Con invitados internacionales comienza el Festival de Poesía Latinoamericana

Con invitados internacionales comienza el Festival de Poesía Latinoamericana

La sexta edición se realizará desde este jueves hasta el domingo próximo, con invitados de Brasil, México, Colombia, Paraguay, Uruguay y Chile.

Por Juan Rapacioli

La sexta edición del Festival de Poesía Latinoamericana, que se realizará desde mañana hasta el domingo próximo en Bahía Blanca, incluye múltiples actividades destinadas a difundir la poesía local, nacional e internacional, con invitados de Brasil, México, Colombia, Paraguay, Uruguay y Chile que abordarán diversas tradiciones del lenguaje poético.

El Festival, que tendrá una conferencia inaugural a cargo del poeta Darío Canton, contará en esta oportunidad con presencia de diversos invitados extranjeros: la colombiana Tálata Rodríguez, la brasileña Anelise Freitas, el chileno Marcelo Guajardo, la uruguaya Paula Simonetti, el paraguayo Cristino Bogado y el mexicano Jorge Posada, entre otros.

La Universidad Nacional del Sur, la Casa de la Cultura, la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, el Museo Taller Ferrowhite, el Museo del Puerto y el espacio de arte Pez Dorado serán las sedes donde se llevará a cabo la sexta edición del Festival, de forma gratuita y abierta a todo público.

Además, a lo largo del Festival, se realizará una feria de libros con la participación de editoriales independientes como Hemisferio Derecho; 17 Grises; 27 Pulquis; Eloísa Cartonera; Editorial Maravilla; Mansalva; Neutrinos; Iván Rosado; Semilla; Blatt & Ríos; Caleta Olivia; Ediciones La Coop: Años luz Editora, Conejos, Paisanita, Hudson, Vox, Alto Pogo, Santos Locos, Qué diría Víctor Hugo, Audisea, Mágicas Naranjas y China Editora.

El poeta Marcelo Díaz, miembro de la comisión organizadora donde participan Sergio Raimondi, Lucía Bianco, Leandro Beier, Matías Matarazzo y Omar Chauvié, habló con Télam sobre el origen, el desarrollo y el recorrido del Festival que ofrecerá lecturas, charlas, talleres y recitales, así como actividades en escuelas para docentes y alumnos.

-Télam ¿Cómo se inició este Festival? ¿Cómo ves la evolución desde la primera edición hasta la que se aproxima?

-Díaz: El festival tuvo su primera edición en 2011, atendiendo la dinámica cultural de la ciudad, que cuenta con una intensa tradición poética, numerosos talleres, editoriales, publicaciones y lecturas que se desarrollan a lo largo del año. En sus primeras tres ediciones era un festival "de bolsillo" por la cantidad de invitados y de actividades que se hacían. Ya hace varias ediciones que somos un festival que recibe año a año más escritores que participan en las clásicas lecturas de poesía así como en talleres, proyecciones, seminarios, recitales, feria de editoriales, siempre con un importante apoyo institucional de la Universidad Nacional del Sur y del Instituto Cultural de Bahía Blanca, más la colaboración de instituciones como el Consulado de Chile, bibliotecas populares y museos de la ciudad.

-T: ¿Desde qué ejes se piensan los contenidos? ¿Cuál es el recorrido que se propone?

-D: Una de las inquietudes a la hora de empezar a delinear la grilla de invitados es que pueda dar cuenta año a año de los debates, lecturas, intercambios vigentes sobre poesía actual, desde distintas poéticas y distintas tradiciones. También desde nuestras propias preocupaciones como poetas que escribimos, leemos y operamos culturalmente desde una ciudad periférica, si se quiere. Por otro lado, un festival de poesía en el que escritores de distintas partes del continente llegan a la ciudad y durante tres días hacen circular sus textos, comparten experiencias, brindan talleres, es sin dudas un momento propicio para pensar América Latina desde Bahía Blanca. Esa descentralización que se piensa como constitutiva del festival se traslada a la organización de las tres jornadas: una de ellas es al aire libre, otra en el auditorio de la Biblioteca Rivadavia, y otra jornada en el puerto de Ingeniero White. Además de las actividades extras en escuelas.

-T: ¿Hay actividades especiales?

-D: Un clásico del festival de Bahía Blanca es la visita de poetas a las escuelas de la ciudad. Durante la mañana del jueves 6, los invitados al festival visitarán escuelas donde leerán poesía y compartirán su experiencia de escritura junto a docentes y alumnos. El sábado toda la comitiva se traslada al museo Ferrowhite para participar de una actividad junto a chicos del proyecto Envión y el taller de serigrafía Prende, que funciona en ese museo. Y para la trasnoche del sábado estamos organizando la fiesta de cierre del festival en un espacio cultural independiente, en la que además de lectura estará la presentación de Francisco Garamona en su rol de cantautor. Además, producto del vínculo con el Departamento de Humanidades de la UNS, la semana anterior al festival y la posterior se dictarán seminarios de posgrado sobre poesía latinoamericana, a cargo de dos de los invitados: Gerardo Jorge, de la UBA, y Cristián Gómez Olivares, poeta chileno, docente de la Universidad de Iowa.

-T: ¿Qué significa para Bahía Blanca un festival de estas características?

-D: El festival es casi una consecuencia lógica del trabajo de años, de la vida poética de la ciudad: desde los poetas mateistas a principios de los 90, los talleres de Mirta Colángelo en la Casa del Sol Albañil, el proyecto VOX con su revista, su editorial, su espacio cultural, las becas de formación, los talleres, los ciclos de lecturas, la dinámica que ha adquirido la universidad estos últimos años y el peso concreto de la lectura de poesía en la carrera de Letras, y todo lo que acompañó y acompaña ese proceso, con nuevas editoriales, periódicos, blogs, la reciente Escuela Argentina de Poesía, un panorama que se ha diversificado y fortalecido mucho en pocos años. Es un cúmulo de actividad que, aunque a los tiempos literarios sería prácticamente contemporáneo, ya forma parte de una tradición que relaciona a la ciudad con la poesía. El impacto de todo esto se procesa durante todo el año, y se desarrollan vínculos que conectan Bahía Blanca o Córdoba con Santiago de Chile o Montevideo en forma directa, sin pasar por Buenos Aires, cosa que hace unas décadas atrás era poco menos que imposible.

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