La ciudad quedó fuera del plan de reconstrucción de Sierras Chicas. Con ayuda de la Provincia y un impuesto extra, avanzó con gaviones que no solucionan todo el problema, pero tranquilizan.
En Jesús María, el río Guanusacate preparó el terrero con la inundación del 15 de febrero del año pasado. Y arrasó el 3 de marzo cuando, desaforado, llegó a cuadruplicar en algunos sectores urbanos el ancho de su cauce habitual.
El episodio dejó destrucción en zonas residenciales, y sembró pánico sobre el futuro. Un año después –pese a que la ciudad no está incluida en el plan de reconstrucción de Sierras Chicas– es la que muestra los mayores avances en obras de defensa: ya se ejecutaron ocho mil metros cuadrados de gaviones para contener futuras crecientes, financiados en gran parte por el municipio y con aportes extras de todos los frentistas.
La obra consiste en la colocación de bloques de cuatro metros de largo, uno de alto y uno de ancho sobre las márgenes ampliadas del río. En su interior esos bloques contienen piedras de diferentes tamaños, y están contenidos por tejido de alambre. Según lo que señalan los estudios hidrológicos, se colocan tres o cuatro de esos bloques en escalera. El costo total de la obra proyectada es de entre 200 millones y 300 millones de pesos.
La primera etapa, que se encuentra en un 60 por ciento de avance, se desarrolla en cuatro frentes de obra y ya demandó 25 millones de pesos de maquinaria y mano de obra –que paga el municipio– y 14 millones de pesos en materiales, aportados por la Provincia. Faltan aún unos 25 millones de pesos para concluir la obra en cuatro kilómetros de márgenes del río.
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