Los italianos van a las urnas con un futuro ensombrecido por la crisis

Los italianos van a las urnas con un futuro ensombrecido por la crisis
Hoy se inician los comicios legislativos que renovarán ambas cámaras parlamentarias. El partido que obtenga el mayor número de bancas deberá formar el nuevo gobierno. También se eligen autoridades en tres regiones.

Más de 47 millones de italianos están convocados a las urnas entre hoy y mañana para elegir al próximo Parlamento, del que surgirá un nuevo gobierno. Las últimas encuestas difundidas antes de la veda electoral daban como favorito al Partido Democrático, liderado por el centroizquierdista Pierluigi Bersani, que obtendría entre el 34 y el 38% de los votos. Sin embargo, el dato más significativo tiene que ver con los indecisos, que rondan un tercio del padrón electoral.

Una de las más resonantes apariciones de los últimos tiempos, el cómico genovés Beppe Grillo y su Movimiento Cinco Estrellas, sustentado en un duro discurso antipolítico, podría convertirse paradójicamente en una de las fuerzas más determinantes en el nuevo mapa político que emerja como resultado de las elecciones. Algunos analistas indican que podría llegar al segundo lugar, lo que sumado a los otros candidatos con posibilidades, dificultaría que Bersani obtenga la amplia victoria que necesita para convertirse en el próximo premier.

Por su parte, el ex premier Silvio Berlusconi, líder del partido El Pueblo de la Libertad e involucrado en varias causas judiciales, logró recomponer su alicaída imagen gracias a una intensa actividad mediática. Según los últimos sondeos Il Cavaliere podría alcanzar casi el 30% de los sufragios.

Apoyado por el empresariado y el convulsionado Vaticano, el actual Presidente del Consejo de Ministros, Mario Monti, corre desde atrás. La coalición de centro que lo respalda, integrada por ex aliados de Berlusconi y moderados, se ubica como la cuarta figura de peso en un escenario electoral marcado por la crisis económica que afecta a la península.

Como si la campaña electoral no hubiera tenido efervescencia suficiente, ayer se conoció que la xenófoba Liga del Norte está siendo investigada por la fiscalía de Milán a raíz de una denuncia que acusa al consejero provincial del partido en Monza, Giuliano Beretta, de falsificar unas 900 firmas para la lista electoral de Roberto Maroni, candidato a gobernador de la región de Lombardía.

Este espacio, que se hizo conocido por haber pretendido independizar al norte del resto del país, forma parte de la coalición que encabeza el partido conservador de Silvio Berlusconi, el Pueblo de la Libertad.

El Parlamento italiano está formado por la cámara de Diputados -integrada por 630 diputados- y el Senado –formada por 315 senadores, más cuatro vitalicios-. Ambas cámaras serán renovadas en su totalidad.

En Italia los ciudadanos eligen por voto directo a sus representantes en el Parlamento. El partido que más votos consigue es el que tiene que formar gobierno, cuyo primer ministro emana del parlamento.

Si no tiene mayoría propia está obligado a negociar y concretar alianzas con los opositores. Si fracasa en su intento de formar gobierno, el segundo en la elección asume esa responsabilidad. «

Para facilitar la gobernabilidad, la ley electoral establece que la fuerza más votada a nivel nacional obtiene automáticamente el 55% de las plazas de diputados, aunque haya cosechado un porcentaje menor de votos. En el Senado todo es más complejo. Los votos no se computan a nivel nacional, sino a escala regional.

En el interior del país, la jornada de votación tendrá una doble importancia ya que el voto popular también definirá autoridades en tres regiones: Lacio, Lombardía y Molise.

