Osvaldo Francisco Jaldo ingresó exultante al teatro San Martín. Con los brazos en alto, arengó a la tropa peronista que desde el “gallinero” estalló en cánticos de apoyo al ahora ex ministro. Justamente la palabra “interior” fue la que entonaron los tribuneros para hacer sentir su presencia. El tranqueño caminó por el pasillo central del teatro rodeado por el gobernador, Juan Manzur, por el mandatario saliente, José Alperovich, por el candidato a presidente, Daniel Scioli y por el candidato a vice, Carlos Zannini, entre otros funcionarios. En el camino repartió besos y abrazos. Ya en el escenario, juró con la fórmula de rigor (por Dios, la Patria y los Santos Evangelios) y pidió permiso para hacer uso de la palabra, que su esposa y sus dos hijas, sentadas a la izquierda, escucharían y aplaudirían con ahínco.

“Quiero agradecer la presencia de las autoridades nacionales, de los gobernadores de provincias y especialmente a los legisladores de todos los espacios políticos por la muestra de convivencia democrática. Pero antes, les pido permiso para agradecer en primer lugar a mi familia, por el apoyo incondicional de Ana, Belén y Celeste en cada decisión que fui tomando. También quiero agradecer de manera especial a la persona que confió en mí, no sólo en lo político, sino que me abrió su casa, me brindó su amistad y el afecto suyo y de su familia; a la persona que me permitió jurar como vicegobernador. Me refiero al gran gobernador de la provincia: muchas gracias José de corazón por haber confiado en mí”, enfatizó Jaldo en el primer tramo de su breve discurso, interrumpido en seis ocasiones por aplausos.

Como hace dos años

El ex intendente de Trancas reiteró de esa forma los elogios y agradecimientos a Alperovich. Sin embargo, no fue tan enfático como hace dos años, cuando, al asumir como diputado nacional, en el Congreso de la Nación juró por “el mejor gobernador de Tucumán de los últimos 30 años”.

El vicegobernador manifestó que él y Manzur estaban felices por el compromiso que estaban asumiendo y manifestó un especial agradecimiento a Scioli por estar presente ayer en su acto de asunción. “Queremos decirle -sostuvo dirigiéndose al gobernador de Buenos Aires- que con José y con Juan, y con toda la provincia vamos a estar acompañándolo cuando asuma como Presidente de la Nación”, afirmó entre los gritos y los aplausos del público.

Por último, el ex ministro del Interior pidió que Dios que ilumine a su “compañero y amigo” Manzur. “Espero que con su ayuda podamos trabajar por un Tucumán creciente”, cerró Jaldo.

Tras finalizar su discurso, el tranqueño recibió gritos desde los palcos, en especial del sector enfrentado al escenario, donde estaba ubicado un numeroso grupo identificado como del “interior”. Jaldo se estrechó en un cerrado abrazo con su compañero de fórmula y con Alperovich, para luego dirigirse al sector donde se encontraban sus hijas y su esposa. Cerca de las damas, el senador nacional Sergio Mansilla y el intendente de Banda del Río Salí, Darío Montero, aplaudieron y alentaron al vicegobernador.

Jaldo y Manzur, en todo momento, se mostraron animados y cercanos. El vicegobernador mencionó en varias oportunidades a su compañero de fórmula. Luego, cuando el gobernador hizo uso de la palabra, retribuyó los elogios del ex funcionario alperovichista.

De este modo, ambos buscaron dar muestras de que no hay diferencias entre ellos, como había trascendido en las últimas semanas. Los rumores hablaban de roces por los cargos en la Legislatura y por algunos espacios del Poder Ejecutivo que Jaldo pretendía para gente de su entorno. Finalmente, ambos conciliaron los nombres y arrancan el Gobierno en armonía.

Un rasgo distintivo de Jaldo, que repitió en el discurso y ante la prensa una vez finalizado el acto de asunción, fue el llamado al diálogo y a la armonía en la Legislatura. Por ello agradeció la presencia de los parlamentarios de la oposición y los invitó a trabajar de manera mancomunada.