El intendente electo de Patagones, José Luis Zara, reconoció que cada día que pasa está más preocupado porque, a menos de un mes para el traspaso del mando, sigue sin tener certezas sobre el estado económico-financiero del municipio.

“Hoy no tenemos ningún dato sobre la ejecución presupuestaria, deudas o fondos disponibles -lamentó Zara-. He tratado de reunirme con (el jefe comunal Ricardo) Curetti, pero no hay caso, y cuando hablamos con los funcionarios, nos dicen que, para darnos la información que les pedimos, necesitan la autorización del intendente. Estoy realmente preocupado”.

-¿Espera encontrar algún desfasaje económico o financiero grave, Zara?

-No lo sé. En las últimas semanas recortaron todos los gastos. Se ve que tienen que cerrarles los números. Por eso queremos hacer una auditoría. Quiero asumir con un municipio ordenado, o al menos sabiendo con qué me voy a encontrar.

“Tampoco tengo datos sobre la planta de empleados. Nos han dicho que hay 1.077 en planta permanente y temporaria, pero de los contratados no sabemos nada. Creemos que son más de mil”.

-¿Evaluará algún ajuste?

-Yo no vengo a echar a nadie, pero el que no trabaja se va a tener que ir. Por eso quiero ver cuánta gente hay y qué hace.

-¿Estos son los temas que más lo inquietan hoy?

-Y los chicos en la calle. Quiero encarar cuanto antes un plan para sacarlos de ahí. La calle lleva a las adicciones y eso provoca múltiples problemas, como la inseguridad.

-¿Son tan graves los problemas de adicciones?

-Sí. Es un problema mortal, que se ve con sólo caminar por la calle. En la campaña fuimos a hacer un spot publicitario a la plaza de Villa Lynch, en Patagones. Fue un sábado, a las tres de la tarde. Cuando llegamos había unos 15 chicos, de 12 a 30 años, totalmente alcoholizados. Alguno quizá también estaba drogado. Fue algo impactante.

-¿Cómo se aborda un problema de ese tipo?

-Trabajando con las instituciones y los vecinos. No hay otra. El presidente de una comisión de fomento sabe mejor que nadie qué sucede en su barrio, dónde están los mayores problemas de adicciones, a quiénes afectan y qué hay que hacer. Los quiero escuchar.

-Marcó a la inseguridad como otro problema grave...

-Sí, es otro tema a resolver de manera urgente. En ese área quiero tener a una persona idónea, que sea interlocutor entre la policía y el municipio. Y quiero que la policía haga mucho trabajo de calle.

-¿Prevé pedir cambios en la cúpula policial?

-Primero quiero hacer un diagnóstico con las instituciones, plantear los objetivos y generar un plan de seguridad. Después se lo trasladaremos a la policía y allí veremos. A la policía la vi presionada en los últimos tiempos, sin respaldo para hacer su trabajo. Ahora no va a haber presiones.

-¿Qué presiones?

-La gente me dice que la policía no pudo actuar contra los responsables de algunos hechos graves porque eran hijos de punteros políticos…

-Es una acusación grave…

-No lo digo yo, sino la gente. Los propios policías o exfuncionarios dicen que (Ricardo) Curetti levantaba un teléfono y no dejaba actuar a la policía.

-Otros de los problemas que tendrá, ni bien asuma, será el de las obras detenidas y el déficit habitacional...

-Sin dudas. En el caso de las obras, la que más me preocupa es la de las 77 viviendas. Está trabada (por la quiebra de la constructora Baszkir), y además se ha certificado un avance del 84%, pero creo que el real no supera el 60%. Si es así, el desfasaje lo tendremos que resolver con fondos propios.

“Sobre el déficit habitacional y de tierras tenemos pocos datos concretos, más allá de que sabemos que la demanda insatisfecha es alta. Por eso lo primero será hacer un registro real y transparente de necesidades, y luego avanzar con la creación de un banco de tierras. Y, por supuesto, seguir de cerca todos los planes en marcha".

Un crecimiento meteórico del caudal de votos Escuchar, la clave para pasar del 12 al 49,7%

José Luis Zara todavía recuerda los resultados de la encuesta que encargó en mayo pasado, cuando iniciaba de lleno su campaña: 38% de intención de voto para Ricardo Curetti y apenas 12% para él.

“Cuando la vi, casi me da un infarto. Lo único a mi favor era que en Patagones apenas me conocía el 66% de la gente. Entonces hice lo único que podía: salí a la calle a hablar con todo el mundo”, contó.

Gracias a esta estrategia, a principios de julio saltó del 12% a 20% de intención de voto. Un mes después perdió las primarias con el 40%, y hace menos de un mes ganó las generales con el 49,7%

-¿Qué le dijo a la gente?

-Le hablé de mí y de mis ideas, pero la mayoría de las veces tenía que quedarme callado. Los vecinos eran los que querían hablar.

-¿Qué le dijeron?

-Me tiraban ideas, pero sobre todo se descargaban. Se quejaban de que en el municipio la atención es mala, que Acción Social no llega a quien debe, que ven a la policía presionada por el poder político...

-¿Y el oficialismo?

-El oficialismo pensó que con la billetera y con la presión ganaba. Le quisieron meter miedo a los empleados y a las instituciones, y eso causó mucho enojo.