El rey Juan Carlos: "En España, dan ganas de llorar; todo son penas"

El monarca, en un arrebato de sinceridad, cargó contra quienes tienen "ganas de pegarle en la cabeza" a los españoles y dijo que su país saldrá adelante
Con más del 25% de la población activa sin trabajo, una deuda sin fondo y una recesión sin final a la vista, sólo faltaba que una autoridad -la mayor autoridad- lo dijera con todas las letras: la situación de España "da ganas de llorar".

"Desde fuera, España se ve mejor, sales más contento de la imagen de España. Dentro, dan ganas de llorar, todo son penas, pero tenemos que sobrellevarlas", declaró ayer el rey Juan Carlos, en rueda de prensa al término de una visita a la India.

Allí viajó en compañía de altos funcionarios y una docena de empresarios con miras a estrechar los vínculos con ese enorme mercado de 1200 millones de personas.

Informal, distendido y locuaz, el rey cargó contra quienes a su juicio "tienen ganas de darnos en la cabeza", y afirmó, por otra parte, que los españoles van a superar las adversidades de estas horas "con el cuchillo en la boca" y "una sonrisa".

El viaje a la India fue el cuarto que emprendió el rey al exterior desde julio, en un intento de promocionar la llamada "marca España", para que ayude al país a remontar la peor crisis económica en la vida democrática.

La imagen del propio monarca se vio deteriorada en los últimos meses, a partir de un safari africano que realizó en secreto y cuyo desenlace fue un disparo que se dio a sí mismo por accidente, cuando intentaba cazar elefantes en las sabanas de Botswana. En España, mientras tanto, arreciaban las marchas y protestas contra el gobierno conservador de Mariano Rajoy.

Tras las disculpas del caso, su imagen volvió a florecer dentro y fuera de las fronteras. Ahora le toca restaurar la imagen de su país y, en ese sentido, ayer arremetió contra las agencias de calificación internacionales, que sitúan a la deuda española al borde de la categoría "basura".

"Hay gente que quiere darnos en la cabeza, como las agencias de calificación. Y encima tenemos que callarnos. Yo hablo con muchos jefes de Estado y lo sé", declaró.

Pese a aplicar duros ajustes de gastos y reformas sin precedentes en la historia reciente, la economía española sufre su segunda recesión en tres años y crecen las dudas sobre su capacidad de cumplir con la consolidación fiscal exigida por la Unión Europea.

Sin embargo, Juan Carlos se mostró convencido de que el país, que trata de evitar un rescate financiero de los organismos internacionales que tendría condiciones muy estrictas, saldrá adelante "con el cuchillo en la boca y una sonrisa".

Entre sus expresivas referencias a cuchillos, porrazos y lágrimas, destacó además la colaboración de la India con España en el G-20 y se mostró satisfecho de que las autoridades indias tuvieran una acertada comprensión de la situación económica española y europea.

Juan Carlos elogió además a los empresarios españoles, de quienes destacó su compromiso a largo plazo en los países donde invierten, y recalcó que la experiencia demuestra que, en el exterior, las empresas y el Estado "tienen que ir juntos".

"Si la gente ve que vas con el corazón, con sinceridad, con ganas de hacer cosas, y no llegar, besar el santo y marcharte, sino crear algo, te creen. Los indios han visto que a las empresas españolas les gusta invertir y estar, no invertir y marcharse. Y lo mejor que puede hacer España ahora es exportar, exportar y exportar", dijo el monarca.

LA DEBACLE MÁS DURA

No menos enfático que el rey fue Mariano Rajoy, en su caso desde Barcelona, durante la clausura de una reunión de representantes municipales del gobernante Partido Popular. Allí admitió que muchos ciudadanos españoles "lo están pasando mal", aunque se mostró convencido de que 2013 será mejor que 2012. El jefe de gobierno dio ejemplos macroeconómicos, como el hecho de que la balanza comercial española es positiva respecto de la zona euro, para afirmar que "dentro de poco" España va a empezar a "superar esta crisis, que es de la más duras" vividas en el país.

En su discurso rechazó, además, otra consecuencia derivada de la crisis española: la propuesta independentista que defiende el presidente del gobierno regional de Cataluña, Artur Mas, y su intención de lanzar un referendo incluso sin autorización del gobierno español.

"Es muy triste que quien dice ser un servidor público proclame que se saltará la ley a la torera", señaló Rajoy. Y advirtió que él sí piensa cumplir con la ley porque es su "obligación como presidente del gobierno y como demócrata".

Lejos de los discursos, en esa misma ciudad y en Madrid se desarrollaban dos manifestaciones paralelas, con miles de participantes, contra los recortes y la austeridad que han acompañado la gestión de Rajoy desde que asumió en diciembre.

La marcha de la capital española fue convocada en rechazo del presupuesto de 2013. La de la capital catalana, por su parte, repudió en concreto los recortes en educación.

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