la misma honradez de siempre, con la cabeza en alto, sabré pedir disculpas al pueblo”, declaró el ex obrero metalúrgico. Y agregó que si se comprueba su inocencia, será él quien esperará un pedido de perdón.

Según Lula, la “persecución judicial” que dice sufrir es obra de una “élite económica y política” que no perdona que “un obrero haya llegado al poder” en Brasil, un país del cual afirmó que “desde el descubrimiento había estado gobernado por la aristocracia”.

En tono irónico, dijo reconocer que cometió “barbaridades” en el Gobierno, como “haber llevado a los hijos de los más pobres a la universidad, hacer escuelas técnicas, legalizar la profesión de empleada doméstica y garantizarle tres platos de comida por día a todos los brasileños”. 

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