Con un proceso tan complejo, los italianos deberán tener paciencia antes de conocer cómo estará compuesto su nuevo gobierno. Recién el lunes a última hora empezarán a conocerse los resultados parciales. «

Dpa y Ansa

OPINIÓN - Una campaña pobre en ideas y candidatos

Hanns-Jochen Kaffsack  | desde roma, italia/dpa

Italia se encuentra ante una encrucijada. En medio de una profunda recesión y con un elevado desempleo juvenil, la tercera economía de la zona euro elegirá un nuevo Parlamento. ¿Quién podrá salvar a Italia?

Durante esta campaña sin grandes ideas ni candidatos brillantes, el ex primer ministro Silvio Berlusconi volvió a colocarse en primera línea de fuego, y a tan sólo unos días de los comicios, no está para nada clara la conformación del próximo gobierno.

Italia vive inmersa en la rígida política de ahorro impuesta por el todavía primer ministro Mario Monti, y sufre bajo una fuerte presión fiscal, también para las empresas. El ex comisario europeo y profesor de Economía fue colocado hace 15 meses al frente del país para recuperar la confianza de los mercados.

Monti, que no fue elegido en las urnas, ha ahorrado hasta hacer ajustarles el cinturón varios agujeros a sus compatriotas. No ha habido inyecciones económicas y muchas empresas se vieron obligadas a cerrar. El "paciente Italia" no superó todavía las dificultades, ni le gusta mucho la medicina del "profesor" Monti.

La dramática evolución de la crisis europea ha logrado que las elecciones sean aun más impredecibles. A los comicios concurren tres alianzas y un movimiento, pero ninguno de ellos pueden contar con salir vencedor absoluto de los comicios ni formar gobierno en solitario.

Durante largo tiempo se situó con bastante ventaja en las encuestas el bloque de izquierda liderado por el líder del Partido Democrático, Pier Luigi Bersani. Tanta, que le auguraban las mejores posibilidades de victoria desde que Romano Prodi llegase al Palazzo Chigi de Roma. Pero en ese cálculo, la izquierda no contaba con Berlusconi.

"Salven a Europa, no voten a Berlusconi", "busquen la estabilidad en lugar de la inseguridad": estas han sido el tipo de reacciones que han llegado del exterior en respuesta a la ofensiva del zar mediático. Y es que Berlusconi se ha valido de consignas antialemanas y contra el euro para intentar salvar a su formación, Pueblo de la Libertad, y arrinconar al movimiento de protesta por Internet 5 Estrellas, liderado por el cómico populista Beppe Grillo.

Las últimas encuestas muestran cómo Berlusconi ha logrado remontar hasta situarse a sólo unos cuantos puntos porcentuales de la izquierda, mientras que en tercer lugar se sitúa el Movimiento 5 Estrellas, con entre un 16 y un 18% de intención de voto.

¿Y Mario Monti? Tras un año de reformas, dimitió en diciembre pasado después de que Berlusconi le retirase el apoyo parlamentario. Durante la campaña se ha descolgado de la lucha de partidos y según las encuestas su alianza de centro contaría con sólo un 15% de apoyos.

Así, Monti corre el riesgo de quedar pulverizado entre las dos grandes alianzas tradicionales y no quiere convertirse únicamente en el ministro de Economía de Bersani. Pero podría haber esperado el resultado de los comicios, porque tal vez entonces habría sido convocado. Eso es lo que se había imaginado en realidad el presidente del país, que apoya a Monti. Napolitano confía en que Berlusconi y sus arriesgadas promesas de rebajas de impuestos queden fuera de juego, pues quiere seguir viendo a Italia en la senda europea y del crecimiento.

Pero antes que nada, serán los votantes los encargados de despejar la compleja situación política. Los protagonistas políticos de todos los signos sondean desde hace semanas las posibles pequeñas o grandes coaliciones.

Mientras los mercados financieros observan con preocupación un hipotético regreso de Berlusconi, algunos entrevén otro fantasma político en el horizonte. Más allá de la posibilidad de que el país continúe la senda reformista o no, planea la incertidumbre sobre su capacidad para formar un gobierno y la duración que pueda tener.

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