Luego de que el juez Sebastían Casanello clausurara la investigación judicial contra Mauricio Macri por escuchas ilegales, toda la atención del caso derivó en el fiscal Jorge Di Lello, quien debe decidir en seis días hábiles si eleva el caso a juicio oral, pide el sobreseimiento o pide más medidas de prueba. Justamente seis días hábiles son los que faltan para el 10 de diciembre, día de la asunción.

Pero Di Lello adelantó que resolverá la situación del presidente electo esta semana: "Voy a tratar de emitir mi opinión ponderando lo que hace dos o tres años fue lo de Amado Boudou. Es un presidente electo de la Nación, de manera tal que, para bien o mal, es quien nos representa ante el mundo, como en aquel momento cuando hice el pedido de indagatoria del vicepresidente. Si es unaautoridad máxima en el país, tiene que estar con su situación resuelta".

Y aclaró: "Macri no tiene ni más ni menos derechos que cualquier ciudadano, por lo tanto tiene que ser revisada su situación en función de que si quiere pedir (su sobreseimiento) en el juicio tiene todo el derecho de hacerlo. Quien me conoce sabe mis posiciones políticas y que las separo de mi función de fiscal, y hay que tratar de tener equilibrio y prudencia en estos casos".

Sobre un hipotético juicio oral, Di Lello explicó que "no es una condena" sino que es el "debate real de la causa" y su parecer es necesario para que todas las partes "estén en igualdad de condiciones" tanto para defenderse como para ser juzgadas.

En diálogo con radio Mitre, el fiscal también se refirió a las pruebas que presentó la defensa de Macri para cerrar la causa: "Fueron un oficio a Estados Unidos que lo contestó con un comme ci comme ça y una testimonial del doctor Montenegro donde explicó cómo había sido la formación de la Policía Metropolitana. No sé si lo favoreció porque no lo leí".