El juego de Cristina: entre Scioli y Macri

Por Carlos Pagni

El kirchnerismo tiene la virtud de ser explícito. Hace 90 días, entrevistado por un diario oficialista, Julio De Vido enumeró las tres premisas con las que la Presidenta aspira a modelar su sucesión. De Vido dijo: "Nos vamos"; "Seguiremos actuando en la vida pública", y "En el próximo quinquenio Cristina Kirchner seguirá siendo la dirigente más importante del país".

El primer axioma significa que la señora de Kirchner ha decidido no tener candidato para las próximas elecciones presidenciales. "Nos vamos" quiere decir que no hay quien pueda reclamar la herencia del esquema de poder vigente. La única candidatura aceptable hubiera sido la de Cristina Kirchner . Pero los resultadoselectorales del año pasado cancelaron cualquier intento de reelección. Nada que sorprenda.

La Presidenta dio una señal tempranísima de que el suyo es un proyecto caudillesco, personal: el 10 de diciembre de 2011 se hizo entregar el bastón de mando por su hija.

El segundo postulado, "seguiremos actuando en la vida pública", implica que el kirchnerismo no se percibe como un experimento agotado y que, por lo tanto, procurará fortalecerse en el cuadrante de la izquierda nacionalista, donde se asentó en los últimos diez años. La tenaz resistencia a encarar un programa antiinflacionario de rasgos ortodoxos pretende satisfacer ese objetivo.

La tercera pauta ofrecida por De Vido es la más interesante. Si la señora de Kirchner seguirá siendo la figura más relevante para los próximos cinco años es porque, cualesquiera que sean la identidad y el respaldo electoral del próximo presidente, el kirchnerismo resolvió menoscabarlo desde ahora.

 

Esperar que Cristina Kirchner realice un ajuste para que quien la suceda reciba una escena ordenada es un error

 

A la luz de estos supuestos, esperar queCristina Kirchner realice un ajuste para que quien la suceda reciba una escena ordenada es un error. Sólo una crisis de reservas que amenazara su estabilidad la forzaría a abandonar la orientación populista de su gestión económica. Tal vez no tenga otro remedio. Sobre todo desde que los chinos confirmaron que el swap de monedas se habilitará con cuentagotas. Quizá la Presidenta quede atrapada más a menudo en contradicciones bochornosas. Por ejemplo: ¿a qué capítulo de esta transición nacional y popular pertenecen Sergio Berni y sugendarme "carancho"? El trotskismo no esperaba tanto de la recesión.

Más allá de su verosimilitud, la estrategia expuesta por De Vido es, desde el punto de vista del PJ, minoritaria. Fue pensada para beneficiar a los que se van. No a los que aspiran a quedarse. Así se explica, por ejemplo, que la Presidenta haya consultado sólo con su hijo Máximo y con el cerebro de La Cámpora, Eduardo De Pedro, la decisión de desobedecer la sentencia del juez Griesa. El "nos vamos" de De Vido incluye cada vez a menos gente. Ni siquiera tuvo en cuenta a Kicillof.

 

 

La hoja de ruta oficial desató un debate entre los que pretenden quedarse. La reunión de gobernadores que encabezó Daniel Scioli el jueves pasado manifestó esa inquietud. El encuentro fue convocado por Juan Carlos Mazzón, gerente del PJ al servicio de la unidad básica La Ñata. Además de José Luis Gioja ,Gildo Insfrán y Eduardo Fellner , estuvo el cordobés José Manuel de la Sota . Fue el invitado clave porque está enfrentado a la Presidenta y, sobre todo, a su coterráneo Carlos Zannini .

De la Sota y Mazzón fueron drásticos con el dueño de casa: "Hay que irse ahora. Si no, te hundís". Gioja, Insfrán y Fellner están, como el resto del peronismo, alarmados por el deterioro socioeconómico. El año pasado tuvieronproblemas electorales que no se explican con la teoría del complot, sino por un retraso cambiario que puso en coma a las economías regionales. Por eso los gobernadores, que aplaudieron la devaluación de enero, miran con estupor que vuelve la tormenta en una situación más delicada. En los próximos comicios ellos arriesgan su estructura de poder. Además, ahora compite el Frente Renovador de Massa, que se nutre de la feligresía peronista.

En este contexto, hasta Jorge Capitanich levanta la consigna de Hernán Lorenzino, "me quiero ir". Pero tampoco en esta materia la Presidenta lo toma en serio. A lo sumo hace circular alternativas de reemplazo - Mariano Recalde o Kicillof- que amenazan con un repliegue mayor sobre La Cámpora, es decir, sobre sí misma.

