Intensísima", dice Juan Manuel Abal Medina sobre la semana que pasó en el Congreso. El senador del Frente para la Victoria es autor de la ley de emergencia social con la que el Gobierno debió ceder y participó de la reunión que sepultó la reforma política. "Los gobernadores que hablaron son los mismos que vinieron a pedirnos que apoyáramos el acuerdo con los holdouts", dice el senador en defensa de los jefes provinciales y como réplica a la embestida de la Casa Rosada. Convencido de que el sistema electoral debe cambiar, asegura que la discusión sigue abierta,

-¿Por qué cree que el Gobierno cedió con la emergencia social?

-Porque reconocieron el error de creer que la propuesta respondía a hacer politiquería o a forzar un veto y no a un reclamo amplio, como lo demuestran el apoyo que tuvo en el Senado y, sobre todo, la movilización contundente al Congreso.

-¿Por qué no planteó el proyecto cuando el FPV era gobierno?

-El Movimiento Evita, del que formo parte, venía planteando que las políticas tradicionales para trabajar con la pobreza estructural venían fracasando desde hace tiempo. Parte del problema que tuvimos fue no reconocer la mutación que se da globalmente por los cambios tecnológicos que están transformando la estructura productiva. En nuestro gobierno quedamos encerrados en las mismas respuestas frente a esos cambios.

-¿Está garantizada la paz social en diciembre?

-Lo que hay es un beneficio concreto que para los humildes es muy significativo y por el que van a estar un poco mejor en estas Fiestas, lo cuál aporta a la paz social.

-El Gobierno acusa a los gobernadores de frenar la reforma política para mantener un esquema feudal.

-Los gobernadores que hablaron son los mismos que vinieron al Senado a pedirnos que apoyáramos el acuerdo con los holdouts. Pareciera que cuando vienen por cuestiones que al Gobierno le parecen bien, está bien, y cuando vienen por algo que va en sentido contrario, pasan a ser los malos de la película. En mi caso y en el de [Omar] Perotti no logramos consenso para lo que creemos es una buena solución: impresión electrónica del voto y conteo manual.

-¿El Gobierno fue ingenuo?

-No diría ingenuo. Creo que Macri cometió unos cuantos errores, como pensar que un proyecto como éste, de clara naturaleza federal, puede estar cuatro meses discutiéndose en Diputados y en el Senado, menos de un mes. La principal característica de un sistema electoral es que tiene que ser confiable y si, por apremio, se aprueba un sistema que para un sector no es confiable va muy contra el sentido de la democracia.

-¿En la postura de los gobernadores no hay una voluntad por sostener el status quo?

-Lo que hay son distintas miradas sobre cómo debe funcionar la política. Va más allá de creer que los que están a favor [de la reforma] quieren cambiar a la Argentina y los que están en contra son señores feudales. La política está en los grises.

-Algunos los acusan de haber traicionado a Macri.

-Me parece absolutamente exagerado. El diálogo institucional va a seguir existiendo. Casi todos los [gobernadores] que vinieron dijeron «Sigamos discutiendo, pensemos, no neguemos la tecnología».

-A principio de año, Pichetto hablo de un acuerdo de gobernabilidad. ¿Está roto?

-Es que el acuerdo nunca se quiso constituir. Cuando Pichetto lo enunció para políticas de Estado, el Gobierno nos acusó de querer componendas. Si hubiéramos avanzado el Gobierno se habría ahorrado muchos dolores de cabeza.