Un israelí muerto y once heridos en otro ataque palestino con armas y cuchillos

Un israelí muerto y once heridos en otro ataque palestino con armas y cuchillos

Violencia en Oriente Medio.Fue en la estación de buses de Beersheva. El agresor apuñaló a un soldado, le quitó su fusil y disparó a la gente del lugar. Tensión en la Tumba de José.

Un soldado israelí falleció ayer en un nuevo ataque perpetrado por un “lobo solitario” palestino, que en este caso atentó contra la estación de autobuses de la ciudad de Beersheva, en el sur del país. Otras once personas, tanto militares como civiles, resultaron heridas después de que el agresor lograra hacerse con el fusil de asalto del soldado muerto y se pusiera a disparar. Los heridos –dos de ellos de gravedad– fueron evacuados al hospital central de la zona.

Según la versión de la policía, el atacante actuó armado con una pistola y un puñal, con los que mató al soldado para después arrebatarle el arma. El tiroteo posterior creó una situación de caos y pánico generalizado, en la que el jefe de seguridad de la estación de autobuses identificó a un presunto cómplice que se daba a la fuga y le disparó a las piernas.

Una vez malherido en el suelo, sobre una importante mancha de sangre, el sospechoso fue pateado y golpeado en varias ocasiones, además de insultado con todo tipo de improperios.

Luego resultó que el individuo en cuestión –que estuvo a punto de ser linchado si no hubiera sido protegido por el propio jefe de seguridad que le inmovilizó con una silla mientras estaba desangrándose– era un inmigrante eritreo que no tenía nada que ver con el atentado. Durante su evacuación en camilla a la ambulancia que se lo llevó a la unidad de emergencias hospital Soroka, se pudo ver a varios ciudadanos gritando consignas como “muerte a los árabes” o “árabes fuera”, que comienzan a ser cada vez más habituales dentro de la actual coyuntura.

La serie de ataques palestinos comenzó el 3 de octubre y hasta ahora ha cobrado la vida de siete israelíes y más de 40 palestinos. El detonante ha sido la disputa por la Explanada de las Mezquitas, un sitio sagrado para musulmanes y judíos. En ciertos medios de prensa se habla de una tercera “Intifada” o levantamiento palestino, como reacción a condiciones de opresión a causa de la ocupación israelí de territorios palestinos.

Ayer, el premier israelí Benjamin Netanyahu rechazó la propuesta francesa de supervisión internacional sobre el conflicto en torno a la Explanada de las Mezquitas en la ciudad vieja de Jerusalén. La propuesta que París envió al Consejo de Seguridad de la ONU prevé el envío de un equipo internacional de observadores al sitio religioso que supervise las posibles alteraciones del status quo, informó el diario Le Figaro citando a diplomáticos franceses.

Si hasta ahora la mayoría de los autores de los ataques eran palestinos de Jerusalén Oriental, y por lo tanto disfrutan de un estatuto de residencia permanente, pero no de ciudadanía, el del episodio de ayer podría ser un ciudadano árabe–israelí. En caso de que así fuera, el gobierno podría proceder contra su familia, sea demoliendo su vivienda familiar o bien despojándoles de la ciudadanía israelí, prácticas de dudoso valor jurídico desde el punto de vista del derecho internacional.

Otra de las medidas cuestionadas a causa de su dudosa legalidad por la Asociación de Derechos Civiles en Israel (ACRI) está siendo el nuevo decreto promulgado por el ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan. Según este funcionario, a partir de ahora la policía podrá practicar registros de equipajes, mochilas y bolsas, así como cacheos corporales en la vía pública, por el mero hecho de que la persona en cuestión parezca sospechosa. El hecho de que los agentes se concentren en aquellos individuos de aspecto árabe en base a perfiles preconcebidos ha provocado las protestas de otras organizaciones de derechos humanos.

El episodio en Beersheva no fue ayer el único caso de violencia. También este domingo una treintena de colonos judíos intentaron acceder a la Tumba de José, el santuario judío situado dentro del área autónoma de Nablus (norte de Cisjordania) que el pasado viernes fue atacado por decenas de jóvenes palestinos encapuchados armados con cócteles molotov.

La entrada de este grupo de israelíes dentro de una zona bajo control integral de la Autoridad Nacional Palestina desencadenó la actuación de las fuerzas de seguridad de la ANP, que arrestaron a cinco de ellos y luego los entregaron a la policía nacional israelí. Este santuario resultó gravemente dañado como consecuencia del incendio del sábado. La ANP se comprometió a reconstruir este simbólico lugar y a cubrir el costo de los desperfectos.

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