Joven ciega cayó a un pozo en una vereda

Alejandra Maradona se cayó este martes en un profundo pozo que habían hecho empleados de la Municipalidad en la vereda para reparar una pérdida de agua. Se lastimó una muñeca y la mano. Y habló de los obstáculos que tiene que sortear a diario.

 

Alejandra Maradona tiene 29 años, es ciega e intenta hacer una vida normal. Trabaja como copista en la Escuela de Ciegos de la calle Leguizamón. Casi todas las mañanas camina hasta allí desde su casa, en la calle Maestros Pampeanos 103, casi Luro. Dice que, habitualmente, la gente la ayuda. Aunque el último martes, por la tarde, sufrió un serio incidente, que pudo ser aun más grave: se cayó en un profundo pozo que empleados de la Municipalidad hicieron en plena vereda, sin la precaución de colocar señalización o vallas, justamente, para evitar un accidente.

“Hay gente que inconcientemente coloca obstáculos en la calle”, dijo Alejandra, sin rencor, aunque con la firme decisión de hacer público el caso con el propósito de que “se tomen medidas” y no le suceda a otra persona lo mismo que a ella. A pocos metros de su casa, empleados de la Municipalidad hicieron un pozo profundo en la vereda para reparar una pérdida de agua, pero no lo taparon ni lo cercaron.

El martes, alrededor de las 17.30, ella salió de su hogar, con el bastón blanco y caminando pegada a la pared, según la técnica que le enseñaron en la escuela, pero no llegó lejos. Se cayó al pozo, a una cuadra de la Luro. “Me caí y me lastimé las manos y una muñeca. Fue un susto muy grande. Tuve que pedir ayuda hasta que después de un rato me pudieron ayudar a salir. Esto no solamente me puede ocurrir a mi, también a algun chiquito o a alguna persona que pasa corriendo y no lo ve”, lamentó.

Luego del accidente, el pozo apareció señalizado precariamente, con unas ramas. Y al mediodía lo taparon definitivamente. “Para un ciego unas ramas no son una señalización. Igualmente uno se puede volver a caer. Por más que la obra sea de un particular, la municipalidad debería haber tomado cartas igual”, reflexionó.

El pozo es profundo. “Me tapó todo el cuerpo -relató Alejandra-.Tuve que pedir ayuda, no pasaba nadie. Mirá cómo son los perros.... había un perro vagabundo que empezó a ladrar como alertando que algo estaba pasando. Grité tanto que en un momento apareció una vecina de enfrente que me escuchó, y no me pudo ayudar por su contextura física, pero fue a buscar a mi mamá y entre las dos me sacaron”.

Luego del incidente algunos vecinos llamaron a la policía, que derivaron la situación al área de Reclamos del municipio.El padre de Alejandra se comunicó el mismo martes con la secretaría del intendente Luis Larrañaga. Sin embargo, hasta este miércoles al mediodía, nadie se había comunicado con ella.

Este miércoles, Alejandra relató en la Escuela de Ciego y Disminuídos Visuales el incidente y se decidió a difundir un alerta para que se tomen medidas y así prevenir más accidentes. “Es un peligro. Es la primera vez que me caigo. Pero contínuamente me choco con obstáculos. La gente deja motos en la vereda, me choco los espejos. Es la primera vez que me encuentro semejante pozo”, dijo.

Alejandra nació con anaftalmia bilateral, tiene atrofiado el nervio óptico y no tiene globo ocular. Es irreversible. “Yo hago una vida normal. De hecho, tengo que trabajar, tengo otras actividades, me manejo como una persona normal, uso el transporte público, aunque bastante caminando”, dijo. “Yo me manejo con el bastón blanco y con una técnica que me han enseñado en la escuela, voy contra la pared. Por eso es que se nos dificulta cuando ponen obstáculos”, concluyó.

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