Isela, con un mes de trabajo, ya se tomó vacaciones

Isela, con un mes de trabajo, ya se tomó vacaciones

Después de comprobar el estado "insostenible" de la empresa, Costantini se tomó unos días. Bronca gremial.

A un mes de asumir en Aerolíneas Argentinas y tras comprobar el estado "insostenible" en que quedó la compañía tras la gestión de Mariano Recalde, Isela Costantini ya se fue de vacaciones, lo que generó bronca en los sindicatos aeronáuticos.

Oficialmente, desde Aerolíneas confirmaron a LPO que la presidenta “se tomó unos días, porque el año pasado no se pudo tomar”. “Tenía un viaje precomprado desde el año pasado”, argumentó un vocero de la línea aérea.

 

 

 

Lo que llamó la atención a fuentes vinculadas a Aerolíneas es que esto sucede apenas un mes después de que Isela asumió en la empresa, y siendo que ella misma admitió que enfrenta un panorama financiero "muy grave".

 

 

 

Costantini asumió un mes después del cambio de gobierno debido a que debió a esperar a que se concrete el trámite de nacionalización, ya que el Código Aeronáutico establece que la presidencia del directorio de cualquier sociedad que opere en el país debe ser ejercida por argentinos. Isela, se sabe, nació en Brasil.

 

 

 

Tras esa demora, la empresaria se hizo cargo de la compañía y unas semanas después hizo un demoledor balance de la situación financiera, al advertir que el déficit operativo estimado para este año es de al menos 15 mil millones de pesos, calculado solo a partir de los niveles de deuda vencida de la firma.

 

 

 

LPO reveló esta semana que la ejecutiva envió una carta a los gerentes pidiéndoles que ajusten un 30 por ciento el gasto. “Hemos pedido a cada área que identifique oportunidades de reducir en un 30% costos no operativos (es decir aquellos que no afectan ni la operación ni el mantenimiento ni los Recursos Humanos)”, escribió Isela. Luego de ese pedido de empezar a ajustar las finanzas, ahora en la empresa se encontraron con que Isela se tomó unos días.

 

 

 

Furia sindical

 

 

 

En sectores gremiales hay dudas porque Isela no tiene días acumulados de vacaciones y legalmente debería atenerse al régimen de cualquier empresa privada. Ante esto, surgieron sospechas de que exista un acuerdo previo entre Isela y Aerolíneas, una suerte de "paracaídas de oro", por el cual se le respetaría la antigüedad laboral, entre otros beneficios que incluso podrían incluir cifras mínimas de indemnización. Esto último es lo que habían firmados algunos gerentes nombrados por Recalde que se negaron a renunciar para cobrar cifras millonarias.

 

 

 

“Son las barbaridades que hace esta gente”, bramó ante LPO un dirigente sindical del sector. “Quieren bajar un 30 por ciento de los costos -que para una línea aérea es demasiado y puede dejar gente en la calle-, se pide un esfuerzo muy grande a los empleados de planta, están revisando contratos, y la presidenta de la compañía se raja a la mierda”, se quejó.

 

 

 

El dirigente se mostró preocupado por la situación sobre todo porque sucede en medio del pedido de ajustar los gastos. “Este es el primer recorte y esperemos que esto no siga para abajo, no lo vamos a permitir que racionalicen la cantidad de empleados y tampoco vamos a permitir una privatización de la compañía”, aseguró.

 

 

 

Asimismo, dijo desconocer la posibilidad de que exista un acuerdo entre Isela y la compañía al estilo paracaídas de oro, muy usado a nivel mundial en grandes compañías. “Son documentos secretos que no nos vamos a enterar hasta que llegue una nueva administración, algo similar a lo que pasó con los gerentes de Recalde que le costaron más de siete millones a la empresa”, agregó.

 

 

 

A esto se suma que es cada vez mayor la bronca entre los empleados de “carrera” por la decisión de Isela de mantener en sus cargos a muchos militantes de La Cámpora que ingresaron durante la gestión de Recalde, incluso algunos gerentes heredados y otros “reciclados” como Diego García, sospechado por un supuesto negociado con la agencia de turismo AlMundo.

 

 

 

En la intranet de la compañía, por estas horas circulan mensajes que ilustran esa bronca. “Nuestro malestar está originado en la pretensión de estas personas de quedarse en sus cargos, cuando su única condición de idoneidad, es la de pertenecer a una agrupación política (…) que ha practicado a lo largo de cinco años y medio, incontables actos de discriminación, arbitrariedad, maltrato laboral”, dice uno de los textos.

 

 

 

En ese mensaje, se menciona a varios funcionarios que se mantienen en la nueva gestión, y que son resistidos por los empleados de línea como Karina Lormant, una gerente de Recursos Humanos que fue denunciada por maltratos y declarada persona no grata por dos gremios. Otros son Juan Echecopar, Fabián Farace y Alejandro Morón, que es calificado de “maltratador serial y obsecuente oficial” de la gestión Recalde.

 

 

 

“A los responsables de la conducción, los exhortamos a que reaccionen y aceleren el proceso de cambios, sin culpas, ya que los que se tienen que ir por haber entrado por la ventana, son tan ‘brillantes’ que el mercado laboral se va a pelear por contratarlos”, ironizan los empleados, que advierten a la dirección de la compañía que “estos personajes a lo único que pueden contribuir es al fracaso de esta gestión”.

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