Los isleños preparan una ofensiva diplomática para capitalizar el referéndum

Por Martín Dinatale |

PUERTO ARGENTINO.- Apenas 12 horas después de finalizado el referéndum en las islas Malvinas que arrojó una abrumadora mayoría en favor de la idea de seguir como territorio de ultramar británico, ayer se lanzó una fuerte ofensiva diplomática contra Buenos Aires desde aquí y desde Londres.

Ambos actores persiguen el mismo objetivo: hacer oír ante el mundo la voz de los 1513 malvinenses que votaron por el sí (el 99,8%) y ganarle a la Argentina el debate sobre la soberanía en las Naciones Unidas.

Buena parte de los pobladores de esta ciudad dormían ayer por la mañana en sus casas luego de una larga noche de festejos por el referéndum que incluyeron muchas cervezas, banderas e himnos británicos y duros cánticos antiargentinos. Por esas horas, las autoridades isleñas desplegaron un duro mensaje. Sin vueltas, la Asamblea Legislativa local se reunió en el Stanley Town Hall y emitió un comunicado que incluyó una severa advertencia a la presidenta Cristina Kirchner. "No tenemos en absoluto deseo alguno de estar bajo el gobierno en Buenos Aires", decía el texto que leyó Gavin Short, uno de los asambleístas. La Presidenta le respondió en un acto en la Casa Rosada, cuando tildó la consulta de "parodia".

"Espero que ahora usted [por Cristina Kirchner] pueda respetar eso. Ahora es también el tiempo para que el resto del mundo empiece a escuchar la voz de los isleños de las Falkland [Malvinas] en lugar de las vacías mentiras, la retórica sin fin y las posturas políticas [del gobierno argentino]", agregó Short.

No hubo aplausos y todo fue frialdad ante la prensa. Sólo hubo unos minutos de tensión en salón del Stanley Town Hall cuando el catedrático británico Peter Willetts expresó: "Si quieren ser colonia olvídense de la autodeterminación de los pueblos". En rigor, éste será uno de los ejes del debate jurídico y diplomático que se aproxima en la ONU.

Entre las estrategias previstas por Londres y los isleños figura como prioridad convencer a Estados Unidos de abandonar su neutralidad ante el conflicto argentino-británico y apoyar fuertemente a Londres. Algo de esto dejó a entrever a LA NACION el gobernador isleño Nigel Haywood, quien dijo que Washington "debería recordar que la autodeterminación también fue la base de la Constitución norteamericana" (ver aparte). En esta línea de ataque de los malvinenses no fue casual que el asambleísta de las islas Mike Summers se encuentre desde hace una semana en Nueva York atendiendo reuniones con referentes de la administración de Barack Obama.

Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos no se apartó de su posición habitual: reconoció como "democrático" el referéndum, pero insistió en no interferir en la disputa por su soberanía. Así lo expresó la vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, quien subrayó que la cartera a su cargo "tomó nota" del categórico resultado.

Summers también se reunió con representantes de diferentes países que integran el Comité de Descolonización de la ONU, donde en junio próximo se volverá a debatir el tema de las Malvinas. El consejero Dick Sawle confirmó a LA NACION que prevén además que la Asamblea realice una ronda de visitas a varios países latinoamericanos para llevar los resultados del referéndum.

Por otra parte, el gobierno británico no tardó ni un día en salir a apoyar a los isleños. El primer ministro británico, David Cameron, pidió nuevamente al gobierno argentino que "respete" los deseos de los malvinenses que votaron por abrumadora mayoría para permanecer bajo soberanía británica. "Las islas Falkland [Malvinas] pueden estar a miles de millas de distancia, pero son británicos hasta la médula y eso es lo que quieren seguir siendo. La gente tiene que saber que siempre estaremos para defenderlos", dijo.

De esta manera, la diplomacia británica también empezó a trabajar arduamente para convencer a Estados Unidos de modificar su postura y aumentó en los últimos meses la presencia de embajadas en América latina. De hecho, varios periodistas y académicos latinoamericanos fueron invitados por embajadas británicas para cubrir aquí el referéndum.

"Los malvinenses no podrían haber sido más claros. Quieren seguir siendo británicos y ese punto de vista debería ser respetado por todo el mundo, incluida la Argentina", sentenció Cameron.

Ayer la embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, dijo que "estamos trabajando por la vía pacífica y diplomática" para obtener la soberanía de la islas. Esta tarea no sólo consiste en difundir el mensaje de soberanía argentina en todas las embajadas, tal como lo planteó el canciller Héctor Timerman en un cable que emitió hace varias semanas. También tiene previsto hacer un fuerte lobby en las Naciones Unidas para frenar una eventual división en el Comité de Descolonización.

Cristina: "Fue una parodia"

La presidenta Cristina Kirchner calificó ayer como una "parodia" el referéndum que llevaron adelante los habitantes de las Malvinas para ratificar su pertenencia inglesa y agradeció a la oposición por apoyar el reclamo argentino por la soberanía sobre el archipiélago.

La jefa del Estado dejó para el final de un largo discurso que dio ayer por la tarde en la Casa Rosada una referencia a la consulta popular. Leyó la postura del Departamento de Estado de los Estados Unidos, que instó, una vez más, a la Argentina y al Reino Unido a dialogar. "Lo considero muy importante", destacó..

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