La comisión interna de Tiempo Argentino y Radio América quedó fracturada tras la sorpresiva visita de Cristina Kirchner a las instalaciones, destruidas en la madrugada del domingo por una patota que ingresó junto al correntino Mariano Martínez Rojas, quien se adjudica la propiedad de los medios.

La visita recién fue informada a las 12 y a las 14 Cristina ya había ingresado escoltada por diputados de La Cámpora, liderados por Andrés “Cuervo” Larroque, presente en las primeras manifestaciones por el vaciamiento del Grupo 23 en diciembre.

Durante media hora, Cristina respondió incómodas preguntas de un grupo de periodistas, mientras que otros prefirieron abrazarse y tomarse selfies.

La comisión interna de radio América nunca participó del comunicado ni estaba al tanto de la visita de Cristina, confió a LPO el delegado de esa emisora, Martín Cangini.

Esa división no tardó en salir a flote: por la tarde, la visita de la ex presidenta fue difundida en un mail de Tiempo Argentino, avalado sólo por 2 de los 4 delegados de ese diario y por ninguno de los de Radio América.

“La Comisión interna de radio América nunca participó de ese comunicado ni estaba enterada de la visita de Cristina”, aclaró a LPO Martín Cangini, delegado de la emisora.

El comunicado hace una lavada descripción del cruce de los trabajadores con Cristina por el rol Szpolski, ex candidato a intendente de Tigre por el FpV y dueño de Tiempo y Radio América hasta diciembre, cuando Martínez Rojas dice habérselos comprado, aunque nunca pagó los sueldos ni terminó el trámite ante la Enacom. De hecho ni el propio Szpolski lo había hecho. la emisora sigue en manos en los papeles de Eduardo Eurnekian, su dueño original.

“El vaciamiento fraudulento de empresas es una figura penal, hay que denunciar con nombre y apellido y que actúe la Justicia contra aquellos empresarios que fraudulentamente vaciaron la empresa”, explicó Cristina, según el comunicado.

Ustedes también sabían quien era Szpolski y trabajaban para él, retrucó a los trabajadores la ex Presidenta, cuando le reprocharon los miles de millones que le dio en publicidad oficial, pese a sus antecedentes de vaciamiento del Banco Patricios.

El texto señala que la ex presidenta se desentendió de la candidatura de Szpolski (“Hubo muchos candidatos del FPV”, se evadió), pero no hace alusión al momento más tenso de charla, que fue cuando le recordaron que el ex dueño de Tiempo está vinculado a la quiebra del Banco Patricios y aún así recibió durante años miles de millones de publicidad oficial, mientras practicaba un oficialismo cerril. 

“Ustedes también sabían quién era Szpolski y trabajaron para él”, les contestó inmutable la ex presidenta, en el momento más tenso de la media hora de reunión, que empezó con sus lamentos sobre la violenta irrupción de las patotas a las oficinas.

La división de los trabajadores complicó el plan de acción de los trabajadores de Tiempo y Radio América, con objetivos distintos: el diario funciona como una cooperativa y la emisora espera que la Enacom le consiga un comprador con sus 100 empleados en el paquete.

Pero Cristina se encargó de quitarles cualquier línea con el Gobierno. El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, canceló una reunión prevista para esta tarde, en la que le iban a pedir Repro, el programa para financiar una parte de los salarios.

En el Congreso tampoco la tendrán fácil, porque los diputados de La Cámpora ya centraron la atención en la complicidad policial del ataque, con un pedido de interpelación contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; y su segundo Eugenio Burzaco.

Sólo Remo Carlotto, presidente de la Comisión de Libertad de Expresión y parte del Movimiento Evita, aceptó citar a Szpolski para conocer como fue que en Tiempo Argentino y Radio América se dejaron de pagar salarios.

Este jueves la Comisión interna tiene previsto marchar a la Plaza de Mayo para repudiar el ataque del domingo, pero tras la visita de Cristina muchos temen que se transformen una marcha kirchnerista.