Jóvenes recientemente liberados, advierten que la situación podría agravarse en el barrio Las Tunitas

Jóvenes recientemente liberados, advierten que la situación podría agravarse en el barrio Las Tunitas
Mientras la problemática se discute a nivel político, un grupo de jóvenes señalado como partícipe del enfrentamiento en el barrio Las Tunitas, que tuvo lugar entre el domingo a la noche y el lunes a la madrugada y que terminó con un menor baleado y varios efectivos policiales heridos, salió a dar su versión de los hechos.
Acompañados por sus pares de la barriada y por los padres de otro de los jóvenes aprehendidos, Matías Pendás y Luciana Sánchez dieron su testimonio sobre lo ocurrido, ratificaron su rechazo a la instalación del destacamento policial en Fortineros y Juldain y reclamaron que se considere otro inmueble.

“Si no se soluciona se va a agravar la situación. Que se instale sí, pero no adentro del barrio”, resaltaron.

Contra los vecinos de “abajo”

Lo cierto es que los últimos acontecimientos en la barriada pusieron en el centro el reclamo vecinal por mayor seguridad, con testimonios marcados por la preocupación y el temor.

Ante esta situación, Pendás pidió que “no nos incluyan en todo lo que están diciendo abajo”, en relación a las personas que habitan el barrio de Juldain en dirección hacia Estrada, y aseguró que “la policía nos está ensuciando”.

Reclamó que “se escuchen las dos campanas” y señaló que “el 90 por ciento que vive ahí abajo (Procasa), no me da miedo decirlo, que dice que somos unos delincuentes y que soy el cabecilla de la banda, tiene todas las cosas robadas en sus casas”.

La aprehensión

Luego recordó que la noche en que se desató el conflicto regresó a la ciudad desde Adolfo Gonzales Chaves “y tipo 22 me encuentro con todo ese tema, y les digo a los chicos que nos metamos porque la policía estaba tirando tiros”.

Denunció que los uniformados irrumpieron en su casa ubicada en Fortineros al 200 el lunes por la madrugada, durante los enfrentamientos que dejaron como saldo a un adolescente baleado y a once efectivos heridos. “Me dieron un par de tiros en la espalda, me golpearon y a Luciana también”, dijo. La joven lució en su pecho una herida que habría sido ocasionada por un disparo de bala de goma. “Fui a buscar a mi nene y me tiraron”, dijo.

“Nos metimos (a la propiedad) y unos 20 minutos después miro por la ventana y estaba toda la policía ahí. Empezaron a romper los vidrios, decían que nos tiráramos al piso y que estaban esperando una orden. Nos golpearon, tiraron un par de escopetazos adentro”, graficó. Durante el traslado y en la dependencia policial de calle Independencia, Pendás aseguró que recibió más golpes. “Y ahí no te salva nadie, aunque grites y llores”, expresó.

Mitad y mitad para no ir presos

La instalación del destacamento policial que dependerá de la comisaría Primera generó malestar y rechazo entre el grupo, pese a que la decisión política responde a una demanda de gran parte de los vecinos de Las Tunitas.

“Después que compraron cosas robadas. Son terribles. Si hasta la misma policía compra cosas robadas. 'Mitad y mitad si no querés caer preso'. Vamos a ser realistas. No me da miedo porque hoy estoy diciendo esto y mañana aparezco con un tiro en la cabeza”, sostuvo.

Pendás ratificó que buscan que “no se ponga el destacamento” y le preguntó al Intendente “porqué en vez de poner plata para eso (el alquiler del edificio) no recorrió un poco las calles del barrio y ve a los chicos que andan descalzos por la calle y que no tienen un par de zapatillas, las casas que no tienen techos, con pisos de tierra. No hacen nada por nosotros”.

Advirtió que “si el destacamento sigue acá, o ellos matan a un policía o un policía va a matar un pibe. Porque el conflicto va a ser todos los días. De lunes a viernes nos gusta divertirnos, sanamente. Y un patrullero pasa y con la itaca nos dice 'dale, tiren piedras'”.

“Es el barrio de nosotros ¿Por qué vino a poner un destacamento así como si nada? La gente dice que quieren salvar el barrio, pero si acá nos conocemos todos desde hace años”, enfatizó.

Lejos del barrio

Frente a esta postura, que según aseguró se mantendrá firme, expresó que la solución estaría dada por la decisión de mover el puesto policial de la esquina de Juldain y Fortineros hacia otro punto.

Sugirió como lugar alternativo el edificio de Ezeiza y avenida Estrada, donde actualmente funciona el Envión, el programa de responsabilidad compartida de inclusión social y educativa que se lleva adelante a partir del trabajo conjunto entre el Municipio y el Gobierno provincial.

A lo largo de su relato, deslizó cuestionamientos en torno al accionar policial en el barrio e indicó que “estoy haciendo mi casa y tengo dos nenes. El día de mañana quiero que mis hijos vivan acá y caminen de arriba para abajo tranquilos y no que un policía le diga que entre a la casa”.

Luciana Sánchez contó que en su casa se realizaron “varios allanamientos” siendo que “nunca fui a ningún robo. Trabajo y tengo tres hijos”, y que el día del violento episodio “fui a buscar a mis hijos y (los policías) me gritaban de todo. Como me pegaron a mí, a un chiquito es peor”.

“A mi hijo lo arrastraron de adentro de la casa”

Fabiana es la madre de uno de los aprehendidos el lunes a la madrugada. “Lo arrastraron de adentro de la casa” de Fortineros al 200, aseguró.

El día de los incidentes “empezamos a pedirle a la policía que dejara de tirar tiros al aire”, y “cuando se lo llevan a mi hijo empiezo a bajar (hacia Juldain), la policía me apuntaba y los vecinos le gritaban que no tiraran porque estoy embarazada”.

“No voy a defender lo indefendible. No me molesta que pongan el destacamento”, opinó, y dijo que la situación en el barrio “no es mala. Todos los vecinos saben quiénes son los que roban y quiénes no”.

Y garantizó que los cuatro detenidos, que fueron liberados el martes, “no eran los únicos, porque en Bolivia y Juldain hubo piedrazos y tiros. Se los llevaron porque se metieron a la casa y rompieron todo”.

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