Israel da "palo y zanahoria" para bajar la tensión en la ocupada Palestina

Israel da
AJENO A LOS PEDIDOS INTERNACIONALES DE PONER FIN A LA OCUPACIÓN ISRAELÍ EN LOS TERRITORIOS PALESTINOS, EL MINISTRO ISRAELÍ DE DEFENSA, AVIGDOR LIEBERMAN, PRESENTÓ ESTE MIÉRCOLES UN PLAN PARA FRENAR LA OLA DE MICRO ATAQUES EN CISJORDANIA QUE COMENZÓ EN OCTUBRE PASADO UTILIZANDO UN SISTEMA DE PREMIOS Y CASTIGOS, MÁS CONOCIDO COMO LA TEORÍA DEL "PALO Y LA ZANAHORIA".

Estamos condenados a vivir juntos", argumentó Lieberman en una conferencia de prensa en Tel Aviv, en la que explicó que el plan propone "premiar" a las localidades palestinas de las que no provengan personas que terminen atacando a ciudadanos israelíes, mientras se castiga duramente -lo que ya sucede- a las otras. 

Desde octubre pasado, una ola de ataques cometidos por uno o dos palestinos, sin afiliación política clara, con cuchillos, elementos punzantes, autos y, en muy pocas ocasiones, armas de fuego, mataron a unos 30 israelíes, en su mayoría miembros de fuerzas de seguridad, colonos y ultraortodoxos en Jerusalén y Cisjordania desde octubre pasado.

Como contrapartida, las fuerzas de seguridad israelíes redoblaron la represión contra palestinos, dejando un saldo final de más de 200 muertos y cientos de detenciones. 

Esa ola de ataques, que supo ser diaria, menguó en los últimos meses, aunque nunca se detuvo completamente. 

Lieberman habló hoy particularmente de las localidades de Cisjordania, uno de los tres territorios palestinos -junto con Jerusalén este y la Franja de Gaza- que están ocupados militarmente por Israel desde 1967 y que la mayoría de la comunidad internacional reconoce como parte del futuro Estado palestino. 

Según el plan de Tel Aviv, se destinarán unos 105 millones de dólares a lo largo de los próximos dos años para construir parques, canchas de fútbol, una zona industrial y hasta un hospital en las zonas consideradas como "verdes", es decir, "libres de violencia", como explicaron los principales medios israelíes. 

"El objetivo es ofrecer seguridad a los residentes judíos y palestinos. Nadie quiere que le tiren un cóctel molotov en medio de la noche y nadie quiere que le entren en casa en medio de la noche y le arresten", declaró Lieberman, citado por la agencia de noticias EFE.

Los llamados "residentes judíos" son los ciudadanos israelíes de esa comunidad religiosa que viven en los asentamientos o colonias construidas por Tel Aviv en los territorios palestinos ocupados, pese a los reiterados llamados de la ONU y de la mayoría de los países del mundo de detener la expansión y la construcción en esas zonas. 

Según estimó la ONU, alrededor de medio millón de israelíes judíos viven actualmente en asentamientos, considerados ilegales por el derecho internacional, en Cisjordania y Jerusalén este. 

Lieberman también destacó que la otra pata de su plan es que las llamadas "zonas rojas", es decir, las localidades de donde provengan personas que atacan a ciudadanos israelíes, sufran una "fuerte presión militar", algo poco novedoso después de casi 50 años de ocupación. 

Una de estas "zonas rojas" será la región de Hebrón, la ciudad bíblica situada en el sur de Cisjordania, la única con colonias enclavadas en el corazón del casco histórico.

El portal de noticias Ynet agregó que la "fuerte presión militar" de Israel incluiría medidas que ya están siendo aplicadas, como las sistemáticas redadas en casas y otros edificios en busca de armas y sospechosos, la destrucción de las casas de los atacantes, la detención de militantes y presuntos militantes, y la cancelación de permisos de trabajo en Israel para presuntos sospechosos. 

"Las medidas no incluyen la deportación de familiares de terroristas porque no son defendibles judicialmente", aclaró Lieberman frente a la prensa, haciendo referencia a un recurrente pedido de la extrema derecha israelí. 

El plan de Tel Aviv, además, incluirá la creación de una página web de noticias en árabe para la población palestina de Cisjordania y la Franja de Gaza, un proyecto en el que el Ministerio de Defensa invertirá 2,65 millones de dólares y que recién vería la luz en enero próximo.

Según Lieberman, el gobierno israelí quiere empezar a abrir canales de comunicación directos con referentes de la sociedad palestina -como empresarios, académicos e intelectuales- para evitar cualquier contacto con el gobierno del presidente Mahmud Abbas, a quien no consideran como un socio para la paz, pese a los repetidos llamados del líder palestinos de volver a la mesa de negociación. 

Uno de los temas que frena una eventual vuelta a un diálogo entre la dirigencia israelí y la palestina es que esta última reclama sin éxito, al igual que la comunidad internacional y la ONU, el fin de la expansión de las colonias israelíes en los territorios ocupados.

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