En la comida del jueves, Gioja, Insfrán y Fellner prometieron adaptarse a lo que decida Scioli. Y Scioli pidió tiempo. Sus amigos dicen que espera ver qué paisaje hay en diciembre. Son excusas. Hay varias deficiencias que le impiden liderar una ruptura. La primera es el desbarajuste fiscal de la provincia, que lo vuelve más dependiente de la misericordia presidencial. La segunda es la carencia de una red en la cual sostenerse en el conflicto. Ni siquiera tiene un bloque propio en la Legislatura provincial. La tercera limitación de Scioli es que, al cabo de diez años de marketing común, comparte casi todos sus votantes con la Presidenta. El lugar del disidente ya lo ocupa Sergio Massa . El cuarto límite es el miedo. No sólo a que le hagan estallar escándalos en la administración. También teme desestabilizar con su ruptura al gobierno nacional. Son dilemas que ya lo abrumaban hace un año, cuando Massa le propuso la aventura a la que lo invitan De la Sota y Mazzón.

El último temor debería ir en aumento. Cristina Kirchner se enfrentará a desafíos agresivos. El sindicalismo disidente, uno de cuyos líderes, Luis Barrionuevo , está aliado a De la Sota, planea una marcha hacia la Casa Rosada. Y los empresarios más relevantes del país analizaron el jueves pasado los pros y contras de un lockout contra la ley de abastecimiento. El desasosiego desata fenómenos paranormales: en las empresas se ilusionan con la vuelta de Guillermo Moreno , quien dejaría Roma a fin de año.

 

Scioli recurrió ayer a uno de sus consejeros más influyentes, que le dijo: "Podés llegar a la Presidencia con Cristina; quizás puedas llegar sin Cristina; lo que no vas a poder es llegar contra Cristina". Ese consejo refuerza el plan de Scioli, quien se siente un predestinado: cree que, llegado el momento, la Presidenta estará condenada a respaldarlo. Pero la reunión del jueves, en vez de inquietar a la Casa Rosada, lo alejó de esa posibilidad. La Presidenta y Zannini sospechan que, desde el fracaso electoral del año pasado, Scioli y De la Sota conspiran para provocar la salida anticipada del Gobierno.

La última manifestación de esta desconfianza ocurrió anteayer. Fue el boicot de La Cámpora a la reunión del PJ bonaerense convocada por Scioli en Punta Alta. Andrés Larroque y De Pedro organizaron un encuentro paralelo en Almirante Brown. El oficialismo bonaerense empezó a fragmentarse. Y hay dirigentes que no saben qué elegir. Por ejemplo, Fernando Navarro, del Movimiento Evita, excusó su inasistencia a la asamblea del PJ por un problema de vuelos. Con esas costumbres la revolución deberá esperar.

 

 

En la grieta que se abre entre la señora de Kirchner y Scioli florecen numerosas candidaturas: la más próspera es la deFlorencio Randazzo , beneficiario de los fondos con que la Presidenta acaba de reforzar su programa ferroviario. Pero también los que se ofrecen como alternativa a Scioli son víctimas del "nos vamos" de De Vido.

La jugada sucesoria sólo contempla el fortalecimiento de Mauricio Macri . A la hora en que Scioli esperaba a De la Sota, la Presidenta resolvió con Macri la crisis policial de la ciudad. Entre otras concesiones, llamó a sosiego al experto en infiltraciones descubiertas Berni -en 1994 fue "carancho" en la mina de Río Turbio y también lo detectaron-, quien sueña con la alcaldía porteña.

Macri cree que la cordialidad presidencial lo impulsa hacia el poder. Está seguro de ser una de las opciones de un ballottage en 2015 y lamenta que la otra no sea Scioli. Calcula que va a competir con Massa. Sin embargo, tiene una dificultad: su desarrollo territorial. Jaime Durán Barba le hizo perder una década haciéndole creer que se puede llegar a la Presidencia sin una fuerza organizada. Ayer tuvo una demostración de lo contrario: Pro ganó la intendencia de Marcos Juárez, una localidad con 10.000 habitantes menos que la mítica Perico, aliándose con la UCR y el partido de Luis Juez . ¿Zannini bendijo la integración de Juez en perjuicio del PJ? Es lo que creen algunos radicales.

Ese triunfo, basado en la buena performance cordobesa de Macri y en su idilio con el radical Oscar Aguad , influirá sobre las relaciones de Pro y de la UCR. Ya lo advirtió Hermes Binner , que le deseó suerte a De la Sota en estos términos: "Si a vos te va mal, a mí me irá mal". Binner teme que los radicales pacten con el macrismo en Santa Fe.

 

Macri no advierte que Cristina Kirchner lo promueve para, después, desestabilizarlo. Y la Presidenta olvida que no es gratis llevar al peronismo a la derrota

 

El jueves pasado, la señora de Kirchner despidió a Macri con una humorada: "Ahora van a decir que acordamos porque sos mi candidato. Aunque eso no te viene mal, ¿verdad?".

La complicidad de Cristina Kirchner y el jefe de gobierno se basa en la ignorancia de dos datos. Macri no advierte que ella lo promueve para, después, desestabilizarlo. Y la Presidenta olvida que no es gratis llevar al peronismo a la derrota..

Comentá la nota