¿Habrá shock o gradualismo en la reforma política?

La semana pasada, el ministro del Interior y Obras Públicas de la Nación Rogelio Frigerio, se acercó hasta el distrito de Vicente López para supervisar junto al jefe comunal Jorge Macri, el avance de las obras de la estación de ferrocarril Aristóbulo del Valle, a metros del límite con CABA.

La recorrida pasó casi inadvertida. Sin embargo, por invitación del primo del presidente, Frigerio (encargado de la reforma política junto con el ex adversario de Jorge, Adrián Pérez), accedió a cenar junto a varios jefes comunales del PRO de la provincia de Buenos Aires. Entre los presentes, se encontraban Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Néstor Grindetti (Lanús), Julio Garro (La Plata), Ramiro Tagliaferro (Morón) entre otros.

El tema central, fue la reforma electoral encarada por el Gobierno Nacional. Varios intendentes aun recelan de la implementación del sistema BUE en la provincia de Buenos Aires. Entienden, que en buena medida, el éxito con que se implementó en la Ciudad de Buenos Aires, obedeció a las pocas categorías que competían electoralmente. Vale recordar, que en las PASO porteñas, donde proliferaban listas y candidatos, se votó con el tradicional sistema de papel.

El escenario en la provincia de Buenos Aires es distinto. En la pantalla de la máquina provista por la empresa MSA aparecerán las siguientes categorías: senadores nacionales, diputados nacionales, senadores provinciales, diputados provinciales y concejales. Una verdadera ensalada para votantes no avezados.

De esta manera queda en evidencia que no solo desde la oposición se mira con desconfianza la reforma, sino también desde la tropa propia.

Además, son varios los especialistas (como la abogada Dalia Ferreira) que señalaron que “celeridad” no equivale a “trasparencia”. La meta autoimpuesta por el gobierno nacional es demasiado elevada: que todas las mesas del país voten con el sistema BUE implementada en la Ciudad de Buenos Aires recientemente, el año próximo en las elecciones primarias. La sola mención suena a “tarea titánica”.

La experiencia en territorio salteño ha mostrado otro cariz: el avance del voto electrónico fue en etapas y demoraron varias elecciones para su implementación total.

Frigerio (quien ha demostrado hasta acá una descollante habilidad dialoguista hacia dentro y fuera de Cambiemos) será el encargado junto con Adrián Pérez de administrar las diferencias con el proyecto enviado por el oficialismo nacional al Congreso al inicio de este mes, que permanece en la comisón de Asuntos Constitucionales a cargo de Pablo Tonelli.