Ismael Passaglia, en la mira: Denuncian una red de coimas en el Instituto de la Vivienda

Ismael Passaglia, en la mira: Denuncian una red de coimas en el Instituto de la Vivienda

Entre abril y mayo del 2017, el por entonces intendente peronista de San Nicolás, Ismael Passaglia, asumió como titular del Instituto de la Vivienda de la provincia de Buenos Aires. La asunción se fue dando en tramos, a medida que el funcionario fue pidiendo la licencia como jefe comunal y dejaba a su hijo Manuel, por entonces primer concejal, a cargo de la localidad bonaerense. 

 

Cuando finalmente firmó su nombramiento, con la presencia del jefe de Gabinete Federico Salvai y del ministro de Infraestructura, Roberto Gigante, a cuya órbita pertenece el Instituto, tuvo un debut que para el ojo entendido dejaba entrever lo que vendría a continuación. Con la intención de fogonear la candidatura de su hijo para el 2019, las 25 primeras escrituras que entregó el Instituto de la Vivienda fueron todas para San Nicolás. En medio de un acto grandilocuente no exento de silbidos del público, el ahora funcionario bonaerense aseguró que “así como el trabajo ordena la vida del hombre, la escritura de la casa ordena a las familias; y que las familias sean felices y puedan mejorar su calidad de vida es una prioridad para nosotros”.

Ahora, a poco menos de un año de hacerse cargo de su nueva función, una denuncia desnudó la cruda realidad: dentro del Instituto de la Vivienda de la provincia de Buenos Aires se gesta una oscura red de coimas y sobornos para quitarle dinero a quienes quieran movilizar sus expedientes. 

Según trascendió, existirían varios actores que recaudan para la misma persona: Ismael Passaglia. Hasta unos pocos días antes de asumir como diputado provincial, era su hijo Ismael Santiago Passaglia quien se habría encargado de llevar y traer los retornos, aunque se retiró de la actividad al asumir como legislador. 

La estructura pareciera estar aceitada y todos los integrantes de la red de coimas “juegan de memoria”. La persona que rompe el hielo con los clientes del espurio emprendimiento es Marcelo D’Agostino, secretario adjunto y representante de la Federación Obreros y Empleados de Correos y Telecomunicaciones (FOECYT), quien lleva la voz cantante de las entidades. Una vez reunido con D’Agostino, aquella persona que necesite darle ritmo a su expediente será llevado por éste al despacho de Julián Sobral de Elía, ex funcionario sciolista y actual asesor de la Administración General del Instituto de la Vivienda. 

La historia de Sobral de Elía es elocuente. Trabajó arduamente en la campaña del archirrival de María Eugenia VidalAníbal Fernández. Cuando su jefe político fue derrotado por la actual gobernadora, utilizó sus dotes de relacionista público para lograr un acuerdo entre las entidades que representa su amigo Marcelo D’Agostino y la administración del Instituto. Hoy, sería el recaudador principal de Ismael Passaglia. Junto a él trabaja Eduardo Irigoite, profesional de la Universidad Nacional de La Plata, admirador del dirigente de La Cámpora Juan Cabandié y publicador serial de fotografías pornográficas en las redes sociales, es quien asistiría en persona a recolectar el dinero de los retornos. 

El dinero de la coima se cobraría, siempre, al momento del anticipo. De lo contrario, asegura D’Agostino, “Ismael te pisa el expediente y no se mueve más”. Otra recaudadora agiliza personalmente los expedientes que ya están “pagos”. 

Por último, si una persona o entidad necesita movilizar un trámite en el Instituto de la Vivienda, haría bien en conocer a Manuel Tamborenea, quien luego de trabajar en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en la Sociedad Rural, había quedado sin empleo. Para su fortuna, su madre intercedió ante el vicegobernador Daniel Salvador, y hoy es el sub administrador del Instituto y pieza integrante de esta polémica red que mancha a la administración provincial.

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