El ISIS se atribuye el ataque en el tren alemán

El ISIS se atribuye el ataque en el tren alemán

Terrorismo en Europa. El grupo difundió un video del joven afgano en el que dice que es un soldado del califato. 

La política alemana de recepción de refugiados volvió a ser blanco de críticas después de que un joven afgano que se identificó como militante del ISIS atacara con un cuchillo y un hacha a los pasajeros de un tren regional en el sur del país. Cinco personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad. El joven fue abatido por la policía tras huir del tren.

“Soy un soldado del califato. Voy a cometer ataques como mártir en Alemania. Infieles, su tiempo se ha terminado. Se ha terminado el tiempo en que ustedes vienen a nuestros países y matan a nuestros hombres, mujeres y niños”, dice el joven, identificado como Riaz Khan Ahmadzai, en un video difundido por Amaq, una agencia cercana al ISIS. “Ahora vivo aquí, entre ustedes, en sus casas, y lo haré aquí en su país. Voy a degollarlos en sus casas y calles. Van a olvidar los ataques de Francia”, agrega el joven, con un cuchillo en la mano, en la grabación. El Ministerio bávaro del Interior confirmó la autenticidad del video, grabado y enviado al ISIS por el propio joven.

Ahmadzai, quien se habría radicalizado recientemente, había pintado a mano una bandera del ISIS y dejó además una carta de despedida para su padre. “Reza por mí, que me pueda vengar de estos infieles. Y reza para que vaya al cielo”, escribió el joven. “Para nosotros esto indica que hay un móvil de extremismo religioso para este hecho”, subrayó Lothar Köhler, de la policía criminal de Baviera, quien leyó el texto ante la prensa.

El fiscal Erik Ohlenschläger confirmó por su parte que Ahmadzai era “un musulmán creyente que no tenía antecentes penales”. El sábado pasado había recibido una noticia que lo podría haber desequilibrado: la muerte violenta de uno de sus mejores amigos en Afganistán. El mismo día colgó un mensaje algo críptico en las redes sociales que indicaría su radicalización.

Considerado por quienes lo recibieron en Alemania como un chico tranquilo, Riaz Khan Ahmadzai había llegado a Alemania en junio del año pasado, durante la ola migratoria que llevó a Europa a cientos de miles de migrantes que huían de las guerras de Siria, Irak y Afganistán.

Como menor de edad no acompañado, presentó su solicitud de asilo y fue alojado en un albergue colectivo junto a otros chicos. Hacía dos semanas que vivía en una casa con una familia alemana y tenía pensado empezar una prácticas en una panadería. Parecía un ejemplo de buena integración en la sociedad alemana, que recibió en 2015 a más de un millón de refugiados.

Pero el ataque del lunes a la noche, considerado por parte de la prensa como el primer atentado del ISIS en territorio alemán, podría hacer crecer el temor a los llamados “lobos solitarios” y poner bajo mayor presión a la canciller Angela Merkel. “Un año refugiado, un día islamista”, tituló el semanario Der Spiegel. “Un terrorista salido de la nada”, subrayó la cadena pública de televisión ARD.

Los testigos hablaron de un ataque de extrema brutalidad: el joven afgano recorrió el vagón con el hacha y el cuchillo e hirió a cuatro miembros de una familia de turistas de Hong Kong al grito de “Alá es Grande”. Dos de ellos pelean en estos momentos con la muerte. Cuando otro pasajero tiró del freno de emergencia y el tren se detuvo, el joven bajó e hirió a una mujer que paseaba su perro. “Te voy a matar, zorra”, le gritó. El vagón del tren regional que iba de Ochsenfurt a Wurzburgo quedó cubierto de manchas de sangre. Cerca del lugar del ataque se encontraba un comando especial realizando un operativo antidroga que persiguió al joven y, cuando éste quiso atacar a los agentes, lo abatió.

Alemania hasta ahora no fue blanco de un atentado a gran escala del terrorismo yihadista. El ataque del lunes en el tren de Wurzburgo ocurrió pocos días después de que un tunecino avanzara con un camión sobre una multitud y matara a 84 personas en Niza, en el sur de Francia.